La mesa CGT-Gobierno Nacional promete tensionar al gremialismo local
POLÍTICA - CÓRDOBAAgencia 24 NoticiasDurante las últimas semanas, la Secretaría de Trabajo de la nación -que formalmente funciona bajo la órbita de Capital Humano, pero en los hechos depende de Economía- viene avanzando en la conformación de una mesa de diálogo con representantes de las principales cámaras empresarias y conducciones sindicales para discutir la reglamentación de la Reforma Laboral, que el Gobierno sancionó como uno de los capítulos principales de la Ley Bases.
En ese marco, el secretario de Trabajo de la Nación, Julio Cordero, ya mantuvo reuniones con la CGT y con cámaras empresariales de manera individual, pero el próximo paso será reunir a todos los actores en una misma mesa.
La posición de la CGT en torno a la convocatoria de Trabajo es, como casi todos los posicionamientos de la central, dispar. El sector más dialoguista de la confederación está dispuesto a sentarse con el Gobierno a negociar la reglamentación que dé plena operatividad a todos los artículos de la reforma, mientras que el ala más dura de la organización, encarnada en Pablo Moyano, no está dispuesta a formar parte de la convocatoria.
El sector empresario enumeró una serie de puntos que considera prioritarios al momento de avanzar en la implementación de la “modernización laboral”. Entre ellos, los que más tensión prometen generar con el gremialismo son la implementación del Fondo de Cese Laboral, la declaración de nuevos servicios como esenciales y la actualización de créditos laborales.
En resumidas cuentas, la Cámara Argentina de Comercio y Servicios destacó que la implementación vía convenios colectivos del Fondo de Cese Laboral “no tiene el consenso de todo el arco empresario", pidió revisar el artículo de la reforma que establece los parámetros para la actualización de los créditos que surjan de relaciones laborales, y reclamó la declaración del transporte y la educación como “servicios esenciales”, limitando la capacidad de protesta de los gremios y garantizando una prestación mínima del 75 por ciento de tales servicios incluso en el marco de un conflicto gremial.
Mientras Moyano ha salido a cuestionar con dureza cualquier posición que no sea el rechazo absoluto a la Reforma Laboral, los “gordos” de la CGT, representados en el triunvirato de la central nacional por Héctor Daer y Carlos Acuña, no cortan las vías de diálogo con el Gobierno Nacional, y siguen con atención los pasos de la Superintendencia de Servicios de la Salud, punto neurálgico para el gremialismo, ya que es el organismo que supervisa y controla la utilización de los fondos transferidos a las obras sociales, corazón financiero de los sindicatos.
Este posicionamiento dispar de la CGT Nacional también tiene efectos en Córdoba. A nivel local, conviven dos CGT, la “CGT Córdoba”, no alineada con la central nacional, y la “CGT Regional”, cuya nueva conducción surgió tras el extenso proceso de “normalización” encarado por la CGT Nacional en cada provincia.
Desde principios de año, las dos centrales cordobesas habían empezado a acercarse, conformando la “Mesa de Unidad en la Acción”, e incluso venían participando de movilizaciones conjuntas durante las jornadas de paro organizadas en rechazo a la Ley Bases y el DNU 70, que Javier Milei firmó a días de asumir la Presidencia y que contiene un capítulo laboral que quedó trabado en la Justicia por una cautelar de la CGT.
Ahora bien, el posicionamiento que cada sector de la central nacional asuma al momento de negociar la reglamentación de la Reforma Laboral de seguro traerá consecuencias en el sindicalismo cordobés, y habrá que ver hasta qué punto la CGT Córdoba acompañará los lineamientos que baje la CGT Nacional y, por ende, en qué medida su accionar se distancie de la hoja de ruta de la CGT Regional.
CON INFORMACION DE DIARIO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE OSMAN FELIPE.