Las promesas de Javier Milei

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El interrogante es mayúsculo. Javier Milei fue el candidato más explícito en algunas propuestas, pero a la vez la incógnita mayor respecto a lo que será su gestión.

Javier Milei irrumpió en la escena política hace muy poco, con un mensaje disruptivo, con propuestas extremas, parado como un emergente del antisistema.

 
Pero en este proceso electoral, su discurso, sus propuestas, sus planteos fueron de los que más se modificaron respecto a sus contendientes, honrando el famoso teorema de Baglini: “Cuanto más lejos se está del poder, más irresponsables son los enunciados; cuanto más cerca, más sensatos y razonables se vuelven”.

Un presidente con alta adhesión, pero en amplia minoría en el Congreso y sin ningún distrito gobernado por alguien de su espacio no registra antecedentes en la historia democrática argentina yes el elemento que ahonda dudas respecto a cómo será el perfil del gobierno de La Libertad Avanza, qué y con quién deberá negociar para garantizar la gobernabilidad.

En su primer discurso tras ser elegido jefe del Estado, Milei planteó la necesidad de acelerar los ajustes y no ir el camino del gradualismo que transitó Mauricio Macri.

La plataforma libertaria fue la más completa de las que se presentaron en la Justicia Electoral en este proceso. Pero Milei fue moderando su discurso después de ser el más votado en las primarias. Tras pasar a la segunda vuelta, acopló sus propuestas a las de sus nuevos socios, Patricia Bullrich y Mauricio Macri.

El foco de la propuesta de Milei es el económico, con el eje puesto en un fuerte recorte en el gasto público y una activa presencia del sector privado en todos los ámbitos.

DOLARIZACIÓN
La dolarización, aquella propuesta económica más estruendosa y controvertida, se fue modificando en cuanto a lo temporal. Tanto en la plataforma como en las últimas expresiones, Milei mantuvo la idea de la dolarización, pero poniéndola como un objetivo a medio o largo plazo, después de una serie de reformas.

El presidente electo llega con la idea de bajar drásticamente el déficit fiscal, aunque no ha sido explícito en cómo lograrlo, más allá del recurrente “achicar de la política”, sea vía de eliminación de ministerios o de otras acciones de gran valor simbólico, pero no necesariamente de impacto real en la baja de los gastos.

 
Un camino para la baja del déficit podría pasar por la idea de privatizar las empresas públicas deficitarias, aunque para ello debería avanzar en consensos en el Congreso.

La otra parte es un plan de obra pública realizada a partir de la inversión de empresas privadas.

También plantea una reforma tributaria que impulse una baja de los impuestos, en especial la eliminación de retenciones. Los incentivos al campo y la apuesta a un fuerte crecimiento de la producción agropecuaria son centrales en el eje libertario.

Milei impulsa la flexibilización laboral para la creación de empleos en el sector privado, con la sustitución de las indemnizaciones sin causa por un sistema de seguro de desempleo, reducción de cargas patronales y libre afiliación sindical. Pero también ese punto debe pasar por el Congreso, donde Milei no llega siquiera a un tercio de bancas.

Respecto al tema social, la propuesta de Milei es “redefinir” los planes “en pos de consolidar la familia, la niñez, la adolescencia y la ancianidad en programas de oficios, nuevas tecnologías, proyectos comunitarios sustentables”.

Respecto a los subsidios, su propuesta es la eliminación gradual hacia esquemas “más realistas” en las tarifas de los servicios públicos.

JUBILACIONES Y CENTRAL
Donde sí podría haber una fuerte reducción del gasto público es en la reforma previsional, con un sistema de capitalización privado, junto con un programa de retiros voluntarios de empleados públicos y de achicamiento del Estado.

Recién cuando esas medidas surtan efecto, en el caso de que lo hagan, aparecen las “ideas vedete” de Milei: cerrar el Banco Central, previo dejar de emitir y eliminar todos los cepos, para avanzar a un esquema de “libre circulación de divisas”, conocido como “dolarización”.

Hay una tercera generación de reformas, que incluyen la reforma del sistema de salud, impulsando el sistema privado y fomentando la competitividad libre entre empresas del sector; más una reforma del sistema educativo, donde coexistan lo público con lo privado, pero se fomente la competencia entre instituciones.

Aunque lo relativizó en la última parte de la campaña, la plataforma de La Libertad Avanza arranca con la idea de los vouchers en educación.

En Salud, Milei aclara que no habrá ajustes en el sistema público, pero sí mayores controles. Además, postula la defensa de la vida desde la concepción, aunque el derecho a la interrupción del embarazo está garantizado por ley.

En materia de Seguridad, la propuesta central es la construcción de cárceles por sistema de gestión público-privada y la “militarización” de esos establecimientos penitenciarios.

Con información de La Voz, sobre una nota de Roberto Battaglino

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