Córdoba: Schiaretti y Llaryora sostienen al Baldassi peronista de Río Ceballos

El intendente de Río Ceballos, Eduardo Baldassi (Hacemos Unidos por Córdoba), el hermano peronista del diputado amarilo y exárbitro Héctor Baldassi, recibió un esperado respaldo en medio de una crisis interna que afecta su carrera por la reelección.

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A diez días de las elecciones municipales, que irán pegadas a las provinciales el 25 de junio, el oficialismo se vio obligado a activar el dispositivo de alerta y tomar cartas en el asunto con las figuras de Juan Schiaretti, el gobernador que quiere ser presidente, y Martín Llaryora, el intendente que quiere ser gobernador.

A escasos 35 kilómetros al norte de Córdoba capital, Río Ceballos es una de las puertas de entrada al sueño (a veces menos o más alcanzable) de la clase media cordobesa, “la casa de fin de semana en las sierras”. Con el correr de los años y al calor del crecimiento demográfico, la ciudad de descanso mutó a ciudad dormitorio y se convirtió en un centro urbano de importancia, con una población media de más de 20.000 habitantes.

Junto a Villa Allende, Mendiolaza y la casi melliza Unquillo, integra el grupo de ciudades núcleo del departamento Colón, clave para el balance político del llamado corredor de Sierras Chicas. Por ello, tanto táctica como estratégicamente, el espacio se convierte en una especie de cinturón de contención simbólica que rodea al ejido capitalino que gobierna Llaryora, más allá de cualquier preferencia partidaria. Se sabe: en política, nada es absoluto y mucho más si Hacemos Unidos Córdoba pone la lupa.

En este marco, el reciente hit del cordobesismo es el Ente Intermunicipal de Gestión Metropolitana, una especie de AMBA mediterráneo que aglutina a intendencias de todos los aromas, sabores y colores. Sin distinción.
Este think thank comunal tiene como objetivo declarado y poco original “trabajar sobre problemáticas en común y llevar adelante acciones conjuntas para mejorar la calidad de los vecinos”. Su presidenta es la radical Myrian Prunotto, candidata a vicegobernadora por el oficialismo e intendenta en uso de licencia de Estación Juárez Celman. Guiño, guiño.

Gobernada por el Baldassi peronista, Río Ceballos es una de las ciudades que está en lista de espera para ingresar al Ente, creado a fines de 2022. Sin embargo, contra lo que podría esperarse, las internas amenazan con abrir una inesperada brecha en el “plan alambre”. Por eso hubo que bajar.

La foto fue contundente y las palabras, también. “Vengo a pedirles el voto para Martín Llaryora y para el intendente Eduardo Baldassi”, lanzó Schiaretti al son de los aplausos del puñado de militantes que se acercó al salón La Celestina, en la noche gélida elegida para la visita oficial.

Con transmisión en vivo por las redes sociales, el desembarco del mandatario provincial acompañado del intendente que quiere ser gobernador tuvo una segunda lectura para el ambiente político de la ciudad enclavada en Sierras Chicas.

El apoyo a Baldassi, quien quiere ser intendente otra vez, vino en un momento complejo. El hermano del exárbitro llega a los comicios del próximo 25 de junio con un telón de fondo que incluye una denuncia por doble facturación de obras públicas, además de una serie de renuncias o salidas en su equipo de gestión por “diferencias de criterios”.

Bastión bajo amenaza
Con encuestas que lo muestran cabeza a cabeza con Ezequiel Lemos, postulante de Juntos por el Cambio, Baldassi surfeó (o surfea) la crisis interna que derivó en que Pablo Murúa, ex secretario de Relaciones Institucionales y referente del PJ local, se anotara en la carrera por la intendencia.

Chichí, como se lo conoce en la zona, competirá con el sello del Partido Laborista y asegura, por todo lo alto, que trabajará por la candidatura de Llaryora con el respaldo que significa gastar suela. “Hace 25 años que hago política. Soy producto de la militancia, no del marketing”, lanzó apenas estalló la pelea, a principios de abril. Dicen quienes conocen la interna que Murúa se llevó el pejotismo del gabinete y que Baldassi debió apelar a su tropa para reemplazarlo.

Nota al pie: de origen radical, Lemos es uno de los ocho opositores a Baldassi. Su lugar como candidato del cambiemismo estuvo lejos de ser una carta tranquila, ya que debió sortear una interna (otra más) frente a Martín Rivero, que va por Unión Popular Federal. Hay para todo el mundo.

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No fue el único obús contra el hermano del exárbitro y diputado de Juntos por el Cambio. Tampoco el más suave. También se conoció una denuncia por defraudación por, supuestamente, pretender abonar dos veces una serie de obras por tres millones de pesos enmarcadas en el programa nacional “Argentina Hace”, pese al rechazo del Tribunal de Cuentas local. El intendente contraatacó presentándose ante la Justicia. “No tengo nada que ocultar. Es una denuncia con un claro condimento político”, indicó.

Las críticas por desmanejos no son nuevas. Según pudo averiguar Letra P, el mismo Tribunal de Cuentas volteó un expediente que pretendía que la Municipalidad se hiciera cargo del servicio de sepelio del padre del secretario de Finanzas, Mauricio Kattar Duarte.

El Panal tomó debida nota de la incipiente crisis, que obligó a Baldassi a rodearse de funcionarios de su riñón. En ese marco, para evitar la apertura de un frente de conflicto, la plana mayor de campaña desembarcó para que Schiaretti y Llaryora le dieran un espaldarazo al jefe comunal.

Como manda la ley primera
Hace cuatro años, horas después de conocerse su victoria, Eduardo reconocía más coincidencias que diferencias con Héctor. “Somos de la misma madera. Tenemos los mismos principios. Abrazamos la política de la mejor forma. Arranqué junto a José Manuel de la Sota en el camino del justicialismo. Siempre en ese espacio. Mi hermano vino después y eligió otro camino, pero tenemos más coincidencias que diferencias”, explicaba en medio de los festejos.

Profecía autocumplida. Cuatro años después, los vasos comunicantes entre Hacemos Unidos por Córdoba y Juntos por el Cambio son cada vez más directos.

Con informacion de Letra P.