Eddie Murphie es otra vez "detective suelto" en una predecible pero efectiva secuela

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Después de 30 años y con un nombre no demasiado atractivo, generaba cierto resquemor el estreno de "Un detective suelto en Hollywood: Axel F.", la cuarta entrega en de la saga en la que Eddie Murphy interpreta a un investigador de la policía que siempre se mete en problemas para salvar el día.

El agente de la áspera Detroit esta vez volverá al lujo de Beverly Hills porque su hija Jane (Taylour Page), abogada que defiende a un joven mexicano por la confusa muerte de un policía, es amenazada de muerte.

 Kevin Bacon, el villano de esta nueva entrega.
Así, Foley se reencontrará con viejos conocidos como los miembros de la fuerza William Rosewood (Judge Reinhold) o John Ashton (John Taggart), mientras se da cuenta que tendrá que enfrentarse a los intereses espurios del Capitán Grant (un impecable Kevin Bacon), un jefe policial que usa a los narcos como arma para salirse con la suya.

Acompañado de su hija, con quien trata de arreglar el vínculo abandonado hace años, y de un joven agente honesto interpretado por Jospeh Gordon-Levitt, buscarán llegar al a verdad entre persecuciones, destrucciones exageradas por doquier y muchos chistes -algunos simpáticos, otros no tanto-.  

Pese a no esquivar a ninguna fórmula y ser predecible desde el inicio, la película no decepciona en su cometido: entretener cada momento. 

La cuarta entrega de la franquicia, con todos sus defectos y su trama reiterativa, ofrece una combinación entre la comedia y la acción que hacen que sus poco menos de dos horas de duración se pasen como en un instante.

La nostalgia es el principal combustible y pese a no ser una gran película, no da un paso en falso en exagerada corrección ni se vuelve una fallida adaptación a nuestros tiempos: el film del debutante Mark Molloy toma elementos de grandes blockbusters de los '80 y los hace estallar por los aires. 

Fuente: Infobae

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