El secretario de Culto de Milei cerca de ir a llorar a la iglesia

Pese a ser un representante confeso de la derecha católica ultraconservadora, Francisco Sánchez empezó su gestión como secretario de Culto con el pie izquierdo. Impuesto por Patricia Bullrich, actualmente su nombre aparece en la lista de funcionarios que no funcionan en ministerios y dependencias del gobierno de Javier Milei.

Fuentes gubernamentales consultadas por Letra P revelaron que el flamante jefe de Gabinete, Guillermo Francos, lo incluyó en la lista negra de personas que dejarían la gestión libertaria en el “cortísimo plazo”. La reivindicación pública e internacional de su perfil considerado antiderechos y el faltazo al tedeum patrio que debía organizar y coordinar, fueron los detonantes.
 
La decisión final de darle salida o no a Sánchez está en manos de la canciller Diana Mondino, de quien depende la Secretaría de Culto.

Gestión de derecha que empezó con el pie izquierdo
Desde el minuto uno y con un decreto de designación que tardó en oficializarse, el exdiputado del PRO fue cuestionado por la dirigencia de las comunidades católicas, judías y musulmanes, con las que tiene que dialogar para configurar la política institucional del Gobierno con los credos.
El motivo: un prontuario de descalificaciones a las tres religiones monoteístas que, aseguran en despachos oficiales, le ha costado revertir, pese a declararse “arrepentido” por sus dichos ofensivos a las personas de fe y sus creencias.
Aquellas apreciaciones iniciales y el viaje reciente a España flojo de papeles, para participar de la cumbre del partido de ultraderecha Vox, a la que también asistió Milei, ponen a Sánchez más cerca de la salida de las oficinas del noveno piso del edificio de la Cancillería, ubicado en el barrio porteño de Retiro.

Denuncia y faltazo al tedeum
Fuentes oficiales consultadas por Letra P dejaron trascender que, pese a que Sánchez no fue incluido en el avión presidencial que viajó a Madrid, el funcionario hizo uso de su condición de secretario de Estado para autorizarse unos U$S10.000 para el pasaje y la estadía de seis días en la capital española.

Eso derivó en una denuncia opositora contra Sánchez, y también contra Milei, por el delito presunto de “malversación de caudales públicos, estafa y defraudación contra la administración pública” para encubrir un viaje privado. Fue presentada por los diputados radicales Fernando Carbajal (Formosa), Pedro Galimberti (Entre Ríos) y Manuel Aguirre (Corrientes) y recayó en el juzgado de Gabriel Lijo, a quien el Poder Ejecutivo nominó para integrar la Corte Suprema.

A esta investigación, Sánchez sumó un faltazo al tedeum patrio por el 25 de Mayo en la catedral porteña, donde el Presidente escuchó el sermón del arzobispo Jorge García Cuerva. “Aunque toda justificación por cuestiones personales es entendible, no fue el mejor momento. Lo expone a más cuestionamientos de los que recibe por sus planteos contra el divorcio, el aborto y la ideología de género en las escuelas”, dijo a Letra P una fuente gubernamental.

Funcionarios que funcionan y la terna sucesoria
En los despachos de la Secretaría de Culto reconocen que a Sánchez le ha sido difícil revertir la desconfianza que generó en las representaciones de las religiones. Por eso, la responsabilidad institucional recae en otros funcionarios del área: Agustín Caulo, director de Culto Católico; Jorge Stokland, director del Registro Nacional de Cultos; y Mauricio Muzzupappa Vázquez, director de Asuntos de Culto.

Al ritmo que crecen las versiones sobre la salida de Sánchez, también aparece la primera terna de nombres para reemplazarlo. Caulo, macrista devenido en libertario, es quien aparece por estas horas con más posibilidades de quedarse al frente de la Secretaría.

La terna la completan Luis Saguier Fonrouge, un exfuncionario de carrera en el área que ya figuró en listas anteriores para quedarse con ese cargo; y Victoria Morales Gorleri, antigua colaboradora de Jorge Bergoglio y actual funcionaria del gobierno porteño de Jorge Macri.

CON INFORMACION DE LETRA P.