Massa viaja a China con un ojo puesto en el armado electoral y el otro en las reservas

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El 14 de junio se conocerá el dato de inflación de este mes, que de acuerdo a todas las proyecciones se ubicará entre 9% y 10%, el peor de los últimos 30 años. Para esa semana Sergio Massa espera poder tapar este catastrófico dato con otro anuncio: un arreglo con el FMI para fortalecer las reservas, adelantando todos los vencimientos que quedan hasta fin de año.

La aceleración inflacionaria es notable y superó todos los pronósticos previos. Existen varios peligros latentes: uno es que se mantenga entre el 8% a 10% mensual, el otro es que se espiralice. El escenario favorable -pero menos factible para los próximos meses- es que retorne a la velocidad “crucero” de 2022, es decir en torno a 6% por mes.

 
En el arranque del año, Massa todavía soñaba con la posibilidad de mostrar resultados concretos en la pelea contra la inflación, lo que lo hubiera transformado indudablemente en el candidato del Gobierno para las próximas elecciones. Sin embargo, aquella promesa de arrancar abril “abajo del 4%” fue directamente arrasada por la realidad.

Del índice de Cristina al índice de inflación
A pesar de este fracaso de su plan antiinflacionario, Massa continúa siendo el que más chances tiene de transformarse en el candidato del Frente de Todos, ya sin Cristina Kirchner como competidora. El lugar que tuvo en el acto del 25 de mayo pareció apuntar a esa dirección.

Estos rumores los alimentaron el propio Massa y el ministro del Interior, Wado de Pedro, que volvieron a mostrarse juntos en la inauguración de un tren turístico. Ambos aparecieron juntos manejando la locomotora, una imagen que dejó de por sí poco espacio para la imaginación.

El ministro de Economía sigue siendo el mejor posicionado en las encuestas dentro del oficialismo, cuando ya se deja de medir a Cristina. Hoy por hoy sería el único que otorga ciertas garantías de llegar al ballotage, relegando a Javier Milei a un tercer lugar. Lo dijo la propia vicepresidenta en un reportaje hace pocos días: la preocupación ahora es entrar en esa segunda vuelta. Y el único que parece garantizarlo es Massa.

La economía argentina sufre un deterioro continuo, no solo con inflación récord sino con un nivel de pobreza superior al 40%. Los datos del primer trimestre, sin embargo, todavía no capturan de lleno el impacto de la aceleración de precios en los salarios ni el de la sequía histórica que sufre el campo argentino.

Los salarios formales al menos hasta marzo se mantenían casi inalterables en términos reales, aunque la historia es distinta con los informales y cuentapropistas. Por otra parte, la actividad muestra todavía un leve crecimiento, que se irá revirtiendo con el paso de los meses.

Fortalecer las reservas se transformó ahora en la única prioridad de Massa, en un junio que tendrá muchas definiciones económicas pero especialmente políticas. El apuro ahora pasa por fortalecer las reservas del Central, lo cual tendría varios efectos simultáneos: dejar en un segundo plano el dato de inflación del mes, recuperar poder de fuego para que no se disparen los dólares financieros y al mismo tiempo mostrar fuertes lazos con los grandes centros financieros del poder mundial, esto es China y Estados Unidos simultáneamente.

En relación a la visita a Shanghai y Beijing, ya estaría cerrado la posibilidad de usar un volumen mayor del swap de monedas, de USD 5.000 millones actuales hasta USD 8.000 millones. El mecanismo habilita el pago de importaciones chinas directamente en yuanes, sin afectar reservas en moneda dura del Central. Hasta ahora ya se usaron cerca de USD 2.100 millones entre abril y mayo.

BRICS y FMI

También se buscaría que el nuevo banco de desarrollo de los BRICS, manejado por Dilma Rousseff, otorgue garantías para que Argentina pueda importar de Brasil usando reales, sin pasar por el dólar. También permitiría ahorrar dólares de las reservas.

Pero el otro “conejo de la galera” que todavía tiene guardado Massa es la posibilidad de conseguir finalmente el adelantamiento de fondos por parte del FMI. Justamente la idea es que el anuncio llegue en la semana del 12 de junio, justo antes de que se definan los candidatos en las elecciones y al mismo tiempo que se divulgue el dato de inflación récord de mayo.

Son unos USD 10.800 millones, que alcanzarían para repagarle al FMI USD 4.200 millones que vencen entre fin de mes y principios de julio más USD 1.000 millones de intereses en bonos dolarizados el 9 de julio. Adicionalmente, Massa negocia mantener cierto poder de intervención en el mercado cambiario para impedir que se dispare el tipo de cambio, sobre todo cuando se acerca el período electoral.

Ese desembolso adelantado llegaría de la mano además de nuevas metas. Las que se habían pactado con el Fondo para el 2023 se incumplieron todas: acumulación de reservas netas, como déficit fiscal y financiamiento al Tesoro vía emisión. La excusa del Gobierno, que recibió un aval del FMI, es que la sequía tuvo un impacto mucho mayor al esperado, que ahora se complica todavía más por la caída del precio de la soja ante la perspectiva de una gran cosecha en los Estados Unidos.

Se viene un junio con grandes definiciones económicas pero sobre todo políticas, que comenzarán a definir los próximos años del país. La fuerte suba de las acciones líderes en lo que va del año (un 25% en dólares) refleja que las expectativas para lo que viene son mucho mejores que la foto de hoy.

Con informacion de Infobae, sobre una nota de Pablo Wende.

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