En el PRO hay fotos, besos y reuniones, pero falta que Macri y Rodríguez Larreta se pongan de acuerdo

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Se acerca la hora de las definiciones en Juntos por el Cambio, pero nadie sabe en qué dirección irán sus dirigentes. Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta bloquean la puerta a una solución en la pelea del PRO, pero ninguno es el dueño excluyente de la llave. Patricia Bullrich se afirma sin poder declararse autónoma del ex presidente. La UCR pasó de sentir que reciclaba el espíritu triunfalista con el que Raúl Alfonsín llegó al gobierno a resignarse a un segundo lugar en la fórmula de Juntos por el Cambio. Todos se recelan, todos sospechan de todos, todos se pelean. Ninguno se afirma en un escenario electoral impredecible, con una intención de voto estancada y Javier Milei en alza.

Quizá se conforman con que la suerte le resulta más esquiva al Frente de Todos, con enfrentamientos internos que se movilizan al ritmo acelerado de la inflación y el aumento de los precios mientras sus candidatos deberán convencer a la gente de que ahora harán lo que no pudieron hacer desde 2019. Pero en JxC es un experimento que tiene ante sí todo para ganar, pero al que traicionan sus dos personalidades. La dura y la dialoguista. La de Macri-Bullrich y la de Larreta. Como el yin y el yang, dos energías opuestas que se necesitan y se complementan, pero que en este caso se neutralizan.

 
Los líderes del PRO, por ejemplo, se reunieron el lunes pasado por segunda vez para tratar de destrabar el enfrentamiento interno. Esta vez ni siquiera se preocuparon por sacarse una foto juntos. No hace falta: se sabe que esas sonrisas y esas poses de equipo unido duran hasta que se difunden en los medios. La semana pasada hubo una imagen más potente: un beso de Larreta a Bullrich en Córdoba que fue sólo un saludo porque el jefe de Gobierno debía regresar a Buenos Aires, aunque parecía simbolizar el buen clima entre dos rivales que se comportan como perfectos enemigos. Como se temía, fue apenas un instante, un impulso fugaz que se diluyó segundos después de concretado.

Las encuestas siguen registrando que las disputas entre los dirigentes opositores perjudica a la marca Juntos por el Cambio y favorece a Milei. La tendencia no es nueva, pero no provoca reacciones consistentes en la coalición para impedirlo. Se juega al límite. O de manera suicida desde el punto de vista electoral. Hoy, el único candidato que entraría seguro al ballotage es el líder libertario. ¿Qué están esperando en la coalición para dar un volantazo y evitar un choque en las urnas? Nadie lo sabe.

Lo que desbloquearía este cuadro sería un acuerdo en la interna del PRO porteño, donde Macri cree tener derecho a decidir su destino político por haber sido el dueño de la franquicia partidaria y Rodríguez Larreta piensa lo mismo por ser el jefe del distrito y gobernarlo desde 2015. Sólo ellos dos pueden pacificar el conflicto. Hasta ahora, ninguno da muestra alguna de ceder.

El tablero desplegado en el PRO es tan desconcertante que suceden hechos insólitos. La mesa de “diálogo permanente” (integrada por Macri, Larreta, Bullrich, María Eugenia Vidal, Federico Angelini, Cristian Ritondo, Diego Santilli y Fernando de Andreis) acordó explorar una solución consensuada para la interna de la ciudad de Buenos Aires con un objetivo: que haya un candidato único del partido para jefe de Gobierno. ¿Hacían falta tantos meses para llegar a una conclusión tan obvia?

Pese a la alerta amarilla que marcan las encuestas, la dirigencia del PRO parece apostar a mantener congelada la pelea hasta que sus principales protagonistas se junten a firmar un acuerdo que pacifique el conflicto porteño. Sólo así podría definirse el decisivo panorama bonaerense. En su última reunión con macristas y bullrichistas, Rodríguez Larreta pidió que esas negociaciones por el distrito porteño se encaren en una instancia reducida y no entre 8 dirigentes como los que estaban sentados allí.

Por eso suena la posibilidad de una cumbre entre Macri, Larreta y Bullrich para definir la pelea porteña. ¿Será una ventana para que se asome la candidatura de Vidal como prenda de unidad? Dicen que no: Larreta lo alienta por más señales que brinde de apoyo a Fernán Quirós como candidato a jefe de Gobierno, pero el ex presidente no soltará la postulación de Jorge Macri (y la propia Vidal no daría ese paso luego de que Macri la desalentó). Hoy, todo es incertidumbre. Y ganancia para Milei.

A Bullrich se le acortan los plazos para decidir quién será su candidato a gobernador. Tiene 3 ya instalados (Néstor Grindetti, Joaquín de la Torre y Javier Iguacel) y uno que quiere serlo, Cristian Ritondo, quien se quedó sin el paraguas que le brindaba Vidal, su jefa política, que formalmente, prometió, se mantendrá neutral en la pelea entre el tándem Macri-Bullrich y Rodríguez Larreta.

La demora de la jefa del PRO con licencia irrita a sus 3 postulantes, por más que tengan asumido que uno será el elegido y los otros dos tendrán, con suerte, un premio consuelo. Hay inquietud ante la posibilidad de que Bullrich termine apadrinando la postulación de Ritondo. Cerca de la candidata presidencial lo creen improbable. De la Torre, en ese caso, consideraría alteradas las reglas de juego acordadas inicialmente. Sin embargo, aunque coquetea con Milei, no se iría de Juntos por el Cambio. Lo mismo si el larretista Diego Santilli fuera el candidato único del PRO en la provincia, variante que se analiza para competir con más fuerza contra Axel Kicillof, pero, pese a que es un plan que no descartan Macri y, por ende, Bullrich, lo desestimó Larreta, que no quiere compartir la postulación de “El Colo”.

Es difícil la imparcialidad que promete Vidal cuando la disputa se juega a todo o nada como sucede en el PRO. En realidad, todo lo que sucede en Juntos por el Cambio está teñido del oscuro color de la batalla sin cuartel. Por ejemplo, la estrategia para frenar el crecimiento electoral de Milei. En el partido de Macri siguen sin terminar de avalar la incorporación de José Luis Espert a JxC como una manera de captar el voto liberal y cerrarle el paso al líder de La Libertad Avanza. En realidad, los 8 referentes de la “mesa de diálogo” del PRO lo aprobaron, pero luego lo congelaron porque “los halcones” del macrismo y del bullrichismo no perdonan un tuit en el que Espert equiparaba a Macri con Cristina Kirchner y Julio De Vido por la cantidad de denuncias que tiene cada uno en el fuero penal.

Iba a hacerse una reunión con Espert para saber en qué puesto electoral se imagina y quedó en suspenso: Bullrich sospecha que el ingreso del diputado liberal es una maniobra larretista para sacarle votos a ella si compite por la Presidencia. Por eso preferiría que el referente de Avanza Libertad sea candidato a gobernador bonaerense. Espert anunció este sábado que quiere ser presidente y que competirá en “un nuevo espacio opositor” que está conformando con Juntos por el Cambio.

El otro inesperado frente de discordia interno se abrió con las declaraciones del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, acerca de que “hay que hacer un frente de frentes para ir a las elecciones y luego un gobierno de coalición” entre Juntos por el Cambio y el peronismo no kirchnerista. Para macristas y bullrichistas, se trata de una jugada de Rodríguez Larreta vinculada con su idea de construir un 70% de respaldos con otras fuerzas para poder gobernar. “Es más de lo mismo. No podemos aliarnos al peronismo de siempre y con el que vamos a competir en Córdoba”, afirman cerca de la ex ministra de Seguridad, donde resaltan como “muy sugestivo” el hecho de que Larreta y Schiaretti compartan al mismo consultor, Guillermo Seita, nada querido por Macri. Y recuerdan que el jefe del PRO cordobés, Javier Pretto, alineado con el larretismo, se pasó al PJ para secundar a Daniel Passerini, alineado con Schiaretti, en la fórmula para la intendencia de la capital provincial.

Larreta se apuró en apoyar la propuesta del gobernador de Córdoba: “Creo en la ampliación (de JxC) en la medida en que haya una serie de valores que compartamos”, dijo, aunque aclaró que la eventual decisión debía debatirse en Mesa Nacional de la coalición opositora. La postura favorable del jefe de Gobierno reavivó las versiones de que, si llega a la Casa Rosada, Schiaretti sería jefe de Gabinete y Diego Bossio, jefe de campaña del mandatario cordobés, ministro de Trabajo.

Sin embargo, el que le acaba de cerrar las puertas a una gran PASO opositora fue Juan Manuel Urtubey, precandidato presidencial del espacio que también integra Schiaretti: “El Gringo a mí me dice que tenemos avanzar con todos los que están en contra de la grieta. Eso firmo, estamos de acuerdo. De ahí en más, yo no sería parte de un frente opositor, es decir, de un frente en el que vos juntes a toda la oposición en contra del oficialismo, del mismo modo que tampoco sería parte de un frente oficialista porque sigue la misma lógica de la grieta”, dijo Urtubey a TN este sábado. Otra voz en contra del “frente de frentes”: Luis Juez, candidato de JxC a gobernador de Córdoba, calificó la propuesta de Schiaretti como “una picardía para hacer ruido” y agregó: “Intentaron dividirnos y no pudieron. Ahora intentan confundir y no vamos a entrar en la confusión. Están preocupados”.

Quizá Juez es demasiado optimista: Juntos por el Cambio ya entró en la confusión. Los responsables de sacar a la coalición de ese estado son los líderes del PRO, que recién volverán a reunirse dentro de dos semanas. En estos días, Macri volverá a viajar al exterior luego de intensificar sus intentos de apoyar la candidatura de Bullrich sin hacerlo público aún. Los que tratarán de acercar posiciones son las segundas líneas del ex presidente, de Rodríguez Larreta, Bullrich y Vidal, que ya se habían encontrado en San Isidro hace 15 días en un contacto lleno de asperezas. Esta “mesa de contención” de la “mesa de diálogo permanente” del PRO está integrada por De Andreis y Jorge Triaca en representación de Macri; Santilli y Federico Di Benedetto, por Larreta; Angelini y Juan Pablo Arenaza, por Bullrich, y Ritondo y Federico Salvai por Vidal. Muchas mesas para un diálogo en el que debe haber dos sillas para que Macri y Larreta arreglen la pelea que mantiene en vilo no sólo a la oposición.

FUENTE: INFOBAE.COM

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