




Maximiliano Pullaro marcó diferencias a su favor en los resultados de gestión de sus primeros 15 meses de gobierno, al abrir el 143º período ordinario de sesiones legislativas. Lo hizo apoyado en una lectura optimista sobre lo hecho en cuanto a pacificación territorial, baja de homicidios y control penitenciario; como también de la ejecución de obra pública a contrapelo de la motosierra nacional. Atribuyó lo que define como éxito a su modelo: lo llamó "el método" y allí incluyó valores como la transparencia, la austeridad y el ahorro. Hizo un breve y leve reclamo al Gobierno de Milei, y defendió las batallas más álgidas que libró en este tiempo: contra los gremios docentes, de estatales y judiciales, la reforma judicial y la reforma del sistema previsional.
"La sociedad hoy encuentra respuestas que hace tiempo no tenía. En este año de reforma constitucional, tenemos la oportunidad de garantizar los derechos de los santafesinos a vivir mejor. No es tiempo para conformismos, ni para la quietud, mucho menos para conservadores", remarcó.
La tribuna estaba a favor en plenitud: flanqueado por Gisela Scaglia, Felipe Michlig y Clara García, enfrente tenía todo el recinto de Diputados copado por oficialistas y aliados, senadores incluidos, y ex gobernadores también, como Omar Perotti y Antonio Bonfatti.
Pullaro arrancó por ensalzar su mejor carta: la mejora en los indicadores de violencia urbana, en Rosario sobre todo. "Asegurar el orden en las calles y en las cárceles es nuestra prioridad", marcó y contrastó la ola de asesinatos y balaceras que imperaba cuando asumió y que tuvo su clímax en el homicidio mafioso de dos taxistas, un colectivero y un playero de estación de servicios en marzo de 2024. “No nos vamos a olvidar de las víctimas. No vamos a ceder ante quienes siguen buscando reinstalar la lógica de la extorsión y la muerte en nuestras calles”, enfatizó.
En esa línea, repasó estadísticas sobre esa pacificación del territorio: una tasa de homicidios de 4,83 cada 100.000 habitantes en 2024, la más baja desde el 2000. La disminución de 11% en el primer trimestre 2025 respecto del año pasado. Y menos heridos por armas de fuego, y menos robos, y más patrulleros andando, y más policías caminando. Y más, y más, y más, abundaba Pullaro envalentonado en la enumeración de números de gobierno.
"Gobernar no es comentar, es resolver”, se ufanó, y así atribuyó su presente al “carácter del Estado para hacer cumplir la ley, para enfrentar a las bandas, para asegurar el funcionamiento de las instituciones”.
Pullaro enhebró sus logros y lo atribuyó un modelo “basado en el orden, la austeridad y el control”. “El ahorro no es un objetivo; es el medio para liberar recursos y poder invertir en lo que verdaderamente transforma la vida de la gente”, definió.
Así destacó que Santa Fe "está mostrando al país que es posible gobernar con seriedad, con transparencia y sin resignar obras ni políticas públicas, aún en un contexto adverso”, dijo.
El mandatario detalló que hay 1.740 obras, proyectos y convenios en marcha, abarcando desde infraestructura vial y educativa hasta redes de gas y renovación urbana. Entre ellas mencionó el nuevo puente entre Santa Fe y Santo Tomé, el tercer carril de la autopista Rosario-San Lorenzo, la reactivación del Hospital Regional Sur en Rosario y la red de gasoductos que integrará a 45 localidades.
El resultado de su ordenamiento de cuentas ha sido ahorrar 1 billón de pesos, dijo y recalcó. Y de ahí pudo encarar ya 458 nuevas aulas de un plan de 1000 a construir durante su mandato. En salud pública refirió el Fondo de Reparación de Efectores, y la mejora en la adquisición de medicamentos, logrando compras hasta 80% más baratas que el precio de venta al público y un ahorro de $132.000 millones. También se incorporaron 174 ambulancias en la mayor licitación de la historia.
Con ese mismo excedente –sostuvo– pudo encarar reformas estructurales de la Policía: la construcción de nuevas estaciones policiales en Rosario y Santa Fe, otra sede para el 911, y la cárcel de máxima seguridad llamada “El infierno”, en Rosario.
El gobernador defendió las medidas que levantaron resistencia popular en educación, salud, empresas estatales y la reforma previsional. “Así pudimos reducir el déficit de la Caja de Jubilaciones, y lograr un Estado más eficiente”, aseguró.
El jefe de Gobierno denunció el impacto del centralismo y el esquema de retenciones, a los que consideró “asfixiantes” para las economías regionales. “Desde Santa Fe decimos que este esquema ya no se soporta más”, remarcó, y exigió una política nacional que entienda al interior como motor productivo, no como fuente de recursos a expoliar. Fue lo único que dijo en su hora de discurso que sonara a oposición al gobierno nacional.
Finalmente, el gobernador reivindicó el valor de lo público y la ética en la administración estatal: "Logramos ejecutar un plan de 1.500 millones de dólares en obra pública sin una sola sospecha”, lanzó y sentenció: “En Santa Fe hay construcción sin corrupción. Avanzamos, y el resto del país que antes nos miraba con piedad, ahora nos mira con atención".
Pullaro reservó el final del discurso a celebrar el hecho histórico de reformar este año la Constitución provincial. Y advirtió que quizás esta sea la última apertura de sesiones que se haga un 1º de mayo, tan tarde. Luego de otros intentos fallidos de reforma, dijo Pullaro "una vez más, optamos por el cambio frente al inmovilismo. Nos toca cumplir con la responsabilidad que nos asignó el pueblo de Santa Fe".
"Tenemos una enorme oportunidad de hacer una provincia sin privilegios ni poderes ilimitados donde ninguno de nosotros se esconda detrás de los fueros, ni pueda acceder a cargos sin tener su ficha limpia, ni se eternice en sus funciones. Una provincia donde la política no tenga el monopolio de la elección y remoción de jueces y fiscales”, dijo y despertó aplausos.
También remarcó que la Reforma es "una oportunidad de garantizar un Estado eficiente, que cumpla con metas de responsabilidad fiscal y empresas públicas equilibradas. La oportunidad de garantizar la seguridad como un derecho de nuestra gente y una obligación de los gobernantes, poniendo al ciudadano y a las víctimas en el centro de las políticas; y estableciendo marcos jurídicos que permitan un mejor control de lo que pasa en las calles, en las cárceles y dentro de nuestras fuerzas de seguridad".
En el cierre, marcó diferencias con el pasado: "Hoy nos resulta habitual salir a la calle y cruzar a la policía trabajando; nos resulta habitual que las escuelas estén abiertas todos los días; disfrutar espacios públicos con miles de vecinos y turistas compartiendo eventos culturales o deportivos que expresan lo mejor de nuestra identidad; que haya obras en una ruta santafesina o en cada pueblo o ciudad por más chica que sea. Hacía mucho que tantas cosas no nos resultaban habituales al mismo tiempo y para que tantas cosas buenas nos parezcan habituales hay un método llevado adelante por un equipo de ciudadanos comprometidos que integran el Gobierno. A seguir trabajando, defendiendo cada uno sus ideas, pero no perdiendo nunca de vista que nuestro jefe, el pueblo santafesino, espera de nosotros mucho más", concluyó.
Con información de Pagina 12

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