Mal escenario para año electoral: gobernar para el dólar y sin poder bajar la tensión cambiaria

ECONOMÍA Daniel Fernández Canedo
09-af-sm

En el gobierno creen que la recompra de deuda anunciada por el ministro Sergio Massa el 18 de enero fue exitosa porque logró atenuar una corrida cambiaria en ciernes desde el comienzo del año. 

Aquel anuncio consistió en que el Tesoro destinaría US$1.000 millones para la recompra de bonos globales en dólares con el objetivo, se dijo, de fortalecer los precios de esos títulos y así bajar la tasa de riesgo país para, posteriormente, poder acceder a financiamiento de un conjunto de tres o cuatro bancos internacionales.

El telón se corrió rápido y la intención de buscar un mayor control de los dólares libres surgió con claridad frente a un mercado que respondió tímidamente al llamado a recuperar los precios de los bonos y que mantiene la tensión cambiaria latente ante los datos que van surgiendo; por ejemplo el dólar blue en $ 381 subiendo 10% en el mes.

Una de las particularidades de la Argentina encepada es que alguien que quiera comprar dólares de manera legal tiene, primero, que comprar un bono en dólares para después venderlo.

Uno de esos bonos, el GD30, de la mano de la decisión de Economía, acumula una suba de 28% en el mes y cotiza en US$ 36,45 quedando todavía US$ 4 por debajo de los US$ 40 a que aspira el ministro para poder ofrecérselos como garantía al conjunto de bancos para que le presten US$ 1.000 millones.

Dólar soja 1, dólar soja 2, recompra de deuda y seguirá la interminable cacería de dólares para un gobierno que se resiste a devaluar por el impacto inflacionario que ocasionaría retroceder casilleros en la carrera electoral 2023.

La estrategia de Sergio Massa aparece cada vez más clara: tratar de conseguir dólares de cualquier forma en el intento de que este año el aumento de los salarios le gane al del dólar y de las tarifas de luz, gas y transporte.

Gobernar para bajar la brecha cambiaria del 100% actual a 80% conlleva la idea que sin esa reducción los exportadores, especialmente los agroexportadores, no tendrán incentivo para liquidar operaciones a un dólar de $184 al que, además, se le descontarán las retenciones.

La sequía le dio un golpe fuerte a la producción de trigo y los pronósticos de pérdida de la totalidad de la campaña superan los US$15.000 millones respecto del año pasado.

La ayuda del Central

Con la escasez de dólares como telón de fondos, el Banco Central aumentó las tasas para las operaciones de pase (corto plazo) de bancos (72% anual) y de fondos comunes de inversión (68,4% anual) para confirmar que no quiere que los pesos que vuelvan de las vacaciones se vayan a la compra de dólares.

Así, hoy la tasa de interés de los plazo fijo de 6,3% mensual supera a la inflación y actúa como aspiradora de un mercado que sigue apostando a los pesos en el corto plazo ante el supuesto de que Massa seguirá consiguiendo algunos dólares para evitar una devaluación que intenta traspasar al próximo gobierno.

La colocación de letras de liquidez y de pases en los bancos llega a $ 10,6 billones de los cuales hay $ 8,3 billones correspondientes a Leliqs que pagan 75% anual y es una de las principales fuentes de emisión de pesos.

Esa montaña de pesos actualizada al 6,3% mensual en un contexto de tensiones cambiarias constituye un problema de difícil resolución en una economía sin tomadores de crédito privado. El Banco Central amplía su papel de tomador neto de pesos para impedir que vayan a comprar dólares.

A eso se suman las dudas sobre la capacidad para refinanciar los vencimientos de la deuda en pesos a partir de abril.

El economista Fernando Marengo publicó en Clarín que entre abril y septiembre "el gobierno enfrenta vencimientos por el equivalente a unos US$ 57.000 millones de deuda en pesos imposible de licuar ya que gran parte de ésta ajusta por inflación, tipo de cambio" o por la mayor de ambas opciones por tratarse de bonos duales.

Y agrega el economista: "Cada vencimiento de deuda no cubierto demandaría una emisión de pesos adicional".

La tasa de interés positiva en términos reales y el Banco Central devaluando por debajo de la inflación son dos de los instrumentos que Economía pone sobre la mesa para intentar que Massa cumpla su objetivo de una inflación que "comience con tres en abril".

Hay un ancla más que ensayará el Gobierno: la reedición de del esquema de precios justos con aumentos mensuales de 3% apostando a que las empresas podrán seguir apretando los margenes a la hora de fijar precios si tienen como incentivo la posibilidad de acceder a dólares a precio oficial para pagar importaciones.

Los dólares a $ 184 para el pago de partes y productos importados, mientras el contado con liquidación ronda $ 360, vuelven a jugar el rol del atraso cambiario en los años electorales.

Pero en esta ocasión el año recién comienza y al Gobierno se le hace cada vez más difícil esconder la situación de escasez de divisas que lo obliga a financiarse, incluso, postergando el pago de importaciones por unos US$ 8.000 millones.

Fuente: Clarin

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto