Por primera vez en su historia el peronismo juega a “placé”

POLÍTICA SERGIO CRIVELLI*
159946_620

La vicepresidenta se reinstaló en el centro de la escena con ayuda de los medios y de una oposición que sigue sin representar con claridad una alternativa real al régimen político y económico que llevó a la presente crisis. Con un largo posteo en las redes y una todavía más larga presentación en un canal oficialista desplegó su estrategia de cara a las elecciones.

Su postura refleja una lógica de poder coherente, pero difícil de trasladar a los hechos. Como no puede aspirar al mando efectivo del Estado se refugia en su facción política. Renunció a la candidatura, pero pretende conducir a toda la coalición oficialista. La pregunta es si ambos objetivos son compatibles. Si alguien con expectativa prácticamente nula de poder efectivo –sin los “fierros” del aparato estatal--, puede liderar una coalición panperonista.

Ella cree que sí. O por lo menos esa es la base de su plan. Descartó integrar el segundo lugar de la fórmula del PJ como en 2019 con un testaferro en el primero y apuesta a encabezar al peronismo en el llano. De allí que dijera que en el nuevo escenario es más importante el piso que el techo electoral de un candidato. Ella tiene un techo bajo, pero el piso más alto de todos los peronistas. “Capo di tutti capi”.

Pretende además ser la gran electora  del próximo candidato y digitar las listas. Desde esa posición se maneja con una ambigüedad deliberada. Elogia a Sergio Massa porque “agarró la papa caliente” de la inflación bajo promesa de darle la candidatura presidencial, pero hace jugar en la interna a “Wado”. Furioso, el tigrense le prometió el jueves pasado a su tropa que si el 10 de junio la vice no se define, los “renovadores” podrían dejar el Frente de Todos. A ver quién es más ventajita.

CFK intenta manejarse –salvando las considerables distancias— como Juan Perón durante su exilio de Madrid. En los 60 y 70 el tres veces presidente estaba proscrito (él sí que lo estaba) y conducía a la distancia a través de representantes a los que reemplazaba a medida que se iban desgastando.

La apuesta por Massa de la vice ha dado hasta el momento malos resultados. No tiene la confianza del mercado que cada vez que se lo permiten arrasa con los dólares del BCRA. En el FMI han puesto una pausa en las negociaciones para mandar dólares a la Argentina y las dudas crece cada día. Exige un ajuste que CFK se niega a aceptar. Como se ve la capacidad de “lobbie” del ministro cotiza a la baja en Wahington y Wall Street. No falta mucho, por lo tanto, para que se convierta en un activo tóxico en Buenos Aires.

Massa no pudo bajar el dólar sin rifar bonos o reservas y ninguna de sus medidas consiguió estabilizar las cotizaciones de manera duradera o aumentar las reservas. Esto impacta en la inflación y las protestas de los sectores clientelares se están acentuando. Si el clima social persiste  tanto la permanencia de Massa en Hacienda como su candidatura se evaporarán más allá de lo que él decida.

De allí que en las últimas horas CFK lanzara el operativo abran paso a los jóvenes y elogiara a Eduardo de Pedro. Cree que puede transferirle sus votos y tampoco le quedan muchas alternativas. Como Massa con los dólares, ellá también está rascando el fondo de la olla.

Se espera que el jueves en Plaza de Mayo muestre más de su estrategia, que va revelando por capítulos. Que dé alguna señal, por ejemplo, de si habrá o no PASO, algo que beneficiaría a De Pedro y que Massa rechaza. También qué va a pasar con la provincia de Buenos Aires. Axel Kicillof quiere desdoblar y eso también sería un golpe para Massa y la máquina electoral de los intendentes.

El protagonismo de Cristina Kirrchner tiene más de una causa, pero la principal es la parálisis de la oposición organizada, es decir, de Juntos por el Cambio. Javier Milei ha sido hasta ahora usado para dividir el voto opositor, pero sus planteos extravagantes le quitan credibilidad en circunstancias en las que la incertidumbre es vista cada vez más como un factor negativo.

En este marco los candidatos presidenciales del PRO, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, llegaron a un acuerdo sobre candidaturas en CABA y la provincia de Buenos Aires (ver Visto y Oído). En el primer distrito irán con candidato único para no dar ventaja a Martín Lousteau, aliado de Rodríguez Larreta. Al alcalde porteño no le alcanzó, sin embargo, la flexibilidad como para compartir también el candidato a gobernador bonaerense. El llevará a Diego Santilli y Bullrich a Néstor Grindetti.

La competencia entre Bullrich y Larreta no es sólo una cuestión de nombres. Representan proyectos distintos. Por eso la interna opositora contribuye a la incertidumbre general y será decisiva para determinar si el próximo gobierno representará un cambio o más de lo mismo.

*Para La Prensa

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto