El verdadero poder de los dos chats que más preocupan a Javier Milei

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Javier Milei reunido con los 24 gobernadores Foto: Noticias Argentinas

La primera etapa de Javier Milei en el Congreso terminó el viernes pasado con un formato extraño para algunos y temible para otros. El presidente se llevó un triunfo con la votación en general de la ley ómnibus por 144 votos positivos. Todo un logro si se piensa que tiene solo 38 diputados propios. El problema es que a los efectos legales esa sanción no tiene relevancia hasta que se termine de votar en particular todo el articulado de la ley. Una a una volverán a debatirse las medidas que Milei incluyó en esa ley, desde las privatizaciones de empresas públicas ahora acotadas hasta la presión de la oposición por coparticipar a las provincias el impuesto PAIS.

En el debate en general el tratamiento del proyecto de ley fue como una obra de cirugía mayor que recortó decenas de artículos para poder llegar a ese consenso de votación. Tras el logro del Gobierno en el recinto vino otro dato extraño de la realidad libertaria: la Cámara de Diputados pasó a un cuarto intermedio hasta el martes. Ningún partido, antes de esta era, hubiera pasado a cuarto intermedio en un momento en que contaba con el quórum para seguir adelante con la votación. La respuesta al interrogante es obvia: el Gobierno debió frenar para seguir negociando ya que no había acuerdo para avanzar en particular. En esos términos, la ley que se vote el martes puede ser distinta o no del articulado que se ventiló el viernes pasado como definitivo. En el Senado las cosas pueden ponerse igual de dudosas.


Mientras aún está en duda qué sucederá desde el martes con la totalidad de la delegación de facultades, el poder para privatizar y la coparticipación del impuesto PAIS, quienes tienen la llave para solucionarle a Javier Milei ese problema, los gobernadores de todo el país, están en ebullición, pero sorprendentemente organizados. Esta semana seguirán presionando al Gobierno por cambios y jugando en ese doble rol entre caciques peronistas y kirchneristas duros y  gobernadores que quieren ayudar antes que precipitar un abismo, pero sin consentirle todo a Milei.

Hay algunos datos de esta nueva realidad que deben observarse con detenimiento; casi perlitas de la vida política actual que pueden marcar el futuro de este Gobierno.

Es la primera vez en la historia que los gobernadores de todos los partidos terminan jugando organizados y con un diálogo bastante unificado, al menos en cuanto a diagnóstico y reclamos. Todos se reparten hoy en dos grupos de Whatsapp que tienen una división esencial: en uno juegan los 24 gobernadores de todos los partidos y en el otro solo los 10 de la oposición dialoguista de macristas, PRO y radicales.

Estos grupos existen, dialogan y negocian online minuto a minuto solo por una razón: Milei no tiene ningún gobernador que le responda directamente, en el fondo los 24 son opositores, pero todos pueden aportar al número que necesita el presidente o bloqueárselo. Esa es la fuerza de este nuevo grupo de gobierno casi paralelo que iluminó la política argentina.

En ambos grupos se juegan estrategias similares, pero con partituras distintas. Varios gobernadores le reconocieron a MDZ que el chat grande funciona a la hora de consensuar reclamos financieros al Gobierno de Milei, con una armonía impensada solo meses atrás. Está claro que, como se dijo, esto hubiera sido imposible, por ejemplo, con Cristina Fernández de Kirchner de por medio. La independencia interna nunca fue un activo valorado en el kirchnerismo, pero a pesar de eso uno de los más activos y con peso en ese chat es el propio Axel Kicillof.

Una anécdota pinta de lleno ese esquema que se mueve entre tensiones y acercamientos ante presiones puntuales. El chat que reúne a los caciques de todos los partidos nació con ese nombre: “Los 24 gobernadores”.

Ni bien se creó hubo un reclamo peronista con aire de chicana inaceptable para el PRO: cuestionaron la inclusión de Jorge Macri como gobernador alegando su título de jefe de Gobierno. La respuesta fue un latigazo: “Jorge gobierna un distrito que tiene económicamente el tamaño de 10 provincias y maneja 10 veces la plata que manejamos casi todos”, resaltaron algunos radicales.

Hubo negociación y la discusión se saldó: hoy el chat se llama “23 gobernadores y un jefe de Gobierno”.  La broma peronista, además, tiene historia en contra ya que la propia Constitución porteña habilita a su jefe a usar cualquiera de los dos nombres, pero se sabe que la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires siempre fue un tema amargo para el PJ. Las chicanas sobre ese episodio y la victoria del macrista en la puja fueron el divertimento de toda la semana.  

El chat de los 10 gobernadores dialoguistas gira en otro ritmo de confianza para Juntos por el Cambio, pero que puede moverse a la misma velocidad de reacción inmediata que los opositores peronistas.

 El jueves pasado dieron una muestra de eso. La Casa Rosada salió a anunciar ese día una convocatoria de Javier Milei a los gobernadores a dialogar. Ese día, como casi toda la semana, la ley ómnibus seguía desgranándose y la oposición amenazaba ahora directamente al capítulo donde se pide autorización para avanzar en la privatización de empresas públicas por un lado y la coparticipación del impuesto PAIS por el otro.

Hubo un chequeo inmediato entre los 10 supuestamente convocados al que accedió MDZ: “¿Recibiste el llamado?”, se leía en el chat. El “No” se repitió en 9 ocasiones. El episodio y la duda tuvieron un rápido chequeo final.

Esa velocidad de procesamiento de la información entre los 24 gobernadores es lo que esencialmente le da sentido y acción a este nuevo “tercer poder” que apareció en el país tras la victoria de Milei. Ese grupo es el que virtualmente decidirá esta semana como resulta la votación en el recinto de Diputados y cuánto de la ley ómnibus pasará finalmente al Senado.

Son los mismos gobernadores que siguen presionando para que Milei dé respuestas sobre el tratamiento ahora postergado de la reversión de la ley de Ganancias o la moratoria para las PyMEs asfixiadas que el Gobierno también pasó para otro momento.

Son los mismos gobernadores que comenzaron a alertar al Gobierno por una posible tormenta que vuelve a aparecer en el horizonte: las altas temperaturas y la sequía de la semana pasada pueden asestarle un golpe a la cosecha gruesa. El pronóstico de un récord en el mercado de granos para el 2024 ya está en duda y con eso la mayor entrada de dólares prevista. Los gobernadores lo calculan antes que nadie, no solo porque ven el daño que se produce en sus territorios, sino también porque son maestros en el arte de calcular cuánto les toca o pueden perder si vuelve a bajar la recaudación para el Estado nacional.

Por RUBÉN RABANAL para MDZ

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