El Gobierno prepara la era de la "competencia de monedas"

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El Gobierno negocia en estas horas su máxima apuesta económica para el futuro inmediato: la aplicación del esquema de la "libre competencia de monedas". O el título que finalmente le imponga Javier Milei a la idea. Ya lo habló personalmente con Gita Gopinath, la número dos del FMI, e interpretó en aquel encuentro de una hora cuarenta minutos de la semana pasada, que el Fondo Monetario Internacional no podrá trabas. Tampoco apoyos específicos.

 Luis "Toto" Caputo es quién habla del tema con la titular del organismo financiero Kristalina Georgeiva y con la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos Yanet Yellen. Se supone que tampoco desde el gobierno de Joe Biden habrá negativas importantes a la idea, con lo que Milei considerará que cuenta con luz verde para avanzar en su proyecto económico más importante desde que llegó al gobierno el 10 de diciembre del año pasado.


Si finalmente el ministro de Economía logra cierto aval (aunque sea de neutralidad) desde el FMI y los Estados Unidos en la Cumbre de Ministros de Economía y Finanzas del G20 de San Pablo, probablemente el anuncio de inicio del proceso de "libre competencia de monedas" formaría parte del mensaje que Javier Milei presentará en sociedad en la Asamblea Legislativa del primero de marzo. Acto constitucional que, este año, será nocturno.

La idea que Milei y Caputo tienen en mente es una primera etapa de la "libre competencia" donde cualquier moneda aceptada por la sociedad, conviva con la doméstica. Esto es, que cualquier transacción pueda realizarse en dólares, reales, euros o pesos chilenos, a la vez que también el peso argentino tenga vida libre. Pero manteniendo como obligatorias algunas obligaciones fiscales y tributarias para realizarse en pesos, como el pago de impuestos, salarios públicos, pago a proveedores y giros a las provincias por coparticipación.

Esto implicaría que la moneda local tenga vigencia plena y fuerte, al menos por un período importante, con lo que no habría fuga rápida y directa hacia las monedas más fuertes. Tampoco cambios masivos de carteras financieras de corto y mediano plazo.

Qué pasará con la emisión
Obviamente, un programa de este tipo convive, sí o sí, con la actual política de restricción monetaria máxima y el cierre total de la canilla emisora de pesos del Banco Central. Un incremento en la base monetaria vía emisión haría que la "libre competencia" comience a flaquear y a provocar presiones cambiarias que desequilibrarían el programa y haría que la competencia de monedas se transforme en un combate desigual con riesgo de desaparición del peso.

No es lo que Milei y Caputo están pensando. Pese a que se habla de un puerto final de dolarización completa, en esta etapa consideran imprescindible la convivencia plena con el peso, manteniendo la necesidad de cierta demanda de la moneda local para que la equiparación entre la base monetaria líquida de pesos no tenga que equipararse 100% con las existencias de divisas. El número actual implica que estaría cerca el nivel de equilibrio cercano a los 8.000 millones de dólares.

Sin embargo, para que el proceso de "libre competencia de monedas" sea tranquilo, el nivel de divisas debería ser algo superior a la existencia de pesos. En eso es en lo que se trabaja en estos tiempos de severísimos ajustes.

Este proceso de aplicación paulatina de la competencia de monedas descarta, además, devaluaciones del peso. Según el Gobierno, en los tiempos actuales "los dólares salen por la boca", siguiendo la definición a MDZ que dio un alto representante del Ejecutivo.

Explica la fuente que en la actualidad existe una sobreoferta de divisas, fruto de las liquidaciones de exportadores en el mercado oficial y de ventas de divisas de ahorristas primarios en los mercados alternativos, fruto de la necesidad de hacerse de pesos para mantener la liquidez de pesos en tiempos de emisión cero.

Escenario futuro
Hacia delante ve el oficialismo la llegada de los dólares sojeros de la campaña 2024, los que, aunque no lleguen a sumar un récord histórico tal como se presumía hacia fines del 2023, igualmente mostrarán un nivel considerable. O al menos lo necesario para cerrar un primer semestre de amplia oferta cambiaria para el oficialismo.

Con este panorama, Milei y Caputo descartan la necesidad de abandonar, al menos por el momento, la política de un crawling peg -deslizamiento suave y controlado del ritmo de devaluación- estacionado en el 2% mensual acumulado entre enero y abril, pese a que fue uno de los reclamos de Gopinath al ministro de Economía en el encuentro que ambos mantuvieron la semana pasada en Buenos Aires.

Según lo dicho en esa reunión del Palacio de Hacienda, la economista indo-norteamericana había mencionado el eventual retraso cambiario entre la devaluación del peso en diciembre a $800 y la inflación acumulada para el primer cuatrimestre del año. Si bien Caputo reconoció que el 2% marcha por detrás del alza de los precios, la oferta de divisas de los primeros dos meses del año, más la proyectada por la liquidación sojera justificarían la política de prudencia del oficialismo en cuanto a las actualizaciones cambiarias.

Ambos quedaron en volver a hablar sobre el tema a fines de marzo, cuando las partes nuevamente se reúnan para definir el cumplimiento de las metas pactadas para el primer trimestre de 2024 dentro del acuerdo de Facilidades Extendidas cerrado en enero pasado entre Argentina y el FMI. Descartan en Buenos Aires que las metas se cumplirán sin problemas, que el Fondo desembolsará los US$ 2.600 millones comprometidos y que sólo quedarían algunos matices del acuerdo para discutir. Entre ellos, la velocidad de la actualización del tipo de cambio.

Sin devaluar
Mientras tanto, y despejando incógnitas de corto plazo, descarta el equipo económico que haya que acelerar una devaluación, llevando el tipo de cambio hacia los 1.000 pesos o similar, tal como había circulado en versiones poco profundas del mercado. Para el oficialismo, llegó el tiempo en que el plan Milei muestre además del "ancla fiscal" contra la inflación, la ayuda del "ancla cambiaria".

Esto es el doble efecto para paliar el incremento de los precios en una economía en ajuste: la falta de emisión monetaria con la estabilidad del tipo de cambio. Por ahora, los números y porcentajes le estarían dado la razón al tándem Milei- Caputo. Los dólares entran, la demanda de divisas se estanca y lentamente, la deuda con importadores se va estabilizando. 

Momento ideal, piensan tanto en la Casa de Gobierno como en el Palacio de Hacienda, de dar un paso más en el Plan Maestro de Milei. Tiempos, quizá, de presentar en sociedad la "libre competencia de monedas". Se sabrá en pocas horas si el programa se incluye en el mensaje de la Asamblea Legislativa de mañana.

CON INFORMACION DE MDZOL.COM

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