La nueva grieta política: Milei profundiza su vínculo con Estados Unidos, mientras Kicillof mira a China
POLÍTICA Antonio D´EramoActúan hoy pensando para mañana. En realidad, para las próximas elecciones y, entre ellas, en la más importante, la presidencial del 2027 en la que Javier Milei estará habilitado para intentar la reelección del mandato actual y, posiblemente, se enfrente al gobernador, Axel kicillof, que al atravesar su segundo período en la gobernación de Buenos Aires intentará saltar a la Casa Rosada. Esto es una teoría que puede diluirse con cualquier crisis económica o social, pero, mientras tanto, las cosas van quedando claras en las referencias internacionales que tienen los dos políticos.
El gobernador viene de festejar el inicio del año del dragón de madera, un símbolo del horóscopo chino que se repite una vez cada seis décadas, y lo hizo junto al nuevo embajador en el país Wang Wei en la ciudad de La Plata el pasado 17 de febrero.
Giulio Andreotti (1919-2013), siete veces presidente del gobierno en la Italia de posguerra, político maquiavélico para muchos, con sólidos lazos con el Vaticano y en la OTAN, dejó una frase célebre, "No desgasta el poder; lo que desgasta es no tenerlo". En Argentina, varios políticos lo saben y deben tener la frase enmarcada en sus dormitorios, pero para Javier Milei y Axel Kicillof, el poder también se debe sustentar y justificar en el tablero internacional.
El presidente Javier Milei se encontraba hasta ayer en los Estados Unidos, una vez más desde que asumió el 10 de diciembre, viajó más veces al país del norte de América que a alguna provincia del noreste o del sur argentino. Y, continuará haciéndolo, además de recibir en Buenos Aires a funcionarios de primer nivel de Washington como la generala Laura Jane Richardson, del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos o el subsecretario Adjunto para América del Sur, Kevin Sullivan y el jefe de la CIA, William Burns.
Y, de la misma manera en la que el embajador de China en Argentina durante la presidencia de Cristina Kirchner, Yin Hengmin, (2001-2014) se había tornado habitual en los despachos de los funcionarios del kirchnerismo, el actual delegado del departamento del Estado en Buenos Aires, Marc Stanley, se volvió una figura repetida en varias fotografías oficiales en actos públicos de la administración Milei.
Los alineamientos internacionales son públicos
"Profundizar nuestros vínculos bilaterales es fundamental para el desarrollo bonaerense", escribió Axel Kicillof tras la reunión protocolar en la que estuvo acompañado por el ministro de Gobierno, Carlos Bianco.
Ahora bien, este alineamiento del gobernador cuenta con la venia de Cristina Kirchner como quedó de manifiesto con la presencia en casi todos los encuentros en La Plata con delegados del partido comunista de China, de María del Carmen Alarcón.
Alarcón comparte oficinas en el Instituto Patria con Cristina y el senador Oscar Parilli, y en 2018 recibió la distinción de ciudadana ilustre de la Gran Muralla China.
Junto al ex embajador nacional en Beijing, Sabino Vaca Narvaja, son los funcionarios del kirchnerismo más pro chinos que existen en nuestro país. Del lado del PRO, habría que anotar a otro ex representante nacional en China, Diego Guelar.
El Gobierno nacional mira hacia Estados Unidos
Mientras tanto en la Casa Rosada no se quedan atrás con el alineamiento exhibido con los Estados Unidos y la administración demócrata de Joe Biden.
Entre varios convenios firmados con el gobierno de Washington el más llamativo fue el diálogo que se inició con la comandante Richardson para montar una base naval conjunta a pocas millas náuticas de las Islas Malvinas y de la Antártida.
En los planes se trata de una base conjunta a 670 km de las islas Malvinas y tiene un impacto notable en el tablero geopolítico.
Los Estados Unidos son socios fundadores de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la colaboración norteamericana fue determinante para la victoria inglesa en la guerra de Malvinas en el año 1982.
Vuelta a los ‘90
Durante los años democráticos y bajo la égida del denominado Consenso de Washington de los años ‘90 del siglo pasado, la Argentina gobernada por Carlos Menem, consiguió convertirse en aliada extra OTAN.
Gobernaba Bill Clinton en los Estados Unidos y, desde 1998, el país sudamericano nunca perdió esa condición que según resaltó el analista político y militar Guillermo Lafferriere en su cuenta de X, "...aliado extra OTAN es una categoría que es propia de EE.UU. y nada tiene que ver con la OTAN. Es una categoría que dan los Estados Unidos a países con los que desea tener un acercamiento militar como "aliados" fuera de la Alianza Atlántica".
A pesar del acercamiento de Cristina Kirchner a China sus gobiernos y funcionarios que "vivían hablando pestes de EE.UU. nunca hicieron nada por salir de esa categoría. De hecho, se beneficiaron de ella para las pocas adquisiciones militares que hicieron", señaló Lafferriere.
Además, iProfesional informó acerca de otro punto crucial para el entendimiento entre EE.UU. y la Argentina. La Administración General de Puertos (AGP) acordó la colaboración del Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense para el control de la Hidrovía y reactivó el entendimiento de formación militar con la Guardia Nacional del Estado de Georgia, que se implementó durante la era de Mauricio Macri. Bill Clinton en campaña en los ‘90 popularizó la frase, "the economy, stupid", para denostar a George Bush (p), y remarcar la importancia de la economía entre las preocupaciones de la población.
"Relaciones carnales" renovadas
Detrás de estas renovadas "relaciones carnales" con Estados Unidos y de las concesiones nacionales para reforzar el vínculo entre las dos naciones se aguardan compensaciones financieras estadounidenses de las que poco se sabe en la actualidad.
Para el economista, Axel Kicillof, las cuestiones ideológicas cuentan como en el caso de Javier Milei con su alineamiento con las potencias de Occidente pero también piensa que "es la economía".
A fines de 2023 antes que Sergio Massa perdiera la elección presidencial, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, anunció la construcción de una planta de producción de urea y otra de fertilizantes NPK en el puerto de Bahía Blanca, con una inversión de US$ 1.250 millones de capitales chinos, y en este marco valoró las relaciones con países que "explican buena parte del comercio, de la producción, del trabajo y del valor agregado", como son China y Brasil."China y Brasil están entre los primeros tres destinos de exportación del puerto de Bahía Blanca", dijo Kicillof y advirtió que "sería criminal para la economía argentina romper relaciones con países que explican buena parte del comercio, de la producción, del trabajo y del valor agregado".
En campaña, Javier Milei, había dejado en claro su pensamiento geopolítico. Sostenía en sus actos proselitistas que no mantendría relaciones con China y Brasil por considerarlos países comunistas.
Sin llegar a romper relaciones diplomáticas, las relaciones entre los líderes de los dos países, Lula Da Silva y Xi Jinping, con el presidente argentino, Javier Milei, se encuentran en el nivel más bajo de simpatía que puedan soportar por la figura del libertario. Y es recíproco.
Una nueva brecha ha nacido en la Argentina.
* Para www.iprofesional.com