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Con un nivel de dificultad que se presume superior por lo que representa el cierre del exitoso ciclo político De la Sota-Schiaretti, el peronismo de Córdoba iniciará formalmente la semana próxima la campaña electoral “Llaryora gobernador”.

Con menos frenos inhibitorios de los mostrados hasta ahora, el intendente capitalino hablará el próximo lunes ante lo más granado del PJ cordobés como candidato formal a conducir el Panal. El gobernador Juan Schiaretti será el otro orador.

El mandatario ya movió las piezas hace unas semanas, cuando comunicó oficialmente a un grupo de intendentes que el sanfrancisqueño era, como todos sabían, el hombre elegido para su sucesión. El “OK” público del líder del espacio –en el entorno del intendente dicen “‘el Gringo’ nos abrió la tranquera”– no sólo liberó a Llaryora, sino al grueso de la dirigencia, que empezaba a inquietarse por no ver en cancha a su candidato.

Desde aquel momento, Hacemos por Córdoba comenzó a movilizarse. Esa acción se potenciará tras la reunión que se realizará en el hotel Quorum, en lo que será el acto político más importante del año para el oficialismo y en el que Llaryora será empoderado para la competencia de 2023.

En el PJ, no pierden el tiempo. Desde aquella primera confirmación se multiplican las reuniones políticas y ya se tomaron decisiones importantes. Una de ellas aún no ha sido divulgada de manera pública y encarna todo un mensaje en sí mismo. El vicegobernador Manuel Calvo fue elegido como jefe de campaña de la postulación de Llaryora.

 
Sin descuidar sus responsabilidades en la Unicameral –remarcan en su entorno–, Calvo ya activó una serie de reuniones, y en las próximas semanas comenzará a recorrer el interior.

 El vicegobernador Manuel Calvo será el jefe de campaña de Hacemos por Córdoba. (La Voz)
La designación de Calvo es una señal política tanto para la “nueva” guardia como para la “vieja”. “Manuel es un interlocutor respetado por los más experimentados y tiene diálogo con intendentes y con la renovación del PJ”, lo definió un peronista que no se sorprendió por la novedad.

 
Para el vicegobernador, a quien se apunta para ocupar un lugar de privilegio en las listas legislativas nacionales, el nuevo rol representa recobrar parte del protagonismo político que resignó desde que está al frente del Poder Legislativo, que requiere otro perfil.

La jugada, avalada por Schiaretti y por el intendente, quedó sellada hace unos días en un asado del que Calvo fue anfitrión y en el que estuvieron presentes Llaryora y parte de la mesa política que lidera el gobernador, incluidos algunos de los “históricos” del peronismo.

El ministro de Gobierno y Seguridad, Julián López, señalado como el nuevo “hombre fuerte” del gabinete, compartió esa tertulia rosquera. 

A POR ELLOS
Al margen de los nombres y de las nuevas responsabilidades, en términos políticos, la decisión más importante adoptada por esos dirigentes es ampliar “todo y lo que más que se pueda” Hacemos por Córdoba.

Aunque el oficialismo casi no tiene partidos políticos sin incluir tras los agregados de 2019, cerca del intendente apuntan directamente a espacios que hoy conforman la oposición.

Sectores del PRO y también del radicalismo buscarán ser tentados bajo la creencia de que una postulación de Luis Juez –en el PJ descuentan que el senador será, finalmente, el candidato– dejará heridos en la tropa aliancista. Por el momento, esa posibilidad no se observa nítida en el tablero, pero en el peronismo se alistan a trabajar para generar las mayores condiciones de discordia ajena posibles. “Todo lo nuestro, más lo que podamos agregar”, se escucha con insistencia.


El otro espectro apetecible para Hacemos por Córdoba lo constituye el ecléctico Frente de Todos, con vertientes alineadas tanto a Cristina Kirchner como a Alberto Fernández.

En el seno del peronismo cordobés no desconocen los riesgos de manipular material K, altamente inflamable para el electorado al que Schiaretti no para de decirle que nada quiere saber con el kirchnerismo.

Sin embargo, calificados actores del PJ provincial afirman que siempre hay lugar para el pragmatismo en caso de que la necesidad electoral lo requiera.

En esas filas, consideran más tolerables a los del grupo albertista. Allí las miradas se posan especialmente en el villamariense Martín Gill. Pero también interesan los intendentes que responden al exsenador Carlos Caserio, que mantiene influencia en localidades del Valle de Punilla.

 Audiencia. El presidente Alberto Fernández se reunió este martes con Carlos Caserio. El exsenador respaldó a la gestión nacional, en medio de la pulseada interna en el Frente de Todos.
“Para asegurar el triunfo, hay que sumar todo lo que se pueda. Con ese objetivo ya estamos trabajando”, expresan convencidos sobre el desafío.

Con el mismo ímpetu, en el PJ reconocen las dificultades que configura la elección de la ciudad de Córdoba. Hay coincidencias entre los que toman decisiones que las chances de una victoria se elevarían por efecto “tracción” que podría significar Llaryora en la boleta provincial.

Ese pensamiento alimenta las chances de que Provincia y Capital elijan el mismo día. No está decidido, pero una incipiente mayoría comienza a inclinarse por esa posibilidad.

Fuente: La Voz del Interior, nota de Mariano Bergero

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