Esta semana, la Legislatura de Córdoba volvió a ser escenario de discusiones de altísimo voltaje entre el oficialismo y la oposición.
Como sucede desde el 10 de diciembre, cada sesión se convierte en una verdadera batalla política cuyo desenlace, por la paridad de fuerzas que existe, puede estar para cualquiera.
Los resultados ya no son obvios y Hacemos Unidos por Córdoba debe transpirar si quiere anotarse un tanto. Y eso es lo que pasó este miércoles dentro y fuera del recinto.
La oposición nucleada en el Interbloque de Juntos por el Cambio más algunos monobloques logró colar el tema del juego on line en la agenda legislativa azuzando la discusión pública de un asunto espinoso para el oficialismo. Para este oficialismo.
Pues, la polémica ley “heredada” de la gestión de Juan Schiaretti incomoda a más de uno en el peronismo, pero esta vez, a diferencia del 2021, había que acomodar el cuerpo como sea para sostener los 33 votos oficialistas.
La oposición empujó el debate hacia “la derogación sí o no”, mientras que Hacemos reaccionó proponiendo modificaciones para conseguir “una normativa más segura”. Una forma de mostrar preocupación y acción frente a una problemática que está haciendo estragos en los jóvenes y que es advertida por distintos sectores, entre ellos, la misma Iglesia católica desde donde el propio arzobispo Ángel Rossi rogó la supresión de la norma.
Finalmente, prevaleció el oficialismo que se anotó un triunfo frente a la oposición. Un oficialismo que echó mano a todos los artilugios que estuvieron a su alcance para blindar la posición del gobierno de Martín Llaryora.
La discusión fue larguísima y ya arrancó trabada desde la reunión de Labor Parlamentaria en horas de la siesta. El inicio de la sesión en sí también se dilató por horas debido a que a Hacemos Unidos no le daban los números. Pues tenían a uno de sus soldados descompuesto y otro directamente ausente del que -según dijeron- nadie sabía nada.
Desde el entorno del legislador Leonardo Limia justificaron su inasistencia por una cuestión de salud y aseguraron que se notificó con tiempo al resto de la bancada. Sin embargo, desde el bloque señalaron que nadie supo nada hasta entrada la tarde, incluso, algunas versionas hablaban de que hubo llamados hasta a la propia senadora Alejandra Vigo para saber qué había pasado. Pues, Limia es una de sus espadas. De cualquier modo, el parlamentario ya había adelantado que acompañaría el proyecto del oficialismo con lo cual, aseguran, detrás de su inasistencia “no hubo motivaciones políticas”.
Lo cierto es que, frente a esa situación, el peronismo debió salir a buscar un suplente que ocupe el lugar de Limia. Quien seguía en la lista era Julio Bañuelos, pero como sentarlo en la banca sería complejo ya que actualmente es el presidente de Caminos de las Sierras, se convocó a Carlos Lencinas. El delasotista recibió el llamado en horas de la tarde y rápidamente se presentó en la Legislatura.
En paralelo, el capitalino Pablo Ovejeros asistió a la sesión pero enfermo, afectado por un virus que le produjo una deshidratación por lo que debió ser asistido dentro y fuera del recinto. Aun así, pudo levantar la mano para darle el voto que necesitaba su bloque.
Cuando en los corrillos de la Legislatura desde el oficialismo se escucha bromear que sus representantes no se pueden levantar sin avisar ni para ir al baño, es literal. Lo ajustado que están no les da margen de error y obliga a Hacemos a buscar aliados en cada sesión. Allí talla Karina Bruno del bloque Córdoba y en esta oportunidad nuevamente acompañó el libertario Agustín Spaccesi. Cabe destacar que esta vez el Presidente provisorio de la Legislatura, Facundo Torres, a cargo de la sesión, desempató.
El tanto que se anotó esta vez el peronismo dispara un interrogante respecto a la oposición: si en aparentes condiciones de paridad inmejorables para el Interbloque, Juntos no pudo ganar, entonces ¿son las habilidades del peronismo las que prevalecieron o el resultado fue producto de un error no forzado de Juntos? Como sea, desde ese espacio destacan que pese a los intentos del llaryorismo por romper el espacio legislativo “cooptando” voluntades, el Interbloque sigue unido. Muestra de ello, apuntan, fue la embestida contra el ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros, que lanzaron ayer desde el tercer piso de la Unicameral.
CON INFORMACION DE DIARIO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE SORIA YANINA,