El techo de Javier Milei y el año de su (re)construcción

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Es economista, rockero y arquero. Son las tres características que el propio Javier Milei utiliza para describirse y explicar qué hay detrás de su personalidad. Las dos primeras le vienen sirviendo en su carrera política, por sus conocimientos de economía y por su estilo extravagante. La tercera es la que buscará utilizar para contrarrestar las principales críticas que desde sectores dialoguistas le puedan llegar a hacer en la carrera electoral: sus formas.

“La personalidad del arquero es una personalidad muy fuerte”, explica Milei. “Tenés 11 jugadores en el equipo. El que se viste distinto es el arquero. El que entrena solo es el arquero. El que puede jugar con las manos es el arquero. Cuando tu equipo hace un gol, festejás solo. Pero cuando te hacen un gol tenés toda la responsabilidad”, continúa. Y remata: “Tenés que tener una personalidad muy fuerte”. 

“Si a eso le sumás que fui cantante de rock y que soy economista, un tipo con esas características fue lo que decidieron los argentinos para que sea su presidente. Y hoy sorprendemos al mundo”, es la conclusión que el Presidente esgrimió en una entrevista con la revista Forbes.

Milei puso en marcha un 2025 donde la mirada estará puesta en la economía y las elecciones, sabiendo que el éxito de una depende exclusivamente de la otra. La crítica a las formas podrá influir en algún punto, pero difícilmente sea central en la definición electoral.

Lo sabe Mauricio Macri, que por ahora encuentra en ese punto sus mayores niveles de diferenciación con Milei. 

“Seguiremos defendiendo las causas que nos representan, incluso si el Gobierno no las acompaña”, fue el mensaje del PRO de fin de año. Una semana atrás, el propio Macri al responderle a Milei sobre la lógica de ir juntos o separados en todos los distritos destacó que “ser  absolutamente transparentes con el electorado y, ante todo, cuidar la República” eran banderas que levantaba su partido.

Incómoda posición para un partido que ha levantado algunas agendas vinculadas a lo institucional a lo largo de su historia (Ficha limpia, por ejemplo), pero que no nació con esa impronta. La alianza con los radicales y, sobre todo, los lilitos, le permitió al macrismo sumar ese debate ante la opinión pública. Pero el PRO nació como el partido de la gestión, del armado de equipos, lo novedoso, todas las cuestiones que buscó rescatar siempre su consultor estrella Jaime Durán Barba.

Ahora la gestión y lo novedoso se lo acaparó Milei. El objetivo de Macri fue aportar sus equipos, pero encontró resistencias en el triángulo de hierro del Presidente. Por eso su incomodidad para encontrar su discurso para competir por su cuenta en el año electoral. 

Y la incomodidad está marcada también por los números. El último informe Radar de la consultora C&P indaga sobre el espacio político que la gente votaría este año. La Libertad Avanza lleva una amplia ventaja, con un 38,1%, recién seguido por el kirchnerismo (21,4%) y el peronismo (10,9%). El PRO aparece en un lejano cuarto puesto, con el 5,8%. 

Está claro que hoy las encuestas de intención de voto no sirven como proyección de un resultado. No está definido el menú de opciones, el común de la gente no está pensando en las elecciones y ni siquiera se sabe el contexto económico y social en el que se llegará a votar. Pero sí sirve para medir el pulso de donde está parada la sociedad.

El techo de Milei
Ese pulso lo que está mostrando en todos los sondeos es que, a pesar del buen primer año de gestión, Milei no está logrando perforar un techo. Así como en el transcurso de 2024 logró consolidar un núcleo fuerte de apoyos, también se mantuvo prácticamente inalterable su oposición.

El informe Radar también así lo deja en evidencia. Un 49,4% de los consultados tiene una visión negativa de la gestión de Milei contra un 48,9% que lo valora de manera positiva. Con respecto a noviembre, la positiva bajó 2 puntos y la negativa subió 0,5. Todo dentro del margen de error de la encuesta.

Lo llamativo del sondeo es que entre los negativos es muy fuerte los que responden “muy mala”. Es el 42,7%, mientras que el 6,7% se queda con un “mala”. Distinto entre los positivos, donde el mileísmo puro está reflejado en el 32,1% que dice “muy buena”, pero llega a 16,8% los que se quedan con un “buena”.

Ese núcleo duro se viene manteniendo inalterable y muestra un techo difícil de quebrar para Milei. Deberá trabajar sobre ese 6,7% que lo califica de “mala” para romper la inercia si quiere seguir creciendo en las encuestas.

Una de las claves podría estar en las expectativas. Cuando se pregunta sobre cómo va a estar el 2025, los que tienen una mirada negativa bajan más de 4 puntos, hasta 44,6%. Crecen los indecisos, los que dudan y no saben si la situación va a estar mejor, pero tampoco consideran que pueda estar peor.

La (re)construcción
En ese marco, uno de los primeros decretos del año de Javier Milei fue el que fijó al 2025 como “el año de la reconstrucción de la Nación Argentina”. Allí, considera que las políticas adoptadas en 2024 “permitieron alcanzar la estabilización de la situación macroeconómica” y anticipa que “resulta imperioso proseguir con la implementación de aquellas reformas que harán grande a la Argentina”.

El panorama es positivo para Milei, por lo menos en los pronósticos para 2025. El banco JP Morgan corrigió esta semana sus estimaciones económicas y anticipó un crecimiento del 5,5% (antes era 5,2%). También proyecta rebotes importantes en consumo e inversión, y anticipa una inflación anual del 25%, apenas por encima de la estimada por el Gobierno en el trunco proyecto de Presupuesto 2025 (18%).

El principal escollo sigue siendo la salida del cepo. Según la mayoría de los analistas, parte del éxito de la desinflación fue el tener un dólar calmo, lo que valió que muchos consideren que Luis Caputo se estaba ‘enamorando’ del cepo. El Gobierno insiste que eso no es así y que va a salir del cepo en el transcurso de 2025.

La clave va a estar en el acuerdo con el FMI, que se espera que pueda estar cerrado en febrero. Son los fondos frescos que se necesitan para fortalecer las reservas y evitar disparadas del dólar (que terminen rompiendo el proceso de baja de la inflación). 

Por las dudas, la primera semana (corta) de 2025 le dejó dos buenas noticias a Milei. La primera es que el Riesgo País quebró una nueva barrera y perforó los 600 puntos básicos. La otra es que el Banco Central cerró un acuerdo con bancos internacionales por 1.000 millones de dólares, cuando había recibido casi el triple de ofertas.

Si Milei quiere romper su propio techo y consolidar una mayoría electoral que le permita avanzar con más reformas, privatizaciones y desregulaciones, deberá tener resultados económicos que le permitan no solo estabilizar la macroeconomía sino generar un crecimiento genuino, con inversión y consumo que redunde en mayor empleo y menor pobreza. Así, el economista, rockero y arquero se encaminaría a construir un nueva hegemonía política en la Argentina. Esa es la verdadera construcción de Milei.

CON INFORMACION DE MDZOL.COM

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