Natalia de la Sota reclama un lugar en la mesa política de Llaryora

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Tras la muerte del tres veces gobernador de Córdoba José Manuel de la Sota, la diputada Natalia de la Sota prometió mantener vivo el legado de su padre. Un año después del trágico accidente, se impuso levantar el bajo perfil político que cultivaba cuando era integrante del Concejo Deliberante de la Capital. Participó en las elecciones provinciales de mayo de 2019 en la cabeza de la lista para la Legislatura. En 2021, junto a Alejandra Vigo, fue el otro rostro de la campaña titulada “Ellas”, pero que terminó protagonizando el gobernador Juan Schiaretti para salvarse de la fagocitación de la grieta nacional. 

En la actualidad, las encuestadoras de culto del jefe de Hacemos por Córdoba (HxC) y de quien busca ser su sucesor, Martín Llaryora, incluyen a De la Sota en el lote de aspirantes con buenas chances estadísticas para pelear por la continuidad del oficialismo en el Palacio 6 de Julio. Sin embargo, desde su círculo de confianza hacen una corrección: “Natalia no se baja de la compulsa municipal. Nunca estuvo anotada”. A renglón seguido, vuelven al principio de su recorrido político, cuando junto al actual viceintendente de Córdoba, Daniel Passerini, resolvieron ser la continuación de la obra de De la Sota, él en la Capital; ella, en la provincia.

La diputada del bloque Córdoba Federal inició en las últimas semanas una campaña de posicionamiento que hay quienes emparentan con las de su progenitor. Profesora de música de formación, Natalia rasga las cuerdas de la guitarra, recorre algunos escenarios y graba participaciones con artistas nacionales, como Natalia Pastorutti. Esas imágenes probablemente hayan traído el recuerdo de De la Sota entonando “Apareciste tú”, de Cacho Castaña y Carlos Marrero. Todo recurso es útil en el arte de la política.

 

Estas aspiraciones políticas salpicadas de sentimientos y de mensajes concretos (junto al intendente frentetodista de Villa María, Martín Gill, despotricaron contra la desperonización que Schiaretti ensayó en las elecciones de Marcos Juárez), parecen conducir a una única conclusión: integrar la fórmula para la gobernación y siempre dentro de los márgenes de HxC.

 

El delasotismo no lo niega en off the record. “El vice se define diez días antes y en función de varios factores como, por ejemplo, la política de alianzas, el perfil de los interesados, el candidato opositor, entre tantos otros”, aunque desdramatizan. De la Sota tiene objetivos intermedios en la lista de prioridades como parte de la mesa política de HxC, la misma que tomará las decisiones en la campaña y que debería delinear un programa de gobierno a tono con los nuevos desafíos del PJ, inmerso en la renovación.

 

Schiaretti oficializará la candidatura a la gobernación de Llaryora este lunes próximo en la base habitual de los actos partidarios, el Hotel Quorum, ubicado a pocos minutos del aeropuerto internacional. El peronismo no cuestiona el nombre del delfín, ni al gobernador como el jefe de la estrategia para el año que viene. De ahí, hacia abajo, las opiniones son más flexibles.

 

En concreto, el delasotismo que expresan De la Sota y Passerini hará saber que quiere un espacio en esta mesa política que definirá el resto de las candidaturas y que pretende que se incorpore el debate sobre el programa de gobierno. “Llaryora no va a enfrentar los mismos problemas que José Manuel de la Sota y Schiaretti. La base fuerte de infraestructura está hecha. Ahora es momento de centrarnos en ejes como medioambiente, hábitat, prevención de la violencia”, puntean en el delasotismo.

 

El tablero que coordinará las acciones para lograr retener la provincia la integran los ministros Julián López (Gobierno y Seguridad) y Paulo Cassinerio (Vinculación Ciudadana). Recientemente se incorporó el vicegobernador Manuel Calvo, quien alguna vez había deslizado su intención de ser candidato. También participan otros funcionarios como Carlos Massei (Desarrollo Social) y Facundo Torres (Empleo); el presidente provisorio de la Legislatura, Oscar González, y el jefe del bloque oficialista, Francisco Fortuna. En tanto, Llaryora comparte el mazo con el diputado Ignacio García Aresca.

 

En la lista saltan algunos detalles a la vista: todos los nombres son de extrema confianza del gobernador, Llaryora se autorrepresenta y no hay mujeres.

 

Natalia de la Sota pugna por un espacio en la mesa de conducción porque sostiene que en el trabajo debe estar representado todo el conjunto peronista. De perfil dialoguista, dice no distinguir entre vieja y nueva guardia en el justicialismo. Igualmente, buscará marcar diferencias.

 

Ya lo hizo con las dos fotos compartidas con Gill y los mensajes picantes que envía al Panal. Ahora, propone una discusión más profunda que plantea la pregunta sobre cómo continuará la renovación del peronismo las gestiones de De la Sota y Schiaretti que se sucedieron durante un cuarto de siglo.

 Fuente: Letra P. Nota de YANINA PASSER

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