


Elizondo: "Argentina tendría que exportar el doble de lo que exporta, llegar a US$150.000 millones"
POLÍTICA


En un escenario global muy desafiante, en el que irrumpieron los aranceles a las exportaciones que dispuso el presidente Donald Trump, Argentina sumó nuevo problema a su ya complicada agenda exterior. A esto hay que sumar un Mercosur estancado, problemas derivados de la devaluación del real en Brasil, y pérdida de competitividad de la economía argentina.


Estos son algunos de los tópicos que abordó Marcelo Elizondo, experto en negocios internacionales y presidente del capítulo argentino del International Chamber of Commerce (ICC), en diálogo exclusivo.
- El mundo hoy está ante un escenario global atípico. En materia de comercio internacional, los aranceles que puso Estados Unidos patearon el tablero. ¿Cómo ves esta situación?
- Ha sido muy disruptiva la política del presidente Trump, que ha utilizado los aranceles como herramienta general. Históricamente los aranceles, que son un instrumento viejo, que se usó hace mucho tiempo en el mundo y la verdad es que dieron mal resultado. Cuando los países usaron aranceles altos para protegerse, se empobrecieron y empobrecieron a la economía mundial. Luego eso empezó a dejar de ser utilizado, Trump los trae de nuevo, pero no solamente desde el punto de vista de la protección de su industria, los trae como herramienta de negociación.
Le dice a Colombia “acepten que yo les devuelvo los inmigrantes ilegales, porque si no les pongo aranceles” o le dice a México “no me manden más inmigrantes ilegales, porque si no les pongo aranceles” o a Canadá “no me mande fentanilo”, o disputas geopolíticas con China. De modo que los aranceles aparecen como instrumento de sanción para quien no se adecua a los intereses del presidente Trump.
No sé si la política arancelaria de Trump vino para quedarse o será simplemente instrumento de negociación. En cualquier caso, los aranceles son un instrumento pernicioso. Reducen el funcionamiento de las cadenas de valor y afectan a la economía global. Hoy la economía está muy integrada. En 2024 el mundo llegó al máximo histórico de comercio internacional entre todos los países, 33 billones de dólares. Estados Unidos es la economía más grande del mundo, 25% del PBI mundial, así que los aranceels de por sí afectan. Hace más cara la producción por la suba de costos y si hay retaliaciones y guerra de aranceles con otros, afecta la economía global.
- ¿Y Argentina cómo se posiciona frente a esto?
- Hay distintos planos. Los aranceles que Trump ha anunciado y están en implementación, hasta ahora son solamente contra México, Canadá y China. El resto está en el plano de los anuncios, los aranceles espejo, amenazas contra la Unión Europea, incluso el acero y el aluminio, los productos agrícolas, están en el plano de los anuncios, pero todavía no está instrumentado. Por lo tanto, no sabemos si se va a instrumentar, si se instrumentará en su totalidad o parcialmente, por lo que la respuesta queda un poco en suspenso.
Ahora bien, la Argentina tiene una relación muy fluida hoy con los Estados Unidos por la muy buena sintonía entre los dos presidentes. El presidente Milei ha dicho que quiere un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, lo cual reduciría absolutamente la influencia de los aranceles, haría libre el comercio entre los dos países si se logrará, y el presidente Trump ha dicho que está dispuesto a evaluar esa propuesta. De modo que creo que es posible que Trump, trate distinto a los adversarios de los amigos.
Es posible que la Argentina y Estados Unidos, negocien algo. No sé si un acuerdo de libre comercio integral para reducir todas las trabas, pero quizás en algunos rubros, en algunas industrias, minerales, energía, economía del conocimiento y allí la Argentina quede eximida de aranceles, si es que se puede integrar, si no en todo, al menos en parte, en un pacto que sería muy ambicioso y en mi opinión sería muy favorable para la Argentina, pero que no sería sencillo de lograr y requeriría abordar muchos aspectos de negociación complejos.
- Entre otras cosas, salir del Mercosur...
- Exactamente. Argentina, antes de negociar con los Estados Unidos o antes de concretar una negociación con los Estados Unidos, tendría que resolver el problema de que el Mercosur establece en el Tratado de Asunción, que es su tratado constitutivo, que la política arancelaria del bloque es común. Por lo tanto, ningún país puede tomar decisiones arancelarias unilateralmente y un acuerdo de libre comercio es “yo le bajo mis aranceles a un tercer país fuera del Mercosur, para que recíprocamente él haga lo mismo conmigo”. Una alternativa es renegociar el Mercosur, modificar o quitar esa cláusula que es vetusta y sobre la cual se han elaborado muchas críticas.
- El nuevo presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, también quiere abrir el juego.
- Y hay otros casos. Recordemos que el presidente Bolsonaro, cuando fue presidente de Brasil unilateralmente bajó todos los aranceles de Brasil dos veces, el 10% cada vez. El Mercosur, una vez convalidó, se lo permitió. La segunda vez no se expidió. Hay una enorme cantidad de casos de excepciones al arancel externo común que han ocurrido. De hecho, como el caso de Bolsonaro, con autorizaciones expresas. De modo que una alternativa es reformular formalmente el Mercosur.
Otra alternativa es que la Argentina logre que el Mercosur permita algunas excepciones para que la Argentina logre algún acuerdo bilateral con Estados Unidos en algunas industrias, no en todas, pueda bajar aranceles en algunos sectores, no en todos. Y eso me parece que sería algo menos tortuoso, pero requeriría también un esfuerzo de negociación y de capital político que, de todas maneras, el Mercosur se lo debe.
El Mercosur es un bloque que ha quedado con un modelo de organización muy vieja, muy cerrado, muy rígido. Por eso es cada vez menos importante y merece una flexibilización y una apertura.
- En ese sentido, no juega a favor el hecho de la poca sintonía que hay entre los presidentes de Brasil y Argentina.
- Claramente, la mala relación personal entre los presidentes de Brasil y Argentina hacen más complejo el escenario de negociación, porque finalmente el Mercosur es un bloque de cuatro países. Hay dos más, que son Venezuela y Bolivia, pero Venezuela está suspendida y Bolivia todavía no ejerce todos sus derechos. Y de los cuatro fundadores, la verdad es que Argentina y Brasil, por sus dimensiones, son los dos mayores.
La mala o casi nula relación entre Milei y Lula hoy no favorece el escenario de la negociación. Creo que habría que pensar en un escenario en el cual la economía en general está requiriendo que el Mercosur sea más abierto, sea más flexible. Mercosur es de los 20 principales bloques que hay en el mundo de integración, el que menos relación exportaciones/PBI tiene.
Ese es el bloque que menos exporta al resto del mundo, es el que menos relación comercial tiene con el resto del mundo. Por lo tanto, más allá de Lula o Milei, creo que hay que permitirse una renegociación.
- ¿Hacia dónde está yendo el comercio internacional?
- En 2024 el comercio internacional tuvo un año muy bueno, fue el máximo histórico de intercambios comerciales en el mundo, medidos en dólares. Fueron 33 billones de dólares, según la UNCTAD (el organismo de la ONU especializado en comercio), aproximadamente 31% del Producto Interno Bruto mundial.
Eso se logró incluso a pesar de que el mundo está complicado. Más allá de los aranceles de Trump este año, ya el año pasado venía con complicaciones, trabas no arancelarias, dificultades geopolíticas y acontecimientos incluso de muchos países que obstaculizan el comercio en frontera por políticas domésticas. Sin embargo, las empresas se han convertido en actores muy poderosos que son resilientes y logran escapar y esquivar a los obstáculos. Y el comercio internacional ha seguido fuerte.
Ahora, si el mundo empieza este año con una guerra de aranceles impulsada por Estados Unidos y sobre la cual reaccionan los demás, ahí sí estamos en riesgo. Pensemos que la mitad de todo el comercio mundial ocurre entre 20 países, las grandes economías mundiales. Si esas grandes economías empiezan una guerra arancelaria entre sí, eso puede afectar mucho a la totalidad del comercio mundial.
Los rubros que hoy impulsan el comercio internacional yo los dividiría en dos. Están los tradicionales, ahí básicamente la energía y el petróleo; en particular, el sector automotriz; o sea de los que más intercambio mundial generan. Y después, obviamente están todos los electrónicos vinculados con la economía del conocimiento.
Luego está toda la parte de la revolución tecnológica que está creciendo en el mundo. Esto está haciendo que los servicios crezcan mucho. La tasa de crecimiento del comercio internacional de servicios duplica la tasa de crecimiento del comercio internacional de bienes. Y los servicios, sobre todo, que se refieren a la revolución tecnológica y la economía del capital intelectual, que hoy está expandiéndose y sobre la cual además está desarrollándose esta guerra geopolítica que estamos viendo entre los principales actores globales.
- Son buenas noticias, porque automotriz, energía, servicios basados en el conocimiento, más el agro es básicamente lo que exporta Argentina.
- Exactamente, la Argentina tiene un gran potencial. En primer lugar, porque es un gran actor en el agro. Agroalimentos es más o menos el 10% de todo el comercio mundial y ahí la Argentina es ya de por sí un actor relevante. Ahora, ha perdido terreno en los últimos años por las malas políticas locales, que las retenciones, que el atraso cambiario o la brecha cambiaria, que las prohibiciones a exportar algunos bienes. La ganancia en la mejora productiva que han tenido nuestros competidores ha sido mucho mayor que la nuestra y hay que recuperar terreno. De todas maneras, seguimos siendo muy eficientes.
Pero además la Argentina tiene en potencial el desarrollo de industrias nuevas para incorporarse a este lote de principales productos mundiales. Uno de ellos es la energía y ahí Vaca Muerta ya está dando muchísimo resultado. Hoy ya la exportación de petróleo y de energía de la Argentina es más del 10% del total y la economía del conocimiento, claramente. Allí hay mucho por hacer y ahí el Gobierno argentino está planteando un escenario de incentivos desde un plan energético para poder generar energía para la inteligencia artificial, pasando por la desregulación que alienta la innovación y siguiendo por la apertura.
La Argentina tendría que exportar el doble de lo que exporta para tener un nivel de exportaciones equivalente a la dimensión de su economía. Tiene que duplicar sus exportaciones, llegar más o menos a entre 120 y 150 mil millones de dólares. Con estabilidad cambiaria, estabilidad inflacionaria, con desregulación, apertura e inversión se puede mejorar la capacidad de oferta del país.
La Argentina es una economía subinvertida y por eso tiene un problema de dificultad para exportar más. No tanto porque no le compren lo que hace, sino porque no hace más como para que puedan comprarle. Tiene un problema de oferta, más que de demanda. Si Argentina hace los deberes, yo creo que el Gobierno en materia económica, está bien orientado, podría lograr esos niveles que son los requirentes para la economía en las dimensiones actuales.
- ¿Qué pasará con el acuerdo UE-Mercosur en este escenario de guerra arancelaria?
- Es un acuerdo cuya negociación ya terminó, pero a la cual todavía le quedan algunos pasos pendientes desde el punto de vista formal y uno de ellos es, además de la firma, la aprobación parlamentaria posterior. En el Mercosur tiene que ser aprobado por los congresos de los cuatro países. El acuerdo tiene dos partes, la parte estrictamente arancelaria puede ser puesta en marcha en la Unión Europea con la aprobación de las autoridades comunitarias, el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo.
Esperemos que eso ocurra. Los que están manejando esto en Europa dicen que en Europa hay voluntad política y mayorías suficientes. Si eso ocurre, el tratado va a entrar en vigencia en poco tiempo y eso revoluciona el Mercosur, que está perdiendo importancia relativa. Vinculándose con la Unión Europea, pasaría a tener oportunidades enormes en términos de desarrollo en una dimensión distinta de la que he tenido hasta ahora.
¿El polo para explotar hoy sería Medio Oriente y Extremo Oriente?
- El mundo hoy está dividido en distintos espacios, con performance y comportamiento distintos. Ahí vemos a Estados Unidos con sus políticas arancelarias que todavía no son muy claras. La Unión Europea es un mercado integrado hacia adentro, con búsqueda de apertura hacia afuera, pero muy exigente a través de normas no arancelarias, por lo tanto, no es un mercado tan sencillo. No va a plantear como Estados Unidos las dificultades en términos arancelarios, pero sí las plantea en términos no arancelarios, sobre todo en términos ambientales y de performance, sociales, de seguridad y sanitarios. Lo que queda, en líneas generales, es la gran región asiática, que es la más abierta.
Hay en Asia algunos mercados más cerrados, como la India, hay otros mucho más abiertos, como los viejos tigres asiáticos, está China con una influencia de la política en los negocios, que no es menor, pero en líneas generales, yo diría el gran espacio asiático es el espacio donde hoy el comercio internacional fluye y da la sensación de que fluirá con mayor dinamismo en los próximos años.
CON INFORMACION DE MDZOL.COM

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