Mientras en el ancho mundo del peronismo se preguntan hasta dónde impactará en su electorado el escándalo que protagoniza el expresidente Alberto Fernández, las elecciones legislativas de 2025 ofrecen una chance de cuantificar hasta dónde puede llegar en el Congreso la pérdida de poder político de Unión por la Patria (UP).
La gestión fallida del gobierno del Frente de Todos y la derrota en el ballotage ya habían limado los liderazgos y agujereado las banderas peronistas. Ahora, el cóctel corrosivo de violencia de género e irresponsabilidad institucional que tiene en el centro de la escena a quien hasta hace horas era el titular del PJ enciende todas las alarmas en la previa del año electoral.
Unión por la Patria pondrá en juego el año próximo 14 de las 33 bancas que posee en el Senado, la cámara donde mandó a gusto desde 1983 hasta 2021 y donde hoy es la fuerza más numerosa, pero sin el poder de fuego suficiente para imponer el cuórum y con una capacidad de alianzas limitadísima. En Diputados, arriesgará 47 de las 99 bancas que aún siguen amalgamadas, unidas por el espanto más que por el amor.
A la par de las matemáticas, la coyuntura política en las provincias pronostica viento de frente.
Senado, zona de riesgo
En 2025 pondrán en juego sus escaños en la cámara alta la ciudad de Buenos Aires y las provincias de Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Tierra del Fuego, Salta, Chaco y Santiago del Estero. En esta última, UP arriesgará los tres escaños, porque el blindaje del gobernador Gerardo Zamora le permite tener en sus manos los dos asientos de la mayoría y también el que corresponde a la oposición. La incógnita en este caso no pasa por el resultado electoral, sino por la durabilidad de los lazos con el mandatario santiagueño, un pragmático que fue seducido en varias ocasiones por la Casa Rosada.
En la ciudad de Buenos Aires, la banca que hoy ocupa Mariano Recalde está en riesgo, porque la disputa entre el PRO y La Libertad Avanza (LLA) puede llevar a que Mauricio Macri y Patricia Bullrich encabecen las listas en una pelea para alquilar balcones. El bastión macrista siempre fue esquivo para el peronismo y una oferta derechista de ese tenor puede volver estéril cualquier alquimia electoral.
En Entre Ríos asoma una ventana de oportunidad. Edgardo Kueider termina su mandato. Ingresó al Senado por el extinto Frente de Todos, pero hoy revista en el bloque Unión Federal y juega libre, pegadito a Victoria Villarruel. El peronismo quiere recuperar ese escaño, pero se enfrenta al juego coordinado que ya empezaron a delinear el gobernador Rogelio Frigerio y la hermana presidencial Karina Milei para no dividir el voto que saben común.
En cada uno de los cinco distritos restantes UP arriesgará dos bancas. Debería ganar para mantenerlas en su poder. En Salta, Neuquén y Río Negro sería una hazaña: su poderío electoral viene en retroceso y debe lidiar con oficialismos provincialistas que juegan en modo catch-all y ya se deglutieron una porción de sus bases. Por eso el kirchnerismo hace rancho aparte para salvar al menos un escaño en los pagos de Gustavo Sáenz. En las dos provincias patagónicas la situación es similar. En tres distritos donde Javier Milei arrasó en 2023, el mejor escenario hoy es la carambola de terciar entre LLA y los frentes provincialistas, para salvar al menos una de las dos bancas que posee. Siempre y cuando Juntos por el Cambio no decida salir a la pista para su último baile.
Oposición en Chaco y oficialismo en Tierra del Fuego, con una oferta electoral atomizada, sólo el eventual derrumbe del gobierno de Milei en la consideración popular pareciera ser la carta para que UP se alzara con el triunfo.
La madre de todas las batallas en Diputados
Sin la boleta presidencial traccionando desde el tope de la tira, las elecciones nacionales legislativas suelen ser, en verdad, 24 batallas provinciales simultáneas donde las lógicas locales resultan decisivas. En la disputa por llegar a la cámara baja, la mirada se posa en los distritos donde hay más bancas en juego.
Buenos Aires vuelve a ser entonces la madre de todas las batallas. El peronismo pondrá en juego 15 asientos en el distrito donde el mileísmo aún no logró hacer pie y que Karina Milei tiene entre ceja y ceja. El kirchnerismo y el massismo deberán arremangarse para conservar su poder. Entre otras figuras, terminan sus mandatos alfiles K como Sergio Palazzo, Hugo Yasky, Vanesa Siley, Daniel Gollán y Mónica Macha; y también Cecilia Moreau, Daniel Arroyo, Mónica Litza y Marcela Passo, que se referencian en el Frente Renovador. Un montón.
En Santa Fe y en la ciudad de Buenos Aires UP arriesgará tres escaños por distrito. En la primera, el PJ quedó duramente golpeado y en dispersión tras la derrota que le propinó Maximiliano Pullaro. En la segunda, la lista para la cámara baja sufrirá la sobreoferta de figurones de la centroderecha mencionada antes.
En Córdoba, retener la banca que ocupa Pablo Carro será una tarea titánica con el Partido Cordobés de Martín Llaryora aspirando electrones sueltos en su contienda contra la fuerza de Milei, que logró el 74% de los votos en el ballotage, y Luis Juez y Rodrigo de Loredo basculando entre sumarse a la ola violeta y hacerle RCP a Juntos por el Cambio.
En Mendoza, otra provincia donde Milei arrasó y gobierna el radical Alfredo Cornejo, UP se juega con viento en contra dos bancas de cinco en disputa. En Tucumán el problema es otro: Elia Fernández y Agustín Fernández terminan sus mandatos, pero se fueron del bloque por decisión del gobernador Osvaldo Jaldo. La cosecha del PJ tucumano no arrastrará nada para el lado de UP.
Elecciones 2025, un desafío
Por fuera de los seis distritos electorales más grandes, los escaños se cuentan de a uno. Donde gobierna UP, excepto Buenos Aires, hay nueve bancas en disputa. Las estrategias y los resultados para el bloque dependerán del rumbo que tomen los mandatarios provinciales. Una cosa es Sergio Ziliotto y otra muy distinta es Raúl Jalil, por ejemplo.
En las cinco jurisdicciones que administran coaliciones provincialistas (Neuquén, Río Negro, Misiones, Santa Cruz y Salta), UP arriesga en total tres escaños, que deberá defender en las mismas condiciones arduas descriptas en la pelea por el Senado.
En este escenario, el peronismo se asoma a un abismo parlamentario en 2025. Tampoco la tienen fácil el PRO y la UCR, que, como contó Letra P, se juegan dos de cada tres bancas en Diputados y un tercio de sus escaños en el Senado. Mientras reza para que la economía no se desbande en una espiral incontrolable que arrase con el favor ciudadano que hoy lo sostiene, Javier Milei se frota las manos.
CON INFORMACION DE LETRA P.