En lo que va de abril, el Gobierno no autorizó la importación de ni un solo auto

El Gobierno kirchnerista decidió responder a la crisis cambiaria con una mayor “administración” del comercio exterior, cerrando la importación de muchos bienes que provocan la salida de dólares al extranjero.

Así, implementaron la generalización de las licencias no automáticas y el endurecimiento del plazo de las mismas como parte del sistema SIRA. Las medidas apuntan a contener la venta de divisas al tipo de cambio oficial para postergar una devaluación más pronunciada de la que existe hoy, pero con un costo sideral en materia de consumo interno y actividad.

Durante el mes de abril, la Secretaría de Comercio que encabeza Tombolini, no autorizó la importación de ni un solo auto. Existe una situación de completa autarquía en este rubro del mercado automotriz, con la sola excepción de cierto tipo de autopartes e insumos para sostener la actividad local. 

Estas medidas afectaron principalmente la importación de autos pequeños y medianos provenientes de Brasil, provocando así una importante disparada de los faltantes de stock en las concesionarias locales. Debido a las restricciones, hasta el 70% de la demanda interna de autos debió cubrirse con fabricación local a precios más elevados para el consumidor final. El cepo a las importaciones automotrices se fue recrudeciendo cada vez más hasta la prohibición total. 

Es la primera vez que se ve una situación de prohibición absoluta en la importación de autos durante un mes entero desde el gobierno radical de Raúl Alfonsín. La importación de autos fue estrictamente regulada y limitada desde 1982 (inicialmente con motivo del conflicto bélico de Malvinas) y las restricciones perduraron a lo largo de toda la década del ’80.

El gobierno de Carlos Menem le puso fin a los cupos y prohibiciones a partir de un decreto emitido por la Secretaría de Comercio en julio de 1990, y más tarde con el decreto 2284/1991 se eliminaron todas las restricciones cuantitativas al comercio exterior, los monopolios legales, los cupos y los privilegios de las empresas estatales. Esto permitió la llegada de múltiples modelos europeos, asiáticos y estadounidenses al mercado local, y se dispuso el restablecimiento de las relaciones comerciales con el Reino Unido.

Las licencias no automáticas de importación (LNA) llegaron a afectar al 45% del total de las importaciones en el mes de marzo, y la cifra sigue aumentando conforme se incluyen nuevas disposiciones desde las autoridades de aduana.

Asimismo, el Gobierno mantiene un arsenal de limitaciones para frenar las importaciones y muchas de las más severas se concentran en el rubro automotriz. La importación de neumáticos se grava a una tasa efectiva del 37,5% (35% de arancel + 2,5% de tasa estadística) y lo mismo para los propios automóviles. 

También se incluyen recargos impositivos adicionales que aumentan el costo financiero de estos productos en el mercado interno, como el adelanto del impuesto a los IIBB para importaciones o la percepción el IVA adicional del 20% (un impuesto recuperable pero que en la práctica aumenta el costo de los productos que grava).

Fuente: La Derecha Diario