El lunes negro en los mercados globales metió ruido en la hoja de ruta del ministro Toto Caputo. Pese a que el Gobierno intentó bajarle el tono a la reacción local, el contexto desnudó dos aspectos del programa económico: la salida del cepo cambiario y la expectativa del pago de la deuda en moneda extranjera.
La caída de la Bolsa de Tokio y sus repercusiones mundiales hicieron que los inversores busquen bajar la exposición al riesgo de economías emergentes como la Argentina. Esa actitud se reflejó en variables como la suba del riesgo país, que llegó a picos de 1.730 puntos básicos en la jornada y finalizó en 1.639 puntos; y el desplome de acciones argentinas en Wall Street, papeles locales y bonos de la deuda soberana.
Los esfuerzos del equipo económico se concentraron en advertir que el impacto hubiera sido mucho mayor si no hubiese "orden macroeconómico" y si hubiese levantado las restricciones cambiarias antes de tiempo.
"Este mismo escenario con el sobrante de pesos que había y sin cepo hubiera sido una calamidad", aseguraron fuentes oficiales consultadas por Letra P.
El plan de Toto Caputo
Esta respuesta oficial condice con el mensaje que Caputo le transmite constantemente a quienes representan al poder económico: el objetivo es exterminar la inflación y llevarla a cero y que todos los pagos en dólares de los vencimientos venideros se cumplirán, pese a que las reservas netas del Banco Central están al rojo. Al contrario, los mercados alegan una mayor incertidumbre.
"El deterioro de la situación financiera a nivel global y la caída en el precio de los comodities, complicará los planes del Gobierno", indicó el jefe de Research de Porfolio Personal de Inversiones (PPI), Pedro Siaba Serrate.
"El equipo económico tomará nota del nuevo contexto para la intervención en los dólares financieros. Dada la debilidad de las divisas emergentes (en particular, del real brasileño), creemos que el Banco Central esperará a un nivel más arriba de tipo de cambio antes de volver a intervenir", puntualizó.
Hace casi un mes que Caputo anunció que parte de la estrategia para cerrar las canillas de emisión es vender divisas compradas en el mercado oficial, para las que se necesitó crear nuevos pesos en la plaza del Contado Con Liquidación (CCL).
Larga vida al cepo
Según un informe del BCRA, el plan es utilizar alrededor de u$s2.000 millones, si no ocurren externalidades sorpresa como la de este lunes. De esta forma, también se controla la brecha cambiaria, clave en un contexto de escasez de moneda extranjera en las arcas internacionales para evitar especulaciones devaluatorias.
Para Fundación Capital "la búsqueda de acotar la brecha cambiaria mediante ventas del BCRA en el CCL, en línea con la apuesta oficial de desinflación, también opera en detrimento de la caja en dólares" y en un contexto de escasez de reservas "prolonga la vida del cepo".
En enero 2025 vencen alrededor de u$s4.700 millones entre capital e intereses. El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, anunció a mediados de julio que ya se habían girado los dólares para cubrir los intereses. Luego, el presidente Javier Milei anunció que se estaba coordinando una operación de Repo con bancos extranjeros para pagar la parte del capital.
En esa negociación, el nivel del riesgo país y de las reservas netas, actualmente en alrededor de u$s7.000 millones negativas, son fundamentales. A mayor puntuación en el índice del JP Morgan, más especulación de los bonistas de que Argentina entraría en default.
"A este esquema le faltan dólares. Las autoridades deberán gestionar la escasez de divisas, a la espera de los potenciales ingresos provenientes del RIGI, blanqueo u organismos internacionales. En tanto, el superávit comercial (por el sector energético se esperan unos u$s8.000 millones) sólo se materializará hacia delante sin dólar blend", indicó la consultora de Martín Redrado.
Presión a los mercados
El economista Haroldo Montagu, de Vectorial, advirtió que la reacción adversa de este lunes "pone presión sobre el tipo de cambio, que es el principal objetivo de política del equipo económico".
"Cualquier país, ante una turbulencia externa devalúa. En Argentina eso no se puede hacer sin consecuencias y está bien que la gestión actual se comprometa a no hacerlo. Ahora bien, si el BCRA interviene poco o no interviene directamente (como trascendió la semana pasada) y encima pierde reservas (saldo vendedor la semana pasada), estamos amplificando los problemas que vienen del exterior", observó.
"Está muy bien que el equipo económico difiera y no fije una fecha de defunción para el cepo, el tema es que necesitaron una crisis de esta magnitud para salir a admitirlo, cuando en realidad lo vienen pensando desde el primer día. A la vez, sigue siendo la promesa del Gobierno. Ahí veo una inconsistencia entre el discurso y la acción", dijo Montagu a este medio.
CON INFORMACION DE LETRAP.