Martín Llaryora inauguró ayer la última gran obra pública del 2024 en la Provincia con un acto donde insistió en diferenciarse del presidente Javier Milei en lo que hace a la importancia de la inversión estatal para el desarrollo. El cemento es un tema caro a los cordobeses y el gobernador lo usó para buscarle la vuelta al libertario sin enfrentarlo, en la misma línea de mostrar rechazo al recorte de medicamentos del PAMI que tuvo un capítulo durísimo en esta ciudad.
Acompañado por intendentes de esos valles, y además el capitalino Daniel Passerini, Llaryora cortó las cintas de las autovías Calamuchita y Punilla que unen las ciudades de Alta Gracia con Villa Ciudad América y la variante Costa Azul con el acceso a Molinari, respectivamente. “Nosotros los cordobeses hemos decidido no bajar los brazos y seguir haciendo obras de infraestructura”, sostuvo. “En un país en crisis y recesión, con tantas dificultades, los cordobeses vamos a hacer un hecho histórico. Inaugurar una autovía, ya es un hecho histórico. Ahora, inaugurar dos, no sé en qué lugar del mundo se van a dar el lujo de hacerlo”, se ufanó, y le dio el crédito de haber sido el impulsor de las obras a su antecesor Juan Schiaretti.
Fiel a la estrategia de marcar algunas diferencias pero no discutirle a Milei, el jefe del Panal miró también la situación en el PAMI. Pegó arriba del cinturón. Fue luego de que un jubilado nacional se rociara con combustible en la sede de la obra social de esta ciudad y amenazara con quemarse, desesperado por el achique en la cobertura de medicamentos que decidió el gobierno libertario. Llaryora criticó como “tremendamente mala” la resolución que se conoció hace unos días y dijo que "es increíble que hayan hecho un recorte de medicamentos de esta magnitud en este momento histórico, donde el 50 por ciento de la sociedad está en la pobreza”. El llayrorismo se sumó a la postura humanitaria de quien funge como principal opositor a Milei en Córdoba, el arzobispo y cardenal Angel Rossi, quien afirmó que el recorte de remedios del PAMI es “una eutanasia encubierta”. En esa línea, el principal delfín de Llaryora en la Legislatura, el jefe de bloque Miguel Siciliano, presentó un proyecto de declaración donde expresa su “extrema preocupación" por la “restricción de acceso a medicamentos esenciales para jubilados y pensionados nacionales”, disposición que tiene un costado económico, porque la demanda que no cubra PAMI recaerá en los hospitales provinciales y centros de salud de los municipios, que vienen con fondos nacionales totalmente recortados. Nada operativo el proyecto de Siciliano, que también es de otra legisladora cercana al UNO como es es Maria del Carmen Acevedo, pero una señal política de las que se permite el gobierno provincial que juega con la espada de Damocles de caer en las encuestas si se aleja mucho del violeta subido de La Libertad Avanza. Es, además, una forma del llaryorismo de suavizar una semana que tuvo rosca dura a full con los pliegos de la radical Jéssica Valentini para el Tribunal Superior de Justicia, y el paquete judicial todo, más la puesta para instalar el proyecto de Ficha Limpia como prioridad del Panal y quedarse con la cucarda que a Milei no le interesa, si se tiene en cuenta el temario de las sesiones extraordinarias.
Hoy por hoy, Hacemos Unidos tiene encuestas que ubican bien al sanfrancisqueño entre los cordobeses, lo que lo inspira para seguir en la línea calculada de diferenciarse de el presidente libertario sólo en temas irreprochables como medicamentos, jubilados, universidades, retenciones y producción, donde el electorado cordobesista coincide en la indignación, una posición que puede hacer intersecar las posiciones de Llaryora y de Natalia de la Sota, a quien últimamente algunos en el Panal no descartan de la futura lista de diputados nacionales para captar el voto peronista cálido.
Ayer en el acto de inauguración de las autovías, el gobernador se mostró con los intendentes de las localidades por las que pasa o toca las rutas. Estuvieron el de Cosquín, Raúl Cardinalli, el de Alta Gracia, Marcos Torres, y el de Villa General Belgrano, Oscar Santarelli. Hubo muchos otros, de Punilla y de Santa María, de diferentes colores políticos. No estuvo Esteban Avilés, de Villa Carlos Paz.
Lo de Passerini, que tiene el vínculo político con el sector papal dentro del oficialismo, fue notorio. Además de su presencia en las autovías, acompañó a Llaryora al acto por los 55 años de IVECO en Argentina, que se hizo en la planta de la firma al sur de la ciudad de Cordoba. A la noche, el jefe del Palacio 6 de Julio hizo viguismo. Los organizadores le dieron el lugar de primer expositor en el evento de cierre del Diseñando Ciudad, el think tank que responde a la senadora Alejandra Vigo, que se reunió en la Universidad Católica con organizacion del legislador Leonardo Limia y el secretario de Desarrollo Social, Paulo Cassinerio, entre otros.
CON INFORMACION DE DIARIO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE BETTINA MARENGO.