Luis Caputo pagará en julio sin tomar nueva deuda

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El mercado lo sospechaba y Luis Caputo lo confirmó esta este lunes: Argentina no podrá recurrir a los mercados financieros de deuda voluntaria de manera cercana en el tiempo y deberá recurrir a los dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI) para cumplir con el pago de los US$4.500 millones que el país debe pagar el 9 de julio, por el vencimiento de capital e intereses de los Bonares y Globales emitidos en la reestructuración de deuda de octubre del 2020.


El ministro de Economía y su secretario de Finanzas, Pablo Quirno, reconocieron en las últimas horas que es casi imposible reducir el actual nivel de riesgo país de 700 puntos básicos a menos de 400 antes de fines de junio (fecha límite para conseguir el dinero para cumplir con el pago). Luis Caputo le echó la culpa a la inestabilidad política generada por las elecciones legislativas de octubre y a las consecuencia de la guerra comercial generada por la política de aranceles de Donald Trump, más que a la propia dinámica de la estrategia financiera del equipo económico. Lo cierto es que no será posible en tan poco tiempo recurrir a los mercados financieros voluntarios de deuda y habrá que cumplir el pago con dinero propio. 


Ahora, Luis Caputo y Pablo Quirno deben conseguir unos U$S2.500 millones, ya que en cartera del Tesoro cuentan con unos U$S2.000 millones provenientes de un prestamos "ad hoc" que ejecutaron un puñado de bancos cercanos al ministro (dos norteamericanos), operación anunciada el viernes 11 de abril, al mismo tiempo que la salida del cepo para particulares y la firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

En medio de semejantes anuncios, la presentación del préstamo directo y sin colocación en los mercados pasó casi desapercibida, pero comienza a tomar fuerza desde mayo, cuando desde el Palacio de Hacienda se comience a diseñar la estrategia para cumplir con el compromiso de julio. 


El FMI autorizó a Luis Caputo a utilizar parte del dinero que ya se envió el martes 14 de abril para cumplir con el compromiso. Habría que descontar entonces unos 2.500 millones de los 12.000 millones de dólares que giró el FMI aquel día para fortalecer las reservas. Todo en orden entonces. El dinero para cumplir con el pago está disponible, aunque Caputo y Quirno no logren esa colocación de deuda voluntaria en los mercados internacionales.

El problema surge hacia delante, para luego de ese 9 de julio. El Gobierno se comprometió ante el FMI a lograr un incremento neto de las reservas del Banco Central por unos US$4.000 millones para cumplir la tríada de metas firmadas. Las otras dos son fáciles de lograr: el superávit primario de 1,3% del PBI (será superior al 1,6%) y la no emisión de pesos. Así como el 2024 se complicó por la falta de dólares en la entidad que maneja Santiago Bausilli, lo mismo ocurre ahora en el 2025. El Gobierno debe comprar dólares, tanto para le vencimiento del 9 de julio como para incrementar las reservas en esos 4.000 millones de dólares obligatorios. Si no lo hiciera, debería negociar un "waiver" hacia fin de año, algo muy poco recomendable para la credibilidad del oficialismo. 

La deuda que habrá que cubrir el 9 de julio alcanza unos US$2.898 millones en capital y US$1.559 millones en intereses, lo que suma unos US$4.457 millones totales y que completan el primer pago que se realizó en enero pasado, por un monto similar. Entre ambos pagos representan casi el 50% del total de vencimientos de todo el año, con lo que despejado el panorama de este compromiso, ya casi el Gobierno no tendrá deuda importante con cerrar. Al menos durante este ejercicio 2025. 

La ecuación general del préstamo de Facilidades Extendidas implica desde siempre que el dinero que se girara dentro del acuerdo, debe quedar en las reservas del BCRA como si fuera en un escaparate intocable. Con el único objetivo general de mostrarle al público operador en el mercado financiero, que la entidad que maneja Santiago Bausilli tiene la suficiente fuerza de acción financiar para poder enfrentar tormentas. Y comenzar, ahora sí, a moverse en terrenos de azul y no de rojo permanente como viene ocurriendo desde el gobierno de Mauricio Macri hasta hoy. Para cualquier otra acción dentro del mercado de capitales, queda claro para Washington que deben usarse dólares que el país vaya consiguiendo vía liquidaciones del campo (soja, maíz, etc.), del primer superávit energético de peso o de la posible caída de la demanda de turismo por el fin de las épocas estivales. Sin embargo, saben desde el FMI, no hay tiempo para que fuera del enorme refuerzo que implica el giro de dinero desde el organismo, las reservas del BCRA puedan recuperarse lo suficientemente rápido como para poder hacer frente al majestuoso vencimiento de julio.

Es por eso que se conversó entre las partes negociadores que no haya mayores cuestionamientos para que el dinero del Facilidades Extendidas se utilice para este vencimiento de julio, más teniendo en cuenta que para junio las posibilidades de recurrir a un potencial préstamo del mercado financiero voluntario de deuda internacional se vienen complicando. 

Mirando hacia delante, muchos analistas del mercado financiero (algunos de ellos con contacto directo con los funcionarios del oficialismo) creen que para poder volver seriamente a los mercados financieros internacionales, habrá que esperar a que el país logre despachar la principal incógnita que queda pendiente, luego del conocerse la letra del acuerdo con el FMI y la manera (hasta acá exitosa) de salida del esquema de crawling peg al 1% mensual.

Esto es, lo que suceda luego de las elecciones legislativas de octubre 2025, donde la gestión de Javier Milei se juega parte de su futuro político, económico, financiero y monetario. Esta circunstancia la saben los mercados en general, los cuales reconocen que un buen resultado electoral le dará (o no) espaldas a Milei para seguir adelante con su plan económico libertario, y llevarlo a una instancia superadora. Comenzaría después a caer el riesgo país, al ritmo de las reformas que siempre el mercado pondera. Por lo contrario, si el resultado legislativo es negativo, difícilmente ese nivel de riesgo país pueda bajar sustancialmente, con lo que la alternativa de una posibilidad de recurrir a los mercados financieros internacionales voluntarios quedará para otra oportunidad.

No es un secreto. Lo dijo indiscretamente el jueves pasado la búlgara Kristalina Georgieva en el ámbito de la Asamblea Conjunta de Primavera del FMI y el Banco Mundial en Washington. Sin eufemismos, la directora gerente del organismo, llamó a votar al oficialismo, para que las reformas sigan por el buen camino. Algo que el estatuto del FMI prohíbe explícitamente con la siguiente consideración en su estatuto: "El FMI es una organización que se centra en la estabilidad económica y monetaria internacional, y no tiene jurisdicción ni autoridad para interferir en los procesos electorales de los países miembros. La soberanía de cada país sobre sus propios asuntos internos, incluyendo sus elecciones, es un principio fundamental del derecho internacional".

CON INFORMACION DE MDZOL.COM

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