Góndolas vacías e inusual presencia de seguridad: la nueva postal de los supermercados
ECONOMÍAAgencia 24 NoticiasEn medio de la crisis económica, los consumidores se ven obligados a buscar productos más económicos, pero en los supermercados falta mercadería o no hay variedad. La baja en la oferta, además de una alta demanda, se debe también a la poca posibilidad de previsión que tienen los empresarios de toda la cadena.
La lógica sería que un supermercado, a diferencia de un almacén de ramos generales o locales de productos específicos como verdulerías y carnicerías, goce de abundancia de mercadería y variedad en sus productos. Esa lógica se rompe con la economía recesiva y la constante incertidumbre que propone un horizonte difuso que no da la posibilidad a las empresas de diagramar un plan.
Del otro lado, los consumidores se enfrentan a un constante desafío de mejorar la administración de su bolsillo frente a una constante pérdida del poder adquisitivo por la permanente inflación. Al mismo tiempo, en supermercados escasean las oportunidades de conseguir marcas más económicas o que respondan a sus preferencias o necesidades. Se le suma también que en muchas góndolas faltan los precios.
Al mismo tiempo, la propia Ley de Góndolas genera contradicciones permanentes frente a la crisis económica, ya que escasea la variedad para completar las góndolas, como indica la norma. Ejemplo de ello es que las góndolas deben estar completas, aunque la misma ley establece que cada producto no puede ocupar más del 30% de la góndola. Ante la falta de productos del programa Precios Justos y la obligación de completar el espacio, no queda otra opción a las empresas de supermercados que llenar solo el frente con un mismo producto.
Desde el sector empresario, sostienen que se les vuelve imposible prever los costos, como también para las distribuidoras no pueden asegurar el abastecimiento de todos sus clientes si responden a pedidos grandes contra la inflación. Con base en esto, el sector empresarial no habla de desabastecimiento como si lo hubo en otras oportunidades de nuestro país, sino que se refieren a este momento como un "desabastecimiento desordenado".
Otro aspecto que se ha vuelto normal en los supermercados de grandes cadenas es la alta presencia de seguridad para evitar robos de productos. Algo llamativo es que, al formarse largas filas, alguien del personal de seguridad se ubica al final de cada una para controlar que no haya hurtos en la línea de cajas.
El escenario es poco alentador. La crisis económica no parece ofrecer soluciones en lo inmediato, mucho menos a futuro, en lo que sería la continuidad de un modelo económico fallido o una suerte de reformas que desbalancearían el comercio ya frágil. Mientras tanto, a la espera de que la economía cambie de rumbo, las postales de góndolas vacías o con poca variedad parece que seguirá formando parte de la cotidianeidad.
Con informacion de MDZOL.com