Controlada la inflación -se coincide en los mercados en que el objetivo se está consolidando-, el principal objetivo de la política económica es ahora avanzar en la liberación del cepo cambiario.
El propio gobierno nacional fijó desde el primer momento de gestión ese norte como faro hacia donde conducir las decisiones financieras y monetarias. Sin embargo, las primeras proyecciones de avance en el desmantelamiento de las restricciones cambiarias para el bimestre junio - julio quedaron olvidadas.
La caída de los precios internacionales de la soja, el retraso cambiario y problemas en la consolidación de la actividad económica y las exportaciones hicieron que la suma de divisas haya navegado el primer semestre del año mucho más lánguidamente que lo que se esperaba tanto en la Casa Rosada como en el Palacio de Hacienda.
Ya en tránsito del período del último semestre del 2024, la política oficial recalculó y la definición sobre un tiempo determinado para abrir las restricciones al acceso libre a las divisas pasó y se prorrogó por tiempo indefinido. O, al menos, no hay concreciones desde el oficialismo sobre cuando comenzará seriamente el proceso.
Actualmente, los analistas económicos y financieros debaten sobre cual sería el momento adecuado para comenzar con el proceso, a sabiendas de que la apertura de las trabas será gradual y no de shock. Este medio mencionó esta semana el informe de la consultora FMyA, de Fernando Marul, que sostiene que habría posibilidades ciertas para el cuarto trimestre del año. Un informe firmado por la Fundación Capital es más prudente. Afirma el trabajo dirigido por el economista Carlos Pérez que la severa escasez de dólares “prolonga la vida del cepo mientras las autoridades parecen apostar a la desinflación y contención de la brecha con dosis homeopáticas de liberación de las restricciones cambiarias”.
Las principales conclusiones del informe son las siguientes:
-El esquema económico actual adolece de un enfoque que incremente la oferta de divisas. De hecho, la caja en dólares continuará tensionada en adelante, con una flexibilización en el esquema de pago de importaciones que demandará unos u$s 4.000 millones adicionales desde septiembre y con una merma en los precios de commodities agrícolas que implican una revisión a la baja de u$s 1.800 millones en las exportaciones.
-Con un descenso de u$s 1.600 millones entre agosto y diciembre, el año finalizaría con reservas netas en de u$s -7.500 millones (se netean los compromisos por Bopreal en los siguientes doce meses), lo que representa un incremento de sólo u$s 3.598 millones respecto al 10 de diciembre de 2023.
-Esta escasez de dólares prolonga la vida del cepo, mientras las autoridades parecen apostar a la desinflación y contención de la brecha, con dosis homeopáticas de liberación de las restricciones cambiarias.
-El Banco Central realizó ventas de divisas en el bimestre junio-julio y tanto la reciente flexibilización en el esquema de pago de importaciones como la esterilización de pesos a través de la venta de reservas en los mercados financieros operan en detrimento de una mayor acumulación de reservas.
No obstante, el avance en el acceso al mercado de cambios para importaciones es una medida en el sentido correcto, más aún si se tiene en consideración que ya había un tercio de las importaciones cuyos pagos se realizaban a través de los mercados financieros.
En este sentido, las autoridades del BCRA revelaron que, en base a información de la CNV respecto a la operatoria con títulos valores, estiman que los importadores pagaron a través del CCL unos u$s 4.300 millones en el primer trimestre y u$s 5.000 millones en el segundo cuarto.
-Esto implica que el 33,9% de las importaciones del semestre se costearon por fuera del mercado oficial de cambios. En paralelo, a través de este último se pagaron el 41% y 77% en el primer y segundo cuarto, respectivamente.
Vale aclarar que, contemplando ambos mercados, en el segundo trimestre se pagó el 114% de las importaciones efectivamente ingresadas, habiéndose abonado parte de las del primer trimestre debido a la cuotificación de pagos.
-Adicionalmente, se anunció la flexibilización en el esquema de pagos de importaciones desde agosto, siendo un paso a favor en la normalización del mercado de cambios. En detalle, para el régimen general, las compras se pagarán 50% a los 30 días del ingreso aduanero y el 50% restante a los 60 días, cuando hasta julio se pagaban en cuatro cuotas de 25%.
-El gobierno se comprometió además a una reducción del Impuesto País en septiembre (pasando de 17,5% a 7,5%).
-Los cambios anunciados comenzarán a verificarse en septiembre, cuando se hará frente a la primera cancelación del 50% de las importaciones realizadas en agosto. Así, desde el noveno mes, los pagos a través del MLC serán mayores a las importaciones efectivas (113% en promedio septiembre-diciembre).
-Se supone que todas las importaciones en adelante se pagan a través del MLC (supuesto fuerte dado que está vigente la restricción cruzada CCL/MLC). De esta forma, en el acumulado entre septiembre y diciembre, se afrontaría un egreso de divisas en el MLC superior en u$s 4.300 millones frente al esquema previo.
-Octubre y noviembre presentan los mayores pagos por u$s 5.782 millones (125% de las importaciones efectivas) y u$s 5.627 millones (120%), respectivamente.
-La flexibilización en el esquema de pagos de importaciones resulta una buena noticia en el camino hacia la normalización económica, pero suma presión sobre una caja en dólares que ya presenta un margen de maniobra acotado, tema que trataremos en breve.
CON INFORMACION DE MDZOL.COM