El científico Gabriel Rabinovich es miembro de la Organización Europea de Biología Molecular

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La Organización Europea de Biología Molecular (Embo, por sus siglas en inglés) incorporó este miércoles al cordobés Gabriel Rabinovich, investigador en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme).

La membresía de esta organización científica busca honrar a científicos y científicas distinguidos que han realizado contribuciones sobresalientes al campo de las ciencias de la vida. Está formado por más de 1.900 investigadores e investigadoras y en cuya nómina figuran 90 premios Nobel.

“Me siento muy honrado y agradecido por este nombramiento, ya que la biología molecular ha sido y sigue siendo una herramienta clave en nuestros proyectos, permitiéndonos responder un gran número de interrogantes en el campo de la biomedicina”, contó Rabinovich, quien también es profesor titular de Inmunología en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

SUS INICIOS EN CÓRDOBA
En la primera mitad de la década de 1990, cuando realizaba su tesis doctoral en Córdoba tras recibirse de bioquímico, Rabinovich realizó un descubrimiento que marcaría en adelante su trayectoria científica: identificó el rol de una proteína ahora conocida como Galectina-1 (Gal-1) en el sistema inmune.

“En ese momento, aún no entendíamos bien de qué proteína se trataba. Sabíamos que debía ser de una lectina, por el tipo de anticuerpo que habíamos utilizado, pero para poder estudiarla necesitábamos purificarla, caracterizar sus propiedades y aislarla”, relató el investigador.

Y agregó: “Mi tesis de doctorado fue la purificación, caracterización molecular y funcional de una lectina de macrófagos que mataba células T activadas. Sobre este tema publicamos varios trabajos”, señaló el investigador.

De aquellos primeros trabajos formaron parte Clelia Riera, directora de la tesis doctoral de Rabinovich, y Carlos Landa, director de su trabajo de pre-grado y con quien desarrolló los anticuerpos que dieron origen al descubrimiento, al igual que otras investigadoras cordobesas que apoyaron en diferentes fases de este hallazgo como Claudia Sotomayor y Silvia Correa.

A partir de ese trabajo en Córdoba, siguieron casi tres décadas de investigaciones vinculadas a la galectina para mostrar la importancia clave de esta proteína en la regulación del sistema inmune en cáncer, enfermedades autoinmunes y metabólicas e infecciones, siempre con el objetivo en mente de que su trabajo pueda llegar algún día a pacientes con distintas patologías.

PRIMEROS RESULTADOS CONTRA EL CÁNCER
En 1999, se trasladó a Buenos Aires para trabajar en el Hospital de Clínicas. “En aquel momento ya se sabía que ciertas células tumorales tenían mucha mayor cantidad de galectina que una célula normal. Yo pensaba que así como galectina jugaba un rol benéfico en una enfermedad autoinmune como la artritis reumatoide, al prevenir que los linfocitos T ataquen tejidos funcionales, en cáncer debía tener un papel perjudicial, al matar a las células T que tienen que atacar al tumor”, recordó.

Hay que tener en cuenta que a principios de los 2000 hablar de inmunoterapia contra el cáncer era todavía muy infrecuente en la comunidad científica. La hipótesis de que un tumor pudiera matar a los linfocitos que debían atacarlo era aún controversial.

Sin embargo, Rabinovich logró demostrar esto con un trabajo que fue portada de la revista Cancer Cell.

En 2014 llegó otro hito en su carrera: un trabajo, tapa de la revista Cell, demostraba que galectina, además de asistir al escape tumoral, modula la formación de nuevos vasos sanguíneos que favorecen la proliferación de células tumorales y la formación de metástasis.

EN BUSCA DE UNA TERAPIA
Rabinovich y su equipo también desarrollaron un bloqueador de galectina. “El fármaco que desarrollamos para bloquear galectina es un anticuerpo monoclonal con actividad angioreguladora e inmumodulatoria, que tiene la propiedad de reconocer a galectina, pero no a otros miembros de la misma familia de proteínas. Es decir, tiene un alto grado de especificidad”, indicó Rabinovich.

También buscan crear un agonista de la proteína, un fármaco que al administrarse exógenamente pueda suplir la deficiencia en galectina. “Todavía nos queda un trecho por recorrer hasta llegar a su aplicación en pacientes. Siento que estamos cada día más cerca y ese es el sueño mayor a cumplir”, expresó Rabinovich.

Rabinovich es el quinto argentino en integrarse a Embo. Ya forman parte el cordobés Alfredo Cáceres (Instituto Ferreyra), además de Alberto Kornblihtt, Fernando Pitossi y Fernanda Ceriani.

Fuente: La Voz del Interior

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