La dramática realidad de la economía argentina

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Los datos oficiales confirmaron que Argentina vivió un nuevo proceso recesivo entre el último trimestre del 2023 y el primero del 2024. El PBI cayó entre enero y marzo 2,6% en comparación contra el último trimestre del 2023. Si además se tiene en cuenta que en ese período también se registró una baja del 1,5%, y considerando que la recesión económica de un país implica dos trimestres consecutivos de caída de la actividad; entre octubre del 2023 y marzo de 2024, se consolidó un nuevo período recesivo.

Los datos difundidos en las últimas horas por el Indec, sectorialmente muestran índices eclécticos ya que son bien diferentes al comparar el último trimestre del año pasado (conde los efectos de la sequía y la  falta de divisas hicieron estragos con la economía), en comparación a los primeros tres meses de este año, donde la actividad agropecuaria fue la que mejor pudo sobrevivir a la caída de la actividad; acompañado por el rubro minas y canteras. 

Esta recesión económica que acumula algo más de 3% de caída del PBI, tiene como antecedente la dramática baja de tres trimestres consecutivos del 2020 durante la pandemia. Período que mostró entre abril y diciembre de ese año una demolición del producto de casi 9,6%.

La recuperación de ese proceso comenzó en el primer trimestre del 2021, un año donde la suba del PBI alcanzó el 10%. El 2022 fue un año de crecimiento tenue, mientras que en el 2023 se estuvo muy cerca de una nueva recesión económica, a partir de la caída del Producto Bruto Interno en el segundo trimestre de ese año. La leve suba del tercer trimestre del 2023, impidió (o retrasó) lo esperado. Finalmente, en el período octubre- diciembre, comenzó la caída que se repitió casi en el mismo porcentaje en el arranque del 2024. 

Antes de la pandemia del 2020, el anterior proceso recesivo lo había vivido Mauricio Macri en 2018. Así, de los últimos 15 años, la economía argentina habrá caído en 7. En todos los casos, las contracciones del PBI fueron producto de dos trimestres consecutivos (o más) de la actividad económica. 

Una por una: las recesiones económicas que azotaron al país
El lamentable período se inicia en 2008, con Cristina Fernández de Kirchner en el poder y luego de la irrupción en la economía mundial de la crisis de las hipotecas en los Estados Unidos. A este fenómeno, se le agregó una brutal sequía interna, una caída feroz en los precios de la soja y hasta las consecuencias de la Gripe A. Fue, hasta aquí, la recesión más dura (y la más justificada por los factores endógenos y exógenos) de las cinco registradas en el período. La salida de la crisis fue producto de la decisión de aplicar políticas activas sobre la economía real que aceleraron la reacción del mercado interno.

El segundo período recesivo (también durante el Gobierno de CFK), comenzó en el cuarto trimestre de 2001 y culminó en el segundo de 2012, y se relaciona con los efectos de la inflación (acelerada para ese entonces, pero ignorada para la conducción del Indec de aquellos años), cierta incertidumbre cambiaria y las dudas generadas en el factor inversión por la reestatización de YPF provocaron la caída del PBI. Fue el proceso menos grave de los cinco analizados.

El tercer período es, hasta acá, el de más larga duración, con un inicio en el tercer trimestre de 2013 y una culminación en el tercero de 2014. Coincide con la reelección de Cristina Fernández de Kirchner e incluye una devaluación del peso en enero de 2014 ya con Axel Kicillof en el ministerio de Economía y la inflación real más alta de todo el período kirchnerista. La salida fue lenta y basada en las expectativas que generaba la elección de un sucesor a CFK que se dirimía en dos candidatos, supuestamente, pro mercado: Macri y Daniel Scioli.

El cuarto proceso recesivo comienza en el mismo período electoral (tercer trimestre de 2015) y culmina en el segundo de 2016; e incluye dos decisiones importantes de ajustes de comienzo del Gobierno macrista, con alta consecuencia en la economía real: la devaluación por la salida del cepo cambiario (con un consecuente salto inflacionario) y las alzas en las tarifas de los servicios públicos para la industria y el comercio. La recuperación fue rápida y las consecuencias de la baja poco importantes. Incluso, se hablaba en aquellos días, en que el proceso de ajuste había sido bien absorbido por la economía real, y que podría anticiparse un largo proceso de crecimiento del PBI rompiendo el fantasma de una caída en cada año par.

No pudo ser. La crisis financiera y fiscal iniciada en abril de 2018 dio comienzo a una recesión que amenazaba con convertirse en la más larga del período (podría durar hasta el segundo trimestre del próximo año, o aún más). El consuelo que encontró Mauricio Macri es que la caída del PBI no alcanzó al 6% de Cristina Kirchner en 2009. La pandemia, con la caída de casi 10%, marca el record. Habrá que ver si Javier Milei logra mantener la caída (inevitable) del PBI este año a raya, por debajo del 6%. Para esto habrá que esperar a los números del segundo trimestre del año, donde el actual Presidente se jugará los resultados finales.

CON INFORMACION DE MDZOL.COM

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