El Plan Aguantar

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Javier Milei apuesta a todo o nada a las elecciones de Estados Unidos. Mientras cumple con su promesa de bajar la inflación, a costa de recesión y aumento de desempleo, el Presidente entretiene con debates rimbombantes y espera a que un triunfo de Donald Trump le garantice los dólares para salir del cepo y profundizar su modelo libertario.

“Un triunfo de Trump cambia absolutamente la economía y la política mundial, él se ha comprometido con Milei para que llegue el dinero a la Argentina para poder sacar el cepo y bajar los impuestos", dijo esta semana el exvicepresidente Carlos Ruckauf, devenido en un libertario militante. ¿Tendrá el Gobierno un plan B?
 
El discurso de Ruckauf fue amplificado por cuentas de redes sociales que suelen interactuar con el Presidente y responden directamente al esquema de difusión de la Casa Rosada. Si el anuncio del exvicepresidente tiene, o no, chances de cumplirse dependerá del resultado de las elecciones del 5 de noviembre y de las prioridades del republicano.


La asunción del futuro mandatario estadounidense está prevista recién para el 20 de enero. ¿Cuál es el plan hasta entonces? Milei lidia con un país que todavía muestra paciencia hacia la administración libertaria – los niveles de aprobación de mantienen en torno a los 50 puntos, según la mayoría de los estudios de opinión –, pero que sufre el deterioro progresivo de su economía.

La semana pasada se conoció que, entre noviembre de 2023 y abril de 2024, perdieron su trabajo más de 137 mil asalariados formales, de los cuales 112 mil pertenecían al sector privado. El Gobierno vendió como un logro el índice de actividad económica de mayo, que mostró una recuperación del 2,3% interanual gracias al sector del agro. Pero omitió decir que ese crecimiento se registró comparativamente frente a la sequía de 2023.
Mientras la Casa Rosada instala temas rimbombantes de agenda, como la baja de la edad de imputabilidad o el desembarco de las sociedades anónimas en el fútbol, el riesgo país se estacionó cerca de 1.600 puntos y este viernes se conoció que el Gobierno envió lingotes de oro del Banco Central al exterior, por citar dos ejemplos que muestran la fragilidad de la situación económica y financiera.

En guerra con el FMI
Sobre el final de la semana, Milei cargó de nuevo contra el FMI, que todavía no se pronunció sobre la decisión del Gobierno de utilizar reservas para intervenir en el dólar contado con liqui (CCL). En diálogo con Neura, el Presidente dijo que Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, “no quiere que le vaya bien al país". “Tiene mala intención manifiesta, tiene otra agenda. Nosotros somos sobrecumplidores con todos, pero prefirieron apoyar el desastre de (Sergio) Massa", remarcó.

Milei agregó a sus consideraciones que Valdés es parte del Foro de San Pablo, un espacio que nuclea a partidos reformistas, de centroizquierda o de izquierda de América Latina. Y, en una proclama soberana, dijo que el Fondo no es su jefe porque ese lugar lo ocupa "el pueblo argentino". "Muy kirchnerista", chicanearon al economista del FMI en la Casa Rosada.

Valdés es un funcionario del Fondo que Massa también padeció. En el equipo del exministro de Economía dicen que es “antiargentino”. “Lo primero que tienen que entender los argentinos es que tienen un país pobre”, le dijo a Massa la primera vez que se vieron. Como Milei, el excandidato presidencial también intentó correrlo de las negociaciones y cambiarlo por otro interlocutor en el Fondo. La respuesta del organismo fue exactamente la contraria. Sacó al venezolano Luis Cubeddu, con quien Massa tenía una mejor relación, y fortaleció a Valdés.

¿Pasará algo diferente con Milei? Dijo Ruckauf en la misma entrevista en TN que el FMI “obedece al secretario del Tesoro de Estados Unidos” y que, en caso de ganar, Trump le volvería a dar la orden de ayudar a la Argentina, como ya hizo en tiempos de Mauricio Macri. Aquella vez salió muy mal para el país y para el Fondo.

¿Podrá Trump volver a torcerle el brazo a los demás países miembro del organismo? Un informe que publicó la semana pasada la consultora de Martín Guzmán afirma que la idea del Gobierno “es aguantar con el régimen cambiario vigente con la expectativa de que, pasada la elección de Estados Unidos, el FMI apruebe un nuevo préstamo al gobierno argentino, con nuevo financiamiento”.

“El escenario que más facilitaría tal situación es un triunfo de Trump, por razones de política interna de Estados Unidos y de política exterior”, dice el texto de Suramericana Visión. El documento parte de la idea de que Milei y el ministro de Economía, Toto Caputo, están dando todos los pasos hacia la dolarización de la economía argentina y que eso se materializará aun cuando “esa opción no resulta ser la preferida” por el FMI.

Según la misma consultora, en mayo de 2023 se necesitaban uS$ 40.800 millones para dolarizar la economía argentina ahora, u$s 28.134 millones.

De acuerdo a su mirada, pesarán más las razones geopolíticas que hacen que Trump busque fortalecer a Milei en la región para contrapesar la incidencia de Luiz Inácio Lula Da Silva, en Brasil. El éxito de ese plan también dependerá, en gran medida, del resultado de las próximas elecciones de Venezuela, que se celebrarán el próximo domingo 28. Nicolás Maduro va por la reelección, pero enfrenta un panorama complicado.

“Vamos a ver al verdadero Milei si Trump asume como presidente de Estados Unidos”, afirma un hombre que conoce detalles de la organización de la derecha global, que busca apuntalar a Milei en Argentina. Se refiere a la agenda cultural y económica del libertario, que se vería envalentonado para aplicar su plan completo, que no incluye la corrección política y no admite disenso, como quedó claro esta semana con la salida abrupta de funcionarios como Julio Garro y asesores económicos como Fausto Spotorno o Teddy Karagozian.

El Presidente tiene protagonismo innegable en la escena mundial de la ultraderecha. De los 11 viajes al exterior que hizo desde que asumió, hace siete meses, diez estuvieron signados por su participación en eventos conservadores. La semana pasada, uno de ellos se celebró en Buenos Aires. Con la presencia de dirigentes de 20 países, Argentina fue sede del Foro Panamericano de Jóvenes Políticos, que busca ser, justamente, la contracara del Foro de San Pablo al que aludió Milei cuando habló sobre Valdés. “Sin Trump, sin Jair Bolsonaro, sin Vox ni Isabel Ayuso en España, sin Viktor Orbán en Hungría, sin Giorgia Meloni no podríamos entender lo que significa la victoria de Javier Milei”, dijo el director del Foro, Enzo Di Fabio. El gobierno de anarcocapitalista es parte de un plan global mucho más ambicioso de sectores que buscarán sostenerlo en las malas.

La dolarización en el ojo del electorado
Aunque Milei la prometió en campaña, la dolarización no termina de seducir a la ciudadanía. Así lo muestran algunos sondeos de opinión, que marcan distancia entre el proyecto del Presidente y lo que espera la población.

En focus group que hizo en julio la consultora Trespuntozero encontró un desplazamiento del foco de preocupación de los encuestados, que pasó de la inflación a los salarios bajos. “Este corrimiento generó que la dolarización perdiera interés como propuesta y no apareciera espontáneamente en la discusión en ningún grupo”, dice el estudio.

En paralelo, aparecieron ideas sobre las dificultades prácticas que supondría para los ciudadanos tener que incorporar el cambio de moneda. Votantes denominados “blandos” de Milei plantearon dudas sobre la eventual circulación de dólares “truchos”. “La abuelita, pobre, yéndose a la verdulería con los dólares a comprar, me imagino un caos”, dice uno de los participantes en el estudio.

En tanto, otra encuesta de Aresco cerrada en marzo marcaba que el 53,9% de los encuestados se manifestaba “en desacuerdo” con la dolarización, mientras que un 39,2% decía estar de acuerdo. Como sucede con muchas iniciativas del Gobierno, cuando se miden en particular, la dolarización está muy por debajo de la imagen del Presidente o de la aprobación de la gestión, que se sustenta en una expectativa positiva de cambio en el rumbo del país.

¿Milei se animará a avanzar con su promesa de campaña a pesar de la opinión pública actual? Un triunfo de Trump podría acelerar los planes, pero una derrota tampoco descarta el plan. Un consultor que dialoga con espadas económicas del Gobierno afirma que, en la medida en que el plan económico no despegue, la dolarización podría dar “un fogonazo de alivio” en el corto plazo que podría empujar al oficialismo en las elecciones 2025, el objetivo que tiene en la mira la Casa Rosada.

Por lo pronto, el Presidente y Karina Milei intentan atar todos los cabos para que no haya sorpresas. La renovación de la Corte tiene, entre sus objetivos, garantizar votos de aprobación al plan económico. El presidente actual del máximo tribunal, Horacio Rosatti, ya escribió que la dolarización es inconstitucional y se ganó el odio del Presidente. Habrá que ver si los senadores les consultan su opinión a Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, los candidatos que impulsa el mileísmo para la Corte; o si también estarán esperando ver qué pasa con Trump.

CON INFORMACION DE LETRA P.

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