Milei y Pullaro: un primer año de cambios drásticos y algunas contradicciones
POLÍTICA - SANTA FEAgencia de Noticias del InteriorCon impronta fundacional, el presidente Javier Milei y el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, cumplen su primer año en el poder. Doce meses surcados por la intensidad que le imprimieron a sendas gestiones frente a la necesidad de materializar, incluso a riesgo de incurrir en contradicciones, cambios drásticos antes del inexorable desgaste, en medio de un escenario político todavía en etapa de reconfiguración.
Para Hugo Quiroga, a lo largo de un 2024 signado por “la política de los extremos y la polarización”, el jefe del Estado “desconcertó a las oposiciones, tornándolas más débiles de lo que ya están, y en esa crisis se profundizó el archipiélago de partidos”.
El camino de Milei
“Sin territorio propio ni partido, y con pocos legisladores, Milei eligió el camino de la excepción para gobernar: la delegación legislativa, los DNU, el veto parcial y el veto total”, diagnosticó el politólogo y profesor de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
Al respecto, Quiroga advirtió a La Capital que a Milei “no le fue tan mal” con esa estrategia. “La mayoría de sus objetivos se cumplieron, acordando con el PRO, sectores del radicalismo, del peronismo y otros”, señaló.
“De ese modo, se autorizó desde el Congreso (por cierto, no todos sus representantes) al Ejecutivo a ejercer funciones legislativas directas, lo que implica un Parlamento con competencias recortadas y un estado de derecho atenuado”.
En ese contexto, Quiroga hizo hincapié en las múltiples negociaciones y discusiones registradas en los últimos doce meses: la ley de ficha limpia, el nombramiento de dos jueces de la Corte Suprema y el del procurador general de la Nación, el presupuesto 2025, la eliminación de las Paso, la reglamentación de los decretos de necesidad y urgencia, la vigencia del DNU 846 para mantener el canje de la deuda sin pasar por el Congreso y el veto total al financiamiento universitario.
“En ese sentido, Milei pasó de iniciar su gobierno de espaldas al Congreso a organizar una democracia de canje, negociando con unos y otros según las circunstancias, sin principios y con compensaciones mutuas”, aseveró.
Por eso, el politólogo le atribuyó al presidente “un giro pragmático extremo que, en los hechos, deja atrás la idea de una fuerza anarco-libertaria para convertirse en la máxima expresión de la casta”. Y enfatizó: “Así funciona el poder, con la política del toma y daca”.
Quiroga también apuntó a la búsqueda del “altar de los plenos poderes” por parte del jefe de LLA. “Con su particular excentricidad, obtuvo un reconocimiento internacional por el déficit cero, la inflación descendiente, su pertenencia ideológica y otras medidas”, rememoró.
Pero el costo puertas adentro de la Argentina mantiene las alarmas activadas: “Es muy alto, con un ajuste tremendo y un empobrecimiento que se agrega al ya existente”.
“Milei se siente rodeado por el laurel de la victoria, pero no hay que cantar victoria antes de tiempo. Su tiempo no ha sido aún probado”, alertó Quiroga, quien también cuestionó al primer mandatario por exteriorizar “una arrogancia personalista manifestada en descalificaciones, insultos e intolerancias” a lo largo de 2024.
Santa Fe bajo la lupa
Paralelamente, al posar la lupa sobre la gestión de Pullaro, Gastón Mutti auscultó el vínculo entre la provincia y la Nación y el escenario proyectado el año pasado, antes del veredicto de las urnas.
“Si bien estaba prevista la idea de un achicamiento del Estado y de un control del déficit fiscal, se pensaba materializarla con un nivel de moderación y control en el tiempo que terminó alterando el triunfo de Milei”, explicó.
Sin embargo, el profesor e investigador de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UNR destacó que la ola de violencia extrema de marzo (cuatro trabajadores asesinados en Rosario por bandas criminales), que puso en jaque la política de seguridad pública, obligó a una “consonancia con el gobierno nacional”.
“El vínculo con la Nación tuvo altibajos a lo largo del año, pero con un refuerzo del nivel de seguridad, tras la incorporación de agentes federales, que no es menor por la disminución de la cantidad de asesinatos cometidos en 2024”, resumió a este diario.
Luego hizo foco en la reforma previsional en Santa Fe, que en septiembre fue ley en medio de un accidentado trámite parlamentario. “Si bien el impacto es bastante importante en aquellos tocados por la nueva normativa, tampoco fue determinante en otros sectores de la sociedad”, diferenció.
“De hecho, en el gobierno manejan indicadores de que, salvo en los núcleos críticos, no aumentó la mala predisposición de la sociedad hacia los cambios encarados por la actual gestión”, señaló Mutti.
De todos modos, el experto sostuvo que las próximas elecciones serán “el marco adecuado para determinar el nivel de aceptación o rechazo de las reformas” impulsadas por el gobierno santafesino.
Acerca de los objetivos fijados un año atrás, Mutti consideró “un logro” de la coalición Unidos y de la Casa Gris la consagración de la ley de necesidad de la reforma de la Constitución provincial.
Tras recordar los 62 años que transcurrieron desde la última actualización de la Carta Magna santafesina, puso de relieve “el apoyo por parte de todos los sectores de la política, incluso con rupturas de bloques”.
Mutti aludió, de ese modo, a lo ocurrido en la bancada de Somos Vida, que conduce la diputada provincial Amalia Granata, con el pedido de eyección de los legisladores Omar Paredes y Edgardo Porfiri por acompañar la reforma constitucional. Y al estado de ebullición en el PJ de Santa Fe potenciado por el aval del bloque perottista a la iniciativa fogoneada por Unidos.
“Acerca de los artículos previstos para la reforma y los motivos, muchos de ellos consisten en adecuaciones a la Constitución Argentina. Otros son cambios necesarios por el modo en que hoy se piensa la política y su representación”, fundamentó.
Pero también avisó sobre el mantenimiento de “resabios de formas tradicionales de hacer política en Santa Fe, como la bicameralidad y, particularmente, el rol que desempeñan los senadores la provincia”.
Fuente: La Capital