El gobierno de Javier Milei fue elegido por varias razones, algunas de las conocidas a través de encuestadores tiene que ver con la preocupación social por aspectos como la economía, la seguridad y la corrupción. De hecho, en enero de este año se conoció el dato de que Argentina cayó en el Índice de Percepción de Corrupción difundido anualmente por la organización Transparency Internacional y se ubicó en el puesto 98 de 180.
Con el correr de los meses, el Ejecutivo se abocó, principalmente, a los asuntos económicos, algo que a la fecha señalan como un éxito de gestión con indicadores en recuperación como la desaceleración de la inflación. También tomó medidas para luchar contra la corrupción. Algunas, por ejemplo, tuvieron como fin sacar a los intermediarios de los beneficiarios sociales que usaban su rol para sacar beneficios políticos y personales o frenar la obra pública.
En marzo, durante una entrevista televisiva, el presidente Javier Milei declaró: "Hay más corrupción de lo que la gente se imagina". Siete meses después, una sucesión de escándalos ponen sobre la mesa otra vez esta problemática que parece constituir la matriz más profunda del país y tomar la forma de algo indestructible.
Desde el caso del senador Edgardo Kueider, detenido en Paraguay por viajar con 200 mil dólares y más de 600 mil pesos que no puede justificar, hasta la no declaración de propiedades en Estados Unidos por parte del jefe de la DGI a través de sociedades offshore pasando por el diputado Cristian Ritondo, en la mira judicial, por presunto enriquecimiento ilícito o un jefe de la Policía Federal que usó un avión de la fuerza para llevar familiares a su casamiento en Corrientes, la corrupción parece estar lejos de ser combatida por tratarse de algo casi intrínseco en ciertos espacios de poder.
Según Pablo Sechi, Director Ejecutivo de Poder Ciudadano, en diálogo con MDZ: "Argentina es un país donde hay casos de corrupción en diferentes escalas. Lo que es la micro corrupción, que es la que a la que se enfrenta el ciudadano continuamente, a través de cuando lo para la policía o algo por el estilo y le pide una coima, o para hacer un trámite, etcétera. Casos intermedios como esto que estamos viendo, que vos me mencionas, y después de casos de gran corrupción que es cuando ya el poder se utiliza para mantenerse en el poder y para conseguir fondos que son mucho más más grandes para que se crean organizaciones a través de la corrupción".
Lucas Romero, politólogo y director de Synopsis Consultores, también habló con este medio y expuso que existe "una innumerable cantidad de factores" detrás de esta problemática. "La ausencia de un Estado fuerte, la ausencia de funcionarios bien pagos, la ausencia de eficacia en los organismos de control internos y externos, la ausencia de una acción efectiva de control de la sociedad civil sobre la acción gubernamental, sobre el ejercicio de la función pública de los funcionarios, un contexto económico que favorezca la posibilidad de que funcionarios públicos caigan bajo la tentación de cometer delitos en coordinación con organizaciones criminales que pudieran verse favorecidas por la acción de ese funcionario público, todo esto le va agregando vulnerabilidad a todo el ecosistema gubernamental y hace que puedan proliferar este tipo de delitos en donde hay funcionarios públicos que ejercen una función facilitadora o de asistencia para la comisión de delitos", consideró.
"Me parece que no hay que buscar otras razones que esas. La integridad de los funcionarios públicos también es un déficit, pero en todo caso uno no puede descansar o hacer descansar el sistema en que siempre esté dotado de funcionarios íntegros. Entonces es necesario establecer mecanismos de control, y esos mecanismos de control son internos del propio Estado, son cruzados dentro del propio Estado o son externos desde la sociedad civil. Si todo eso es débil, la posibilidad de que aparezcan este tipo de episodios es aún mayor", agregó.
El panorama coloca al Gobierno en un rol clave frente al desafío de instrumentar políticas capaces de desarticular la corrupción a través de un enfoque integral que pueda ser sostenido a futuro.
CON INFORMACION DE MDZOL.COM