Arranca la apuesta más importante de la era Milei

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Javier Milei está a pocos días de lograr su apuesta más importante desde que llegó al Gobierno nacional. Entre el viernes y los primeros días de la semana que viene, el Board del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobará el acuerdo de Facilidades Extendidas negociado con el staff técnico del organismo que maneja Kristalina Georgieva, que regirá y fiscalizará la vida económica del país por los próximos 10 años y que implica un total de unos U$S20.000 millones; de los cuales, unos U$S10.000 millones, serán liquidados de manera inmediata en el momento de comenzar el acuerdo.


El directorio del organismo ya tiene en agenda el tratamiento del caso y, si todo sale como se espera en Buenos Aires y Washington, entre el 21 y el 26 de abril se firmarán todos los papeles correspondientes. Esto será en el marco de la inminente Asamblea General de Primavera que el FMI organizará en su sede junto con el Banco Mundial, a donde viajarán el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausilli, quienes serán por norma los responsables de cerrar el acuerdo con sus rubricas.


De esta manera, en los próximos cuatro años, el país no pagará capital (si los intereses) y desde el tercer trimestre del 2030 comenzará a liquidarse el activo adeudado. Mientras tanto, Argentina deberá recibir cada trimestre a las misiones del Fondo Monetario Internacional, que aprobarán o desaprobarán las metas pactadas, liquidando luego los montos que el organismo comprometerá a girar en cada cumplimiento. Antes, en el momento de las firmas, el Gobierno recibirá un total de 10.000 millones de dólares de adelanto, para reforzar de manera inmediata las arcas del Banco Central y comenzar así el proceso de desmantelamiento del cepo cambiario, algo que no será inmediato. 

Queda conocer la letra fina del acuerdo, incluyendo el polémico capítulo de cambio en la política cambiaria del Gobierno de Javier Milei. Esto se sabrá en las próximas horas, antes que el Board deba tratar el tema. Algo es cierto: probablemente estemos viviendo las últimas jornadas del crawling peg (devaluación pactada al 1% mensual) y del dólar blend (el derecho a liquidar al 30% en el mercado del dólar CCL). 


El próximo evento del acuerdo será el tratamiento del Facilidades Extendidas por parte del Board, algo que puede darse desde el viernes hasta el miércoles de la semana próxima. Según el "poroteo" del Gobierno, ya estarían los votos necesarios para la aprobación ya que con un 51% de los accionistas a favor el Facilidades Extendidas, estaría aprobado.

Se sabe, igualmente, que existe un grupo de países que es muy crítico contra el país y su manejo económico. Ese grupo lo forman estados que en general nunca podrían trabas a la Argentina y con los que se mantienen lazos culturales e históricos fuertes, casi inquebrantables, pero que en estas circunstancias, ejecutarán una excepción.

Se trata de los países que en el sillón del directorio del FMI están representados por España y Brasil, en un listado que completan México, Colombia, Chile y un puñado más de estados que detentan en total el 7% del total de los votos; nada que complique una mayoría importante para que el Facilidades Extendidas se apruebe.

Sin embargo, simbólicamente, será un mosaico complicado. Lo curioso es el motivo por que se estos países serán críticos con el país. No lo habrá por el comportamiento siempre confuso, errático y hasta irresponsable de la economía crónica que el país expone en los últimos 50 años de historia financiera y fiscal internacional. La posición crítica de estos países es por ideología contraria a la del libertario Javier Milei, diferencias que no quedaron en posiciones divergentes, sino que las peleas se llevaron a la escena pública, y personal. Especialmente en el caso del primer ministro español Pedro Sánchez y el presidente brasileño Lula da Silva.

Quiso el destino, que estos dos estados sean los referentes de los sillones del Fondo Monetario Internacional representando a casi 15 países: casi todos, hoy, en la ronda del progresismo. 

Argentina tiene ya asegurada la masa crítica de los votos del FMI, con el apoyo ya asegurado de Estados Unidos, curiosamente China (con quién el gobierno de Milei tiene hoy una excelente relación), Francia, Italia, los países Árabes y un puñado de estados más que, en su mayoría, siguen las indicaciones de lo que dicte occidente. Con estos votos positivos, el Facilidades Extendidas araña el 51% necesario para obtener una mayoría simple de sufragios de accionistas, para que el acuerdo sea una realidad, ya que no se trata de un acuerdo que vaya por fuera de los estatutos del organismo. No hay necesidad en este caso de una mayoría especial del 85%. Con la mitad mas uno alcanza. Y casi están los votos. Pero falta un esfuerzo más. Un último empujón a algunos estados siempre críticos contra la Argentina en el Board, país al que ven como un incumplidor serial, un mal ejemplo, y una causa digna de ensañamiento para que el colectivo de países deudores aprenda. Y no le pida dinero al FMI que luego no puede devolver.

Son estados, además, poco proclives a la presión internacional y con escasa relación financiera con la Argentina. Se trata de Japón y los Países Bajos, quienes representa a un puñado de estados que detentan aproximadamente un 10% de los votos, pero que en una posición dura del Board podrían complicar una mayoría sólida.

Dudan Alemania, los países nórdicos y un puñado de economías importantes más que detentan otro 10 o 15%. La llave está, entonces, en convencer a un grupo de estados entre los que se cruzan alianzas europeas y latinoamericanas y donde está la llave del apoyo final y la victoria en la votación dentro del Board del FMI. 

El problema es quienes son esos países y la relación que tienen hoy con la Argentina. Se trata de estados que en circunstancias normales no dudarían un minuto en apoyar y levantar sus manos; e incluso, como lo hicieron en algún momento, hasta en defender las banderas negociadoras de Buenos Aires ante el ataque de los miembros quejosos del Board ante los incumplimientos crónicos de este deudor consuetudinario. 

La situación porcentual dentro del Board indica que Estados Unidos detenta la mayoría de los votos con un 16,74% de las acciones y que, por lógica, su embajador en el directorio es la voz más importante. Lo siguen en importancia Japón con un 6,14% de los votos; China (6,08%), el combo de estados liderados por Países Bajos y Bélgica (5,46%); Alemania (5,31%); España junto a otros socios como México y Colombia (4,53%); los países asiáticos como Singapur, Indonesia y Malasia (4,20%); y el sillón que comparten Italia y Portugal (4,12 por ciento), entre otros .

Queda confirmado también que la primera operación concreta de uso de los dólares, que lleguen del Facilidades Extendidas que se firmará con el FMI, será el pago de julio del capital e intereses de los Globales y Bonares que deben liquidarse el 9 de julio próximo y que representan el mayor compromiso financiero del país hasta fin de año.

La deuda que habrá que cubrir alcanza unos U$S2.898 millones en capital y U$S1.559 millones en intereses, lo que suma unos U$S4.457 millones totales; y que completan el primer pago que se realizó en enero pasado, por un monto similar. Entre ambos pagos representan casi el 50% del total de vencimientos de todo el año, con lo que despejado el panorama de este compromiso, ya casi el Gobierno no tendrá deuda importante con cerrar. Al menos durante este ejercicio 2025.

La idea del ministro Luis Caputo, es cumplir con este compromiso recurriendo el mercado voluntario de deuda soberana internacional. Sin embargo, la guerra comercial desatada por Donald Trump complicó el panorama, llevando tensión a los mercados internacionales; y provocando, entre otros efectos negativos, una aceleración hacia arriba del riesgo país argentino, por arriba de los 900 puntos básicos.

La estrategia original de Caputo era la de especular con un nivel inferior a los 500 puntos básicos para junio, lo que hubiera permitido la toma de deuda a una tasa algo superior al 7%. Sin embargo, la situación financiera internacional se complicó a partir de la guerra comercial, haciendo subir el riesgo país y alejando (al menos por ahora) cualquier alternativa de recurrir a la emisión de deuda para cumplir con el compromiso de julio. Es por esto que la habilitación para que este vencimiento se cumpla con el dinero del FMI no es un logro menor para el ministro y sus huestes negociadoras con el responsable del caso argentino ante el Fondo, el venezolano Luis Cubeddu. La ecuación general del préstamo de Facilidades Extendidas implica, desde siempre, que el dinero que se gire dentro del acuerdo: debe quedar en las reservas del BCRA como si fuera en un escaparate intocable, con el único objetivo general de mostrarle al público operador en el mercado financiero, que la entidad que maneja Santiago Bausilli tiene la suficiente fuerza de acción financiar para poder enfrentar tormentas. Y comenzar, ahora sí, a moverse en terrenos de azul y no de rojo permanente como viene ocurriendo desde el gobierno de Mauricio Macri hasta hoy.

Para cualquier otra acción dentro del mercado de capitales, queda claro para Washington que deben usarse dólares que el país vaya consiguiendo vía liquidaciones del campo (soja, maíz, etc.), del primer superávit energético de peso o de la posible caída de la demanda de turismo por el fin de las épocas estivales.

Sin embargo, saben desde el FMI, que no hay tiempo para que fuera del enorme refuerzo que implica el giro de dinero desde el organismo, las reservas del BCRA puedan recuperarse lo suficientemente rápido como para poder hacer frente al majestuoso vencimiento de julio.

Es por eso que se conversó entre las partes negociadoras que no haya mayores cuestionamiento para que el dinero del Facilidades Extendidas se utilice para el vencimiento. Más teniendo en cuenta que para junio las posibilidades de recurrir a un potencial préstamo del mercado financiero voluntario de deuda internacional, aún no sería conveniente, dado que en el mejor de los casos, se descarta que el riesgo país tendrá una contracción importante de los más de 750 punto básico que rigen actualmente.

Pero aún lejos de un 300 o aún menos nivel, que le permitan al equipo de Caputo recurrir a la colocación de algún bono de deuda, menos por un monto como el que se necesita para cumplir con el vencimiento. 

Sobre el contenido del acuerdo, y luego de la confirmación que el monto que se negocia son unos US$20.000 millones, se sabe que el Facilidades Extendidas se firmará a 10 años, con cuatro años y seis meses de gracia, sin necesidad de liquidar capital y con la cancelación de los pasivos que el Poder Ejecutivo mantiene con el Banco Central de la República Argentina como bandera.

El FMI desembolsará dinero durante los primeros tres años, de manera trimestral contra cumplimiento de metas y objetivos. Habrá un primer desembolso libre que será de entre 6.000 y 9.000 millones de dólares (es lo que se negocia en estos días), mientras que el resto dependerá del dinero que el Gobierno deba repagarle al propio organismo por los vencimientos de intereses futuros.

El estado contable ante el Fondo Monetario debería resultar que hasta abril del 2029 no se le liquide dinero que provenga de las arcas del Banco Central, sino un pasamanos del propio FMI, un esquema que ideó Martín Guzmán en sus negociaciones personales con Kristalina Georgieva durante las negociaciones del primer semestre del 2022 . Y que llevaron a que Cristina Fernández de Kirchner diera por terminada su relación con Alberto Fernández.

 

CON INFORMACION DE MDZOL.COM

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