El nuevo polo de poder de Martín Llaryora

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Gabriel Frizza, Martín Llaryora y Gustavo Brandán.

El reseteo político que se vive en el departamento Colón no le va en zaga al peso electoral que adquirió como segunda jurisdicción más poblada, después de la ciudad de Córdoba. Un eje transversal -compuesto por la radical Myrian Prunotto; el peronista Gustavo Brandán y el amarillo Gabriel Frizza- se mueve rápido para apuntalar el Partido Cordobés de Martín Llaryora.

Las novedades en el bastión se acumulan sin parar. Una de ellas es la salida de la cancha, por derrotas o impedimentos de reelección, de varios intendentes como Daniel Salibi, en Mendiolaza; Cayetano Canto, en Saldán; los primos Facundo y Rodrigo Rufeil, en La Calera; o Marcelo Bustos, en Salsipuedes.
 
Otra particularidad es el surgimiento de una referencia opositora a través el G6, que nuclea a seis intendentes de Juntos por el Cambio, a la que hay que sumar una fuerte renovación de la conducción del peronismo en la región.


El oficialismo juega su propio partido en Colón con las cartas del nuevo cordobesismo: nada menos que Prunotto, radical y exintendenta de Estación Juárez Celman; Brandán, el secretario de Coordinación de Infraestructura, peronista y exintendente de Colonia Caroya; y Gabriel Frizza, secretario de Planificación en el Ministerio de Cooperativas y exintendente de Jesús María.
Las tres espadas de Martín Llaryora
Es el tridente que algunos ya denominan como el “eje Ruta 9”, por su procedencia, respectivamente tres ciudades estratégicas del departamento. Como sea, están la vicegobernadora y dos funcionarios del Panal con rango de secretarios. Toda la carne al asador.
Prunotto, como es sabido, suma a la canasta oficialista a algunos de sus pares radicales. Por fuera de las estructuras partidarias acumula referencias territoriales a través del programa Lideresas, del que participan mujeres de diferentes colores políticos y tiene como mentora a la senadora Alejandra Vigo.

En el caso de Frizza, su recorrido tiene como antecedentes en el departamento los sucesivos armados que encaró en nombre del PRO, cuya conducción integró, incluyendo el último (y fallido) intento de postularse como legislador departamental.

Tiene llegada a muchos intendentes de Colón, especialmente del PRO y vecinalistas, con quienes compartió también el espacio Comupro, que aún hoy aglutina al intendentismo de esos sectores políticos y cuya futura conducción es por ahora una incógnita.

El caso Brandán merece otras consideraciones. De los tres dirigentes mencionados, es el único peronista, legislador departamental electo (de licencia para desempeñarse en el gabinete de Llaryora), e integrante del círculo de dirigentes muy cercanos al gobernador.

Sale Carlos Presas, entra Gustavo Brandán
Brandán se convirtió en el hombre fuerte del oficialismo en Colón y hace valer sus credenciales desde su doble condición de legislador y funcionario. Maneja la ventanilla a la que todos los intendentes e intendentas peregrinan para pedir obras, en un rol potenciado, por contraste, por el criterio de “obra pública cero” que baja desde el gobierno de Javier Milei.

Puertas adentro del entramado peronista, Brandán es la cara visible de la renovación generacional que supuso la llegada de Llaryora al poder. En la práctica, marcó el pase a cuarteles de invierno de Carlos Presas, el dirigente delasotista que hizo y deshizo a su gusto en el peronismo de Colón en los últimos 20 años.

 
Presas prácticamente salió de escena en lo personal, pero dejó como legado su propio apellido, a través de su hija Luciana Presas, quien fue elegida como legisladora suplente por Colón y asumió en la banca, justamente en reemplazo del licenciado Brandán.

Estas son las cartas con las que juega el cordobesismo en el estratégico anillo del Gran Córdoba hacia el norte u oeste de la Capital.

La buena vecindad del Gran Córdoba
En los últimos dos meses fueron recurrentes las recorridas y fotos de Brandán con intendentes de Colón, ya sea individual o grupalmente, para abordar cuestiones no sólo de obras públicas, sino también salud, redes viales y hasta turismo. La construcción de vínculos se hace desde la gestión.

Hasta el momento, rige una convivencia más que cordial con el G6 de los opositores Pablo Cornet (Villa Allende), Federico Zárate (Jesús María), Adela Arning (Mendiolaza), Fernando Rambaldi (La Calera), Ezequiel Lemos (Río Ceballos) y Miguel Pittaro (La Granja).

Estos intendentes encararon entre ellos algunas acciones coordinadas en materia de seguridad, turismo y medio ambiente. Además, buscan acumular fuerza como una suerte de contrapoder al cordobesismo en Colón.

Tienen territorio y votos. Vale recordar que Brandán se quedó con la banca departamental por apenas dos centenares de adhesiones, pero en las elecciones de otros tramos y jurisdicciones, JxC se hizo fuerte.

Días atrás, parte del G6 fue anfitrión de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, quien aprovechó su visita oficial a Córdoba para empezar a tirar con ellos las coordenadas de un posible armado político para 2025, ahora con La Libertad Avanza (LLA) como marca de referencia.

Con información de Letra P, sobre una nota de Rubén Curto

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