El peronismo de Santa Fe espera a Sergio Massa a la defensiva

POLÍTICA - SANTA FEAgencia 24 NoticiasAgencia 24 Noticias
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Luego de la catastrófica derrota en las elecciones provinciales, el anhelo del peronismo es que Santa Fe no se convierta en un ancla para las aspiraciones de Unión por la Patria. En la dirigencia del PJ priman la preocupación y el deseo de que la provincia que gobierna Omar Perotti no continúe en caída libre. Tal es el mal augurio para el domingo próximo que el massismo santafesino se esperanza con una elección de 25 puntos, entre la suma de Sergio Massa y Juan Grabois.

f685x385-249547_287240_5050Cuesta Blanca: un paraíso cordobés con aguas cristalinas

El calendario electoral cruzado que opera en la provincia ya arrancó y fue demasiado magro para el peronismo. Le siguen contando los segundos al PJ provincial y ponerse de pie tan rápido no es para nada sencillo. Todavía no se recompuso del huracán Pullaro y dentro de una semana tiene que poner de nuevo la cara. Mucho.
Es verdad que la que viene es una contienda nacional, pero el rebote es el mismo. Ese análisis, así de crudo, es el que hace la dirigencia provincial. “Estamos preocupados por los números, en julio se perforó el piso del peronismo”, se sinceró  una de las cabezas del armado del Frente Renovador en la provincia.


Por ese motivo, el PJ está a la defensiva. El massismo se abraza a unas PASO en las que sume 25 puntos en la provincia, con Massa y Grabois adentro. A la larga, con viento a favor, desde la misma usina se calculan unos 32 en octubre, en las elecciones generales. Dicha porción es la misma que Marcelo Lewandowski consiguió en 2021, al caer ante Carolina Losada. ¿Es 32 el nuevo techo del peronismo santafesino?


“No lo vamos a levantar en esta”, se ataja el vocero renovador, confiado de que la suma de Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta en Santa Fe no supere los 40 puntos. Pese a la derrota, es un escenario ideal en las primarias para la tribu provincial del precandidato presidencial oficialista.


Massa aterrizará este martes en Rosario y alrededores con una agenda desdoblada. A media mañana, le venderá futuro al empresariado, sobre todo industrial, desde la planta de una fábrica de electrodomésticos. Al mediodía, cual operativo contagio, les venderá futuro a intendentes y jefes comunales del PJ, alicaídos por el resultado en las PASO provinciales del 16 de julio.

No obstante les demandará algo a compañeros y compañeras. Que caminen en los últimos días de la campaña. Que le caminen el territorio, en concreto. A su lado, estarán el gobernador Perotti, el candidato a gobernador Lewandowski y la tira de candidatos y candidatas de Unión por la Patria en la provincia. Todos con el deseo de revertir la mala de julio y el temor de repetir el papelón. Sensaciones encontradas.

“Cada uno cuida su quinta”, se sincera una dirigente ante la consulta de este medio. La elección derivó en una suerte de desintegración tribal donde, ante la falta de conducción partidaria, cada sector pelea por su victoria más cercana. Ni Perotti, que nunca quiso dirigir el PJ, ni Lewandowski tienen ascendencia sobre el conjunto del peronismo santafesino.

Ni siquiera Agustín Rossi, el compañero de fórmula de Massa, lo hace. El jefe de Gabinete de Alberto Fernández ya es un dirigente nacional, no se lo puede medir ya solo como un pilar del PJ santafesino, pero, así como es respetado por su trabajo y militancia inclaudicable, también es resistido en otros sectores internos. “Para crecer, tenemos que buscar un electorado que, con jugadores como Rossi, no nos va a elegir”, blanquea un massista paladar negro.

A ese terreno llega Massa. Casi dinamitado, hostil, con pase de facturas por doquier. Con la esperanza, al menos en la tropa renovadora, de mejorar un poco lo que se perdió estrepitosamente en julio. Que Santa Fe tenga decoro en su rendimiento electoral y no desentone, como lo hizo tres semanas atrás.

Con informacion de Letra P.

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