El fenómeno Milei en el mundo

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El presidente Javier Milei no solo ha llegado a la cima del conocimiento popular en su país, Argentina, sino que el fenómeno que él representa se ha extendido por todo el mundo. En Estados Unidos, en Europa, en los países hermanos latinoamericanos y hasta en Japón hablan del "fenómeno Milei".

Pero ni acá ni en el resto del mundo terminan de entender exactamente la ideología de Javier Milei, que es liberal en serio, doctrinaria y ligada a la praxis libertaria. Muchos creen que es una nueva versión de lo mismo, pero es algo completamente nuevo en política.

El liberalismo pone el principal énfasis en la libertad de los individuos. Esto significa que cada quien es libre en su accionar, y por ende es responsable de manera total por su accionar. Esto significa que un presidente no debe ni tampoco puede solucionar todos los problemas de los ciudadanos.

 
  

La mayoría de los argentinos elegimos un cambio verdadero. Elegimos a Milei entendiendo que cada uno de nosotros debemos hacer lo máximo que podamos para solucionar nuestros propios problemas y para sacar el país adelante. Nosotros tenemos la responsabilidad de hacer el cambio.

Repito. El presidente NO debe solucionar ni dirigir todo. Solo tiene que trabajar en pos de que el Estado no oprima a los individuos y otorgar seguridad física y jurídica para que cada ciudadano pueda actuar de la manera más libre posible y que cada quien disfrute del producto de su esfuerzo.

 
Si bien un presidente obviamente debe dirigir y gobernar un país, en el liberalismo gobernar implica que el mandatario quita las regulaciones del Estado y le otorga cada vez más libertad a la población; y por ende, más responsabilidad a todos los ciudadanos por igual.

  

“El que las hace, las paga”, decía Milei en campaña sobre la inseguridad, pero aplica a todos los aspectos de la vida en sociedad. Cuando tenés libertad de elegir, también tenés la responsabilidad de responder por tus actos.

Si bien hay libertad de expresión y cada quien puede emitir su opinión, los argentinos deben dejar de quejarse, y deben hacerse cargo de aquello que votaron, en el buen sentido. Es decir, que hay que empezar a entender que ningún líder político le puede solucionar la vida a un ciudadano de manera directa.

Ya lo dijo Javier Milei en su primer acto de campaña: “yo no vine a guiar corderos, vine a despertar leones“. Si queremos ser leones, debemos dejar de quejarnos con el presidente si los mercados financieros bajan o si sube el dólar. Debemos dejar de quejarnos con el presidente si suben o los precios o si hay menos ventas. Si la economía es completamente libre, no es su responsabilidad, es la tuya.

El león es el "rey de la selva". No se queja de aquello que sucede en la selva, sino que intenta cambiar y modificar todo aquello que él cree que debe mejorar para su propio bienestar y para el bienestar de los demás. Los leones no lloran si todo no sale como ellos desean.

El león no le exige a otro león que no viaje a ningún otro sitio y que se quede en la selva para cuidarlo. El león se ve a sí mismo como un rey. Él es líder de su propia vida, es responsable de todo lo que le sucede y sabe que posee todas las herramientas para alcanzar lo que desea.

Los ciudadanos argentinos elegimos el pasado 19 de noviembre ser leones y no corderos. Por lo que llegó el momento de empezar a actuar y pensar con madurez y entender de una vez por todas que los políticos no pueden ni deben solucionar nuestras vidas.

En diciembre del año pasado, comenzó una nueva Argentina. Una Argentina en el camino correcto. Y aunque Javier Milei nos advirtió que el camino no iba a ser fácil, debemos luchar hasta el final por conseguir y materializar aquello que ya elegimos.

“La victoria en la batalla no depende de la cantidad de soldados, sino de las fuerzas que vienen del cielo. Viva la Libertad Carajo!"

 
El Fenómeno Barrial. @mileibarrial (Twitter, X) Derecha Diario

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