Empezó un nuevo operativo clamor para Cristina Fernández de Kirchner, en este caso, para que conduzca el Partido Justicialista nacional, organismo que ella detesta y nunca quiso presidir y puso en crisis. Por otra parte, Axel Kicillof, su cada vez más lejano preferido, había confiado en un acuerdo con su par de La Rioja, Ricardo Quintela, para que éste sea el sucesor de Alberto Fernández en el cargo partidario.
“Era de cajón eso… No iba a dejar a alguien que le dicen Gitano y que tiene una provincia en default”, analizan quienes saben cómo opera la expresidenta y vice de la Nación, que ha reaparecido con toda fuerza en lo que algunos consideran un acuerdo implícito con la Casa Rosada, que la prefiere a ella como rival directa.
En una reunión con periodistas, en la zona del microcentro, un dirigente sindical con múltiples conexiones reconoció que “hay un acuerdo entre Milei y Cristina… Eso está clarísimo”. Quien lo dice sabe de qué habla. Sus operaciones, como la de la mayoría de su nivel, son a varias bandas. Más tarde, un legislador nacional ratificó lo hablado sin su presencia al recordar que dentro de su bloque oficialista, hace tiempo, fue reprendido porque nombró a varios dirigentes peronistas con prontuario y también incorporó a la expresidenta. “A ella no”, le recomendaron casi en manera de reto.
En el entorno de Quintela la decisión de Cristina sorprendió. Nunca creyó que tenía su apoyo, pero tampoco imaginó que iba a ser vetado de la manera que podría terminar siéndolo. Ante la confirmación informal "la señora" se presentará para presidir el PJ, el gobernador riojano ya anunció que mantendrá su candidatura y quiere competir en una interna.
El problema que tiene es que todos los apoderados del Partido Justicialista a nivel nacional fueron puestos por el kirchnerismo. Si quiere llegar a la elección partidaria seguramente deberá no solo tener los avales, sino que estos estén presente, en fila, a la hora de certificar su presencia para que sean considerados como válidos.
“Por lo menos la obliga a jugar… Y deja en claro que si no es ella, el kirchnerismo no tiene a nadie”, sostienen como paliativo la troupe riojana. Algo de eso también creen en el entorno de Máximo Kirchner, que vuelve a observar cómo a Wado De Pedro no le da la talla para conducir un proceso político. Fracasó como precandidato presidencial, cuando a última hora le ganó Sergio Massa y su candidatura duró un día, y ahora tampoco consiguió el aire suficiente para conducir un organismo partidario.
De Pedro fue la primera propuesta lanzada por la propia Cristina Fernández de Kirchner hace dos meses atrás. Inclusive él había hablado del tema con muchos intendentes y gobernadores a los que conoce muy bien por su paso por el Ministerio del Interior de la Nación. Sin embargo, a poco andar, su figura achicó su envergadura.
Una autoridad partidaria provincial hizo el siguiente cálculo. “Quintela consiguió cien mil avales, pero salvo Axel, ningún otro gobernador dijo públicamente que lo apoyaba. Sí le cedieron los papeles para tener resuelto lo formal. Cristina ahora tiene la obligación de convocar a todos, inclusive a los cordobeses, a Miguel Ángel Pichetto y a todos los que están afuera porque ella los echó o nunca los quiso”.
Efectivamente, la futura conducción del peronismo, en caso que Cristina Fernández de Kirchner se ponga a la cabeza, nacerá con la orfandad del peronismo cordobés, la precariedad porteña y el peso de haber sido la conductora política que generó el mayor fracaso político por dos ocasiones casi consecutivas. La pérdida total en manos de Mauricio Macri, en 2015, y la derrota nacional en 2023, más la drástica disminución de provincias en manos del peronismo, la más baja desde la vuelta de la democracia, que también trajo consigo la pérdida de la mayoría propia en el Senado nacional.
La guerra de espejos de las familias Milei y Kirchner es asombrosa. A la presentación en sociedad de La Libertad Avanza con Karina Milei como jefa se le antepondrá Cristina. En el Gobierno alguno elucubra una competencia entre ambas en el territorio bonaerense. Pero la posibilidad de una derrota del apellido presidencial en el distrito en el que salió tercero hace dos años es una aventura que, si sale mal, pondrá patas para arriba a todo el poder oficial.
“Estamos atrapados en un partido familiar… Somos peronistas por Perón, luego llegó el duhaldismo y menemismo, y ahora el kirchnerismo… Y, como verás, en lugar de ampliarnos, nos achicamos… Estamos en una cárcel de la cual es tanto el miedo a quedar libre que preferimos seguir acá… Por lo menos conocemos a los guardia cárceles”, bromeó un encumbrado operador nacional.
Mañana, en Monte Hermoso, en la región sur de la Provincia de Buenos Aires, Máximo Kirchner, quien también quiere revalidar su continuidad al frente del PJ bonaerense, se reunirá con la mayoría de intendentes, concejales y referentes de la sexta sección electoral para reflexionar sobre lo que se viene en su deseo de "volver a armar". En paralelo, Kicillof sigue hablando de su proyecto presidencial mientras que una veintena de intendentes ya empiezan a construir un grupo de WhatsApp donde discuten de todo, desde la necesidad de una Boleta Única de Papel, el desdoblamiento electoral bonaerense y si conviene o no seguir en una discusión sin fin.
CON INFORMACION DE MDZOL.COM