El plan de Gastón y Facundo Manes

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“Hoy, los principales dirigentes de mi partido optaron por acompañar a las dos listas encabezadas por dirigentes del PRO”. La frase con la que Facundo Manes empezaba a escribir su carta de renuncia a la candidatura presidencial que había firmado 24 horas antes explicaba la razón por la que se mantuvo silencioso durante un largo tiempo, mientras el radicalismo discutía detrás de qué dirigente amarillo alistarse para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Con Martín Lousteau y Gerardo Morales alineados a Horacio Rodríguez Larreta y Maximiliano Abad y su tropa de intendentes bonaerenses detrás de Patricia Bullrich, el doctor quedó naufragando en un mar radical que ya había dividido aguas, sin él.

A menos de 40 días de las elecciones generales, Manes F. reparte sus horas entre dos ejes: por un lado, “retomó su agenda internacional que lo conecta con lo que más lo representa, los temas de ciencia y tecnología”, le apuntó alguien de su entorno; por otro, empieza a mirar más allá de diciembre, con un radicalismo que -está convencido- va a reconfigurarse con nuevos liderazgos, entre los que pretende estar. Para ello funciona en tándem con su hermano Gastón Manes, presidente de la Convención Nacional de la UCR, quien trabaja en la fibra que el neurocientífico menos siente: la política y la rosca alejada de las luces. Mientras él se enfoca en conversatorios sobre ciencia y recorre estudios de TV difundiendo su discurso antigrieta con base en la educación y la tecnología, su hermano se ocupa de la estrategia política y los acuerdos.

El 24 de junio, fecha en que cerraron las listas, dejó heridos a los hermanos, quienes dos años antes, con la incursión del médico a la política partidaria, reposicionaron al radicalismo y lo envalentonaron con ganar peso en Juntos por el Cambio (JxC) y hasta confiaron en poner candidatos a la presidencia y a la gobernación del distrito más grande del país, la Buenos Aires de la que son oriundos. No pasó. “Abad jugó muy fuerte con Bullrich. Respetamos esa decisión, pero fue en contra de lo que planteamos en 2021. Por eso decidimos no ser parte”, le dijo a alguien del círculo íntimo de los Manes. Aquello dolió. Precisamente fue el candidato a senador quien apuntaló la candidatura del doctor dos años atrás, poniendo detrás de él a los casi 25 intendentes que lo siguen y que en este turno tomaron distancia del otrora outsider más codiciado.


El presidente del Foro de Intendentes radicales, Miguel Fernández, señaló: “(Manes) podría haber sido un buen candidato a gobernador o a presidente, pero con acompañamiento del territorio. Además de las cualidades personales, necesitás un colectivo potente”. Fernández, que acompaña a Néstor Grindetti en la fórmula de JxC a la gobernación, sostuvo entonces: “Se cometieron errores de estrategia, tanto del espacio como del partido a nivel nacional. Habrá que revisar, no alcanza con un candidato visible”. Sea de quien fuere el error, 2023 encontró al radicalismo bonaerense y a Manes distanciados. Tanto, que nadie creía seriamente en la postulación presidencial del médico, quien, falto de apoyos, debió declinar su candidatura.


Pasado aquello, los Manes miran diciembre con atención. Pase lo que pase, saben que la UCR deberá reconstruirse y ahí pretenden volver a tener la influencia que supieron conseguir. “Facundo va a tener un rol importante. Ahora no está en campaña, pero acompaña. Está en Nueva York, donde expondrá sobre ciencia, y está híperactivo con los radicales del resto del país, no sólo en Buenos Aires”, señaló a este medio un dirigente de su entorno. Gastón va en la misma dirección: “Si JxC gana, la UCR será parte del gobierno. Si pierde y la coalición no prevalece, habrá que reorganizar las alianzas”, sostuvo una fuente de la UCR nacional sobre el rol que deberá ocupar el presidente de la Convención radical. Si la alianza opositora no llega a la presidencia, el último mes del año se llamará a una reunión convencional para determinar el nuevo rumbo del partido, ya lejos del PRO, partido que lo arrastró al triunfo en 2015 y a la derrota cuatro años después.

Cerca de los hermanos creen que en esta etapa de la campaña no sería saludable poner exigencias. Saben que el rol es de acompañamiento a pesar de las diferencias y de “las decisiones que fijaron los líderes”. “Veremos cómo sale y en base a eso veremos. El partido radical tiene que reconfigurarse y reinventarse, no con prácticas antiguas”, sostuvieron las fuentes.

El radicalismo bonaerense, hoy mayoritariamente detrás de la figura de Abad, también empieza a analizar lo que sucederá si JxC no llega a la presidencia. Ante la pregunta  sobre qué rol deben tener los Manes en esa eventual nueva era radical, una abadista de la hora cero respondió: “La UCR no puede despreciar ningún activo. Facundo y Gastón son activos a nivel provincial y nacional”. Pensando en una supuesta reconfiguración de liderazgos, la dirigente sostuvo que “hay que ver qué es lo que sucede el 22 (de octubre), cómo quedan los espacios y luego darse una tarea de reconstrucción del partido, que viene dándose de la mano de Abad”. Y concluyó: “Deberíamos tener representación en la presidencia de la Comité Nacional por parte de la provincia de Buenos Aires, conocemos a los actores y necesitamos un radicalismo bien federal”.

La campaña "solidaria" y el primer “anticasta”

En el entorno de los Manes entienden que el PRO debe dar señales claras hacia dónde debe ir la coalición, enojados con los guiños de determinado sector a Javier Milei y su aventura libertaria. “El PRO tiene que ser claro y decir que Patricia es la candidata”, sostuvieron. “Con Milei la sociedad recogió el reclamo que Facundo viene planteando hace años: 'basta de las prácticas de siempre', lo que pasa es que nosotros buscamos armonizar conductas y relaciones humanas, no romper todo”, se diferenció la fuente consultada. En ese punto, en la UCR bonaerense afirman que Manes fue el primer dirigente por fuera de la política que llegó para sacudir el status quo y que eso tiene que volver a ponerse en valor, ante la aparición del jefe de La Libertad Avanza y su narrativa “anticasta”.

En ese marco, esa parte del radicalismo está, puertas adentro, exigiendo que sus colegas del PRO “critiquen fuertemente a Milei, cosa que no está sucediendo”. Sin embargo, nadie verá a los Manes militando la campaña de Bullrich, no porque Facundo manifestara su apoyo -cerca de celebrarse las PASO- a Larreta en la interna cambiemita, sino porque entienden que será una campaña “sin marquesinas (...) no vas a ver a Patricia mostrando apoyos todo el tiempo”, como ocurrió antes del 13 de agosto. “Esos tironeos no van más. Vamos a mostrarnos solidarios y colaborando desde lo político”, agregó un colaborador de Manes. Y aclaró: “Nuestro apoyo a Larreta fue quirúrgico, no se subió a la campaña de Larreta, lo apoyó porque tiene un discurso más parecido al nuestro, pero fue a respaldar a dirigentes cercanos que estaban con él”. La referencia es a Miguel Lunghi, local en aquella foto en Tandil en la que el doctor se mostró con el jefe de gobierno porteño. "Después no aceptamos ningún cargo ni ofrecimiento, decidimos corrernos”, concluyó.

Para finalizar y retomando la explicación de la posición actual de los hermanos radicales, alguien de su círculo explicó: “El radicalismo quedó enredado en la interna del PRO por acompañar a Bullrich o Larreta y se olvidó de que teníamos el mejor candidato. Podríamos haber ganado la interna”, dijo y se quejó: “Se tomaron decisiones antiguas pensando que el PRO tenía vigencia, que era algo nueva, y lo nuevo éramos nosotros. Con Facundo teníamos un interlocutor que no pertenece a ninguna casta y el radicalismo no acompañó orgánicamente. Hubo dirigentes que por decisión especulativa nos plantearon la necesidad de acompañar al que media más. Es ridículo”.

Con informacion de Letra P.

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