El movimiento fue coordinado y no tuvo nada de espontaneidad. Mauricio Macri organizó su acto de asunción de la presidencia del PRO con una estrategia evidente: mantener la identidad ideológica con Javier Milei, cuestionar la gestión con argumentos demoledores y al mismo tiempo mostrar una foto de renovación en el PRO, partido que no está dispuesto a entregarle al libertario.
Todo el despliegue de Macri de ayer, discurso y dos entrevistas por televisión, tuvo el mismo ritmo quirúrgico: el bisturí se hundió sin piedad en las bases y debilidades del Gobierno de Milei. El expresidente dejó en claro que no tiene relación con Karina Milei, y marcó lo que en Argentina sabe toda la clase política: un enorme porcentaje del Estado sigue estando en manos de kirchneristas o massistas que se esconden en supuestos nuevos ropajes libertarios para mantenerse en sus cargos.
Ese dato de la realidad se verificó, por ejemplo, hace una semana, cuando Milei le pidió la renuncia a Adrián Luque, el exconcejal de San Miguel por el massismo que la Libertad Avanza dejó como presidente de Trenes Argentinos. No pasó mucho tiempo hasta que el Gobierno se enterara que realmente no tenía control de la empresa y mucho menos noticias sobre los excesos en contrataciones y gastos que se estaban auditando.
El caso Trenes Argentinos no es una excepción, sino una muestra mas de los problemas de gestión que debe enfrentar el Gobierno cada día. Guillermo Francos es, quizás, quien mejor interpreta ese problema. En otras carteras hay ejemplos tan complicados como ese: extensas áreas de la administración aun permanecen en manos de militantes K disfrazados, ahora dispuestos temporalmente a trabajar para el gobierno. Es un problema que conoce Milei pero que por ahora no termina de solucionar y que tiene alguna justificación por dos vías.
Esta claro que para un partido chico como la Libertad Avanza es casi imposible cubrir la totalidad de cargos que implica tomar el control del Estado, pero por otro lado debe reconocerse que el kirchnerismo hizo una tarea de colonización de la administración pública de tal magnitud que llevará años (y siempre que se continúe con la reforma del Estado) identificar a los militantes K disfrazados de personal de carrera.
Ese es el sentido de una de las críticas mas duras que se le escuchó ayer a Macri en su discurso y forma parte de la gran factura que le pasa a Milei sobre la negativa del libertario a compartir cuotas de poder en el Estado desde el momento mismo de la asunción. “Es un desafío ayudar a quien no está dispuesto a ser ayudado”, fue su definición que no debe separarse de una declaración que hizo una hora mas tarde a la televisión cuando se ocupó de afirmar que no tenía relación con Karina Milei. En ambos casos hablaba del mismo problema.
Para el Gobierno no hubo sorpresas en el mensaje de Macri. El expresidente le había adelantado a Milei todo lo que dijo ayer durante la reunión que tuvieron ambos el miércoles pasado, en la que hubo un cruce de opiniones menos amable de lo que se suponía.
Macri le planteó allí a Milei un límite a la transferencia de militantes PRO a la La Libertad Avanza y le puso un punto de no retorno: Patricia Bullrich, a quien después enjuició en público. El expresidente recibió una dura respuesta: "No nos traten de boludos con la gestión en público". "Anticipo que de eso voy a hablar mañana", fue la respuesta. "Mañana" en ese momento era la referencia al discurso que pronunció Macri en su asunción en el PRO. La posibilidad de una fusión de partidos, como la que pretendía Bullrich, quedó así en una nebulosa de la que parece imposible que vuelve.
Dos movimientos intentaron frenar la bronca macrista, aunque no surtieron efecto. El primer reportaje periodístico a Santiago Caputo (identificado por Macri como generador de "maldades" políticas en su contra) intentó despejar sospechas y dudas sobre la relación entre el Gobierno y el expresidente, pero no lo logró.
Algo en el mismo sentido pero desde la otra vereda pasó ayer a la tarde en la reunión entre Guillermo Francos y nueve gobernadores del PRO y el radicalismo. Son los mismos que antes de la votación de la Ley Bases y la Ley Fiscal pasaron por esa misma oficina a firmar los acuerdos de transferencia de obras públicas de la Nación a las provincias y que luego le ordenaron a sus diputados y senadores que votaran a favor de la leyes de Milei.
Jorge Macri, Alfredo Cornejo, Leandro Zdero, Ignacio “Nacho” Torres, Rogelio Frigerio, Carlos Sadir, Marcelo Orrego, Claudio Poggi y Maximiliano Pullaro le pidieron ahora a Francos que los acuerdos empiecen a cumplirse: compensación de deudas por un lado y activación de obras por el otro. La prueba de que en esa reunión se iba a hablar de cuentas pendientes fue la presencia también de Carlos Guberman, secretario de Hacienda de Luis "Toto" Caputo.
Macri cree que la gestión de la administración de Milei puede entrar en crisis si no agiliza el control de amplias áreas del Estado. En ese sentido le puso a Milei un límite que es el mismo que mira hoy el mercado y el FMI: el humor social de la población que sigue apoyando el ajuste y el camino que propuso Milei, pero que hoy espera con mas impaciencia resultados que se traduzcan en algo mas que la baja de la inflación, mayor éxito que logró el presidente hasta ahora.
"Milei me dijo que no le importa mi oposición a la candidatura de Lijo, porque piensa que va a llevar un cambio a la Corte Suprema", reconoció ayer Macri sobre su posición en contra a la nominación de Ariel Lijo para la Corte Suprema.
Ese trámite esta avanzando en el Senado. Si los votos del PRO serán importantes o no a la hora de darle acuerdo a Lijo y Manuel García Mansilla no parece hoy un tema de importancia para el gobierno. Y así se lo hizo saber Milei a Macri.
En el futuro hay otros temas que pasarán por el Congreso y que sí necesitarán el acuerdo del PRO y del radicalismo, La UCR hoy esta dividida entre quienes quieren apoyar al gobierno, por ejemplo acelerando nuevos proyectos sobre privatizaciones, y quienes se suman al kirchnerismo en votaciones revolucionarias como la que pretende cambiar a la fuerza la fórmula de actualización jubilatoria. A Milei, por lo menos hasta diciembre del año que viene, no le sobra un voto y Macri lo sabe.
Parte del mensaje de autonomía partidaria que dio ayer tiene que ver con ese punto. Más de un macrista puede quedar peligrosamente involucrado en medio de esa puja entre presidentes. Patricia Bullrich debería tomar nota de eso.
CON INFORMACION DE MDZOL.COM