Bases y fondos universitarios, las dos puntas del cordobesismo

POLÍTICA - CÓRDOBA Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
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Luego de que los diputados cordobesistas rechazaran dar quórum en la sesión especial por el presupuesto universitario que convocó el miércoles el PJ de Unión por la Patria, la senadora Alejandra Vigo dio una señal de apoyo al debate sobre el presupuesto educativo al firmar el pedido de sesión especial para tratar el tema elevado por el senador Martín Lousteau, presidente de la UCR a nivel nacional que volvió a marcar diferencias con el cordobés Rodrigo de Loredo en relación al alineamiento con el presidente Javier Milei. 

La posición de Vigo va en línea con la decisión de Martin Llaryora de trabajar en educación, salud y seguridad, los tres focos donde el gobernador quiere mostrar gestión, pero también tiene que ver con una elección política del cordobesismo de no acercar nada con el kirchnerismo, por un lado, y por otro de echar sal en las heridas de De Loredo, que quedó mal parado tras el movidón universitario. 

Lousteau, el radical al que Milei más castiga en las redes sociales, y que quedó en el ojo de la tormenta con su voto “a medias” para habilitar la suba de las dietas de los senadores, reunió a algunos de los suyos y del espacio de Emiliano Yacobitti, como Maximiliano Abad, Flavio Fama, Daniel Kroneberger y Pablo Blanco,con la PRO Guadalupe Tagliaferri, y sumó a Vigo y a su compañero de bancada Unión Federal, Carlos Camau Espídola, para firmar un pedido de sesión especial dirigido a la vicepresidenta Victoria Villarruel, el martes 30 a las 14, donde se discutirá la emergencia del sistema universitario nacional y mecanismos presupuestarios para este año. Se trata de un proyecto de la exsenadora Silvia Sapag que tiene estado parlamentario pero no dictamen de comisión y que ahora, luego de la masiva marcha del martes pasado y la defensa de la “motosierra eterna” que hizo el vocero presidencial Manuel Adorni, cobra nueva vigencia.

En el entorno de Vigo entienden que no hay contradicción con la posición en Diputados frente a la iniciativa del bloque que conduce Germán Martínez, que pretendía debatir lo universitario, el Fonid y la actualización jubilatoria, y dicen la prueba está en que bajaron al recinto los diputados Natalia de la Sota y Juan Brugge. No solo no alcanzó para el quórum, sino que lo cierto es que el “alma” cordobesista de Córdoba Federal la llevan Ignacio Garcia Aresca, alter ego de Llaryora, Carlos Gutiérrez  muy cercano a Juan Schiaretti, y Alejandra Torres, cuyo esposo, el ex ministro de  Finanzas Osvaldo Giordano, expuso ayer en la fundación viguista Construyendo Ciudad, en un posible camino a una futura candidatura en 2027.

A la pregunta de si el oficialismo cordobés rompe, con la postura de Vigo, la decisión de no confrontar con Milei al menos hasta después del pacto de mayo o hasta que las encuestas lo digan, la respuesta es no. El tema universitario demostró ser transversal en la disidencia, e incluso el propio Milei tuvo que bajar algunos cambios frente a la defensa férrea de la educación superior gratuita que encontró en el “argentino de bien” al que le habla.

Al cordobesismo le interesa y mucho que salga Bases y el paquete fiscal, de donde vendrán fondos coparticipables por la imposición de Impuesto a las Ganancias a la cuarta categoría de los trabajadores, que quedó exenta con la reforma de Sergio Massa. En el marco de la rosca final para acercar posiciones entre La Libertad Avanza y los bloques dialoguistas y que fuera posible los dictamen de comisiones que se conocieron en la tarde de ayer, el llaryorismo, concretamente Garcia Aresca, se metió de lleno con la reforma laboral que la Nación quiso incluir dentro de la ley madre y que finalmente quedó rebajada de 60 a 16 artículos. Lo hizo desde el lado del proyecto del Ejecutivo nacional en los aspectos vinculados a los meses de prueba, la quita de multas para empleadores que no registraron a sus trabajadores y las indemnizaciones. Lo laboral fue materia de tensión entre el presidente de la Cámara, Martin Menem, y el presidente del bloque oficialista, Gabriel Bornoroni, con la UCR, que defendió su propio proyecto de flexibilización laboral. El interés del cordobesismo en que salga la ley se evidenció en toda la discusión en las mesas chicas. Gutiérrez y Torres se mostraron incluso dispuestos a votar a favor de la privatización parcial del Banco Nación, algo que finalmente no sucederá porque el proyecto ¿definitivo? dejó a la entidad bancaria fuera del paquete de las privatizaciones. 

Por la tarde, surgió la versión de una llamada desde el oficialismo nacional al propio Llaryora, que estuvo hasta tarde en Río Cuarto, en una suerte de “puenteo” al presidente del bloque Hacemos Coalición Federal, Miguel Pichetto, para asegurar los números.

CON INFORMACION DE DIAIRO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE BETTINA MARENGO.

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