





Los legisladores bonaerenses están listos para suspender las PASO bonaerense pero sigue sin poder resolver cómo se realizarán las votaciones bonaerenses. Sin fechas definidas, más allá de la decretada del 7 de septiembre, todo lo demás está en el aire, tanto que puede afectar la decisión ya tomada por Axel Kicillof.

Sergio Massa estuvo varios días sin atender el teléfono. Lo impacienta ver cómo todos los espacios políticos se desesperan en destruir las alianzas naturales, pero la que más le preocupa es la propia, la que integró en 2019 bajo la promesa de volver mejores.
Cristina Fernández de Kirchner, por su parte, ha dicho en reiteradas oportunidades que aceptó la decisión de un conducido suyo, contraria a su voluntad inicial e idea de solución ante una elección que avizora peligrosa.
La expresidenta quería que en la Provincia se vote en la misma fecha que el Gobierno nacional dispuso para inaugurar las boletas únicas en todo el país. Kicillof, aconsejado– presionado por todos los aliados, más los antecedentes cercanos observados en la relación que Alberto Fernández tuvo con los Kirchner-, decidió desdoblar el cronograma electoral.
Como nunca antes, quedó en claro que Cristina Kirchner no tiene el poder de seducción y de sumisión que tenía en el pasado inmediato. Por eso no le quedó más remedio que aceptar una condición impuesta desde alguien que otrora era su conducido. Ahora está pidiendo que no sigan forzando posturas de independencia que la obligarán a quedarse sin más margen que darle rienda suelta a su hijo Máximo y a La Cámpora de armar por su cuenta.
Quizás esta semana se vea más claro hasta dónde puede llegar la presión contra el gobernador que podría venir, no de la política ni de los intendentes, sino de la propia Justicia a través de la postura del juez federal con alcance electoral en la Provincia de Buenos Aires, Alejo Ramos Padilla, con muchas terminales en el Instituto Patria.
Los legisladores quieren votar un cronograma bastante concentrado para la presentación de alianzas, armado de listas, confección de boleta y llegar al 7 de septiembre para la elección provincial. Es lo que más le conviene a las autoridades partidarias de todas las fuerzas menos a Kicillof. Y ahí podría entrar a tallar Ramos Padilla, quien aduciendo limitaciones organizativas, con fechas muy pegadas para realizar la primera elección desdoblada en los últimos ochenta años, directamente recomiende votar el mismo día que lo harán los candidatos nacionales.
Esto le resolvería un gran problema a la Justicia Electoral bonaerense, desacostumbrada en realizar y organizar elecciones generales, y volvería a descansar en las autoridades del gobierno federal. Además, justificarían su postura de unificar las fechas en que se ahorraría un montón de dinero que no tiene.
Esta idea es vista con mucha algarabía por el oficialismo libertario, que a su vez debate internamente si conviene o no sancionar Ficha Limpia y anular electoralmente a Cristina Fernández de Kirchner, el gran freno para generar una nueva conformación política con una parte de la grieta anulada.
Si se suspenden las PASO, La Libertad Avanza deberá exponer todas sus miserias en el terreno bonaerense, donde además estarán impedidos de presentar una lista con color porque, al no haber primarias, las fotos y los cromas desaparecen de la boleta. Por eso coincide con la expresidenta en votar el mismo día que se elegirán los cargos nacionales el 26 de octubre.
Además de todo esto hay que contemplar que cada integrante de los frentes electorales posibles tiene una necesidad personal que termina superando el todo. Karina Milei cree que todo el antikirchnerismo puede pintarse de violeta y elige destruir al macrismo antes de pedir su acompañamiento.
Massa prefiere seguir cerca de Cristina Kirchner porque la edad y una posible sanción judicial podrían sacarla de carrera. Y Kicillof, con todos los antecedentes sobre la mesa, no puede correr el riesgo de un nuevo pacto que lo terminará sin nada.
Uno de los intendentes cercanos a Máximo Kirchner que se juntó el lunes pasado con el gobernador confesó que la reunión había sido solicitada por ellos para acercar posiciones. Le volvieron a pedir que se juntara con la jefa del peronismo para evitar una ruptura cada vez más probable.
Ahí todos se sorprendieron por la respuesta que le brindo Kicillof. "Ok, yo acepto, voy a la reunión y me espera con Máximo sentado al lado. ¿Qué hago? No, muchachos, tiene que entender que ahora la decisión no puede pasar por ellos dos solamente". Continuará.
CON INFORMACION DE MDZOL.COM




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