Javier Milei no la vio

POLÍTICA Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
javier-milei-karina-milei-guilermo-francosjpg

El Senado tuvo una remake parcial de la película que se rodó en la Cámara de Diputados durante el verano. Como en aquella ocasión, el oficialismo chocó contra su impericia y falló en su intento por dictaminar la ley ómnibus XS, esta vez junto al paquete fiscal. La diferencia es que, ahora, el presidente Javier Milei soportó el traspié, cerró sus redes y facilitó la negociación que aún sigue en marcha.

Influenciado por Guillermo Francos, el Presidente confía en que esta semana se juntarán las firmas para dictaminar, con algunos retoques a los textos, que tal vez no sean tenidos en cuenta después en la cámara baja. Sus trolls se preparan para detectar contradicciones, recién después del Pacto de Mayo. Milei quiere mostrar su foto con "la casta". Sin embargo, el triunfo parlamentario no está garantizado.

El Gobierno podría haber evitado el golpe que recibió el jueves en el Senado si tuviera reacción para moverse en un Congreso híperfragmentado, con intereses diversos y una creciente hostilidad a la gestión libertaria.


Tras aprobar los proyectos en Diputados, la Casa Rosada durmió en los laureles y olvidó que debía renovar los acuerdos en el Senado. Peor: contra todos los manuales, no hubo una negociación conjunta entre las dos cámaras.
Con décadas en la política tradicional, Francos se siente más cómodo gestionando en su despacho con los gobernadores. El ministro del Interior ignora a outsiders, figuras con intereses pequeños y concretos que suman votos decisivos.
La ley ómnibus, empantanada
Hasta este fin de semana, al menos, nadie de la Casa Rosada se había comunicado con el senador entrerriano Edgardo Kueider y con el correntino Carlos Espínola, ambos peronistas de origen que comparten el bloque Unidad Federal con Alejandra Vigo, la esposa del exgobernador de Córdoba Juan Schiaretti.

Asociados, Kueider y Espínola se saben árbitros del cuórum y hacen la suya. En diciembre le permitieron a Victoria Villarruel elegir autoridades sin que la vicepresidenta tuviera que pedirle permiso a Unión por la Patria. Tres meses después, la dupla de UF votó en contra del DNU 70/23. Hace diez días, el dúo vio por televisión cómo en Diputados se aprobaban proyectos que exige Milei sin haber sido consultados.

Kueider fue una de las firmas que faltó para dictaminar la ley ómnibus XS este jueves. Pulirá durante el fin de semana una larga lista de propuestas de modificaciones, que incluyen cambios a la reforma del Estado, la laboral, el capítulo de procedimiento administrativo y el de energía y gas.

También pedirá borrar el artículo que deroga la moratoria previsional, que está herido de muerte, porque un grupo de potenciales aliadas no quiere pagar el costo de subir la edad de retiro de las mujeres, como Vigo y la rionegrina Mónica Silva. En Diputados, hubo una rebelión similar, que esta vez en la cámara alta podría sumar una mayoría. Sería un duro golpe al Gobierno, que necesita cumplir ese compromiso con el FMI.

La nueva rebelde
Para armar una mayoría en el Senado, Milei está dispuesto a cambiar el Registro de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), un sistema que habilita beneficios cambiarios, impositivos y aduaneros a inversiones de 200 millones de dólares. Se protegerá la producción local de insumos, un reclamo de las asociaciones industriales y empresarias, que el lunes se harán sentir en el plenario de comisiones. Serán invitadas por el senador radical Martín Lousteau, quien despotricó contra el RIGI durante los debates.

El recinto está dividido porque las provincias mineras y petroleras tienen el mandato de votarlo. Lo supo el exgobernador de San Juan Sergio Uñac, senador de UP, quien soportó una presión de las multinacionales. Sólo prometió avalar el capítulo, pero no el proyecto en general.

La mala praxis legislativa olvidó una figura que puede ser clave en el Senado: Guadalupe Tagliaferri, del PRO, cercana a Horacio Rodríguez Larreta.

Como había anticipado Letra P, a la senadora le resulta un mal negocio seguir dándole su voto al Gobierno, en un bloque que preside Luis Juez -que ni siquiera es del PRO- y que casi no se reúne. Ahora Tagliaferri se asoció a Lousteau, a quien conoció en 2019, cuando compartieron la boleta. Destrozaron la reforma fiscal y la ley ómnibus. Tomaron por sorpresa al secretario de Hacienda, Carlos Guberman.

La UCR se dobló
La firma de Tagliaferri fue la que faltó para dictaminar el viernes la reforma fiscal, junto a la del radical fueguino Pablo Blanco. El oficialista Ezequiel Atauche la esperó sin éxito y levantó la comisión de Presupuesto sin despedirse. La retomaría el martes, pero aún no está convocada. El cierre de la reunión del jueves fue la muestra del desconcierto libertario: De sorpresa, el presidente provisional Bartolomé Abdala sustituyó a Atauche y pospuso al lunes el plenario para tratar la ley ómnibus. Pudo hablar hasta que su compañero Francisco Paoltroni le quitó el micrófono. "Me voy con mucha desilusión Bartolo, pensé que íbamos a dictaminar", dijo el formoseño, que estaba buscando adhesiones desde el miércoles. No las consiguió.

La aparición de la rebelde PRO alteró los ánimos de la Casa Rosada por un dato no menor: por decisión de Villarruel, desde diciembre Tagliaferri preside la comisión de Acuerdos, que debe tratar los pliegos judiciales, como el de los candidatos a la Corte. Su voto no vale más que el resto, pero, en algunos casos, puede manejar el cronograma de audiencias a gusto. Hay mucha historia de temarios selectivos.

Como adelantó Letra P, la reforma fiscal no pasaría el filtro del Senado por el capítulo V, que baja los mínimos imponibles del Impuesto a las Ganancias y no reconoce a la Patagonia como zona desfavorable. Desde diciembre, esta región tiene gobernadores con sello propio que manejan votos decisivos en el Senado. Sólo el Gobierno no estaba enterado.

El problema de abrir una discusión del contenido de los proyectos es que pueden surgir debates que quedaron inconclusos en Diputados. Por caso, en la bancada de la UCR de la cámara baja no había conformidad con la reforma a Bienes Personales, que permite pagar anticipado a cinco años y quedar casi exento hasta 2038. Lousteau la criticó. Si tiene los votos para cambiarla en el Senado, tentará a sus correligionarios. Lo mismo pasa con el blanqueo.

En la UCR hay furia contenida contra Lousteau, a quien entre otras cosas acusan de abandonar la sede del Comité Nacional. El gobernador Alfredo Cornejo trató de ablandarlo en la reunión de mandatarios con el bloque. No hubo caso. El mendocino está molesto: sostiene que si Milei no tiene su herramienta de gestión, usará esa carencia para enfrentar a los oficialismos locales y le puede ir bien.

Lousteau hace otras cuentas y cree que ayudar a Milei acelera la extinción de la oposición de centro, dónde se siente protagonista. Prefiere marcarle la agenda al Presidente, con el sueño de erosionar a su electorado.

Conflicto austral
Francos es quien le da confianza a Milei, pero no le cuenta toda la película. El ministro asegura tener 38 votos -uno más que la mayoría-, sin garantizar outsiders, con la certeza de sumar dos de UP cercanos a gobernadores: el catamarqueño Guillermo Andrada y la tucumana Sandra Mendoza. La lista de positivos tiene a la neuquina Lucila Crexell, por su sociedad con el gobernador Rolando Figueroa. Pero la senadora no dijo nada aún.

La cuenta del ministro incluye a José María Carambia y Natalia Gadano, del bloque de Santa Cruz. El funcionario descuenta que el gobernador Claudio Vidal aportará esos votos, a partir de un acuerdo por la continuidad de Yacimientos Carboníferos Fiscales de Río Turbio.

El jueves, Francos se anotició de que el tema no está cerrado. Mantuvo una comunicación con Vidal que no terminó bien. El mandatario pide más: quiere negociar las condiciones de la salida de YPF de la provincia y el reinicio de las obras de las represas financiadas por China. Con firma en las comisiones, Carambia -que se define como socio del gobernador- prepara una larguísima lista de modificaciones propuestas a la ley ómnibus. Vidal no quiere que el senador juegue de rebelde y él de dialoguista. No le sirve. En el kirchnerismo no pierden la esperanza de llegar a 37 votos por el rechazo. Necesitan sostener los 33 de UP y sumar cuatro. Lousteau, Crexell, Tagliaferri y Silva son sus esperanzas. Está última recibe una fuerte presión de su gobernador, Alberto Weretineck, para votar a favor.

Villarruel mira la película desde afuera. No siente que tenga herramientas para ayudar y, por si acaso, prefiere no intervenir. Esta semana sólo se mostró para lo protocolar. El viernes recibió a Nicolás Posse, pero no quiso imágenes. El próximo miércoles, el jefe de Gabinete dará su primer informe en el Senado. Nadie sabe si para ese entonces la negociación por las leyes que pide Milei para el Pacto de Mayo se habrá destrabado.

Rebelión en la granja
Mientras negocia en el Senado, en la cámara baja germinan dos problemas para el Gobierno: una sociedad opositora para avanzar con iniciativas que complican los planes fiscales de Milei; y un desmarque del PRO, digitado en las sombras por Mauricio Macri.

Sin chances de derogar el DNU 70/23, Germán Martínez, jefe del bloque de Unión por la Patria, buscará esta semana las firmas del resto de la oposición para dictaminar un proyecto que aumenta el presupuesto universitario y otro que incrementa las jubilaciones. Lo primero es más difícil. El martes expondrá en la comisión el secretario de Educación, Carlos Torrendell. La UCR, impulsora del debate, prefiere esperar, atenta a las negociaciones por aumento de fondos en las casas de estudios superiores. Si no hay fecha para dictaminar, los rectores vinculados al kirchnerismo trasladarán la presión al Consejo Interuniversitario Nacional (CIN).

Martínez confía en cerrar el miércoles un dictamen común con los bloques UCR y HCF sobre jubilaciones. Hay consenso en incorporar una variante salarial al índice de movilidad y la discusión está en cuánto incrementar los haberes, por encima del 12,5% que ofreció el Gobierno. El radicalismo pide 8,1% y el peronismo, algo más.

María Eugenia Vidal, del PRO, propuso pagar el aumento jubilatorio en 12 cuotas y en el Gobierno no la escucharon. Dicen que no hay más plata. Con su alternativa, la exgobernadora se prestó a la burla en las redes sociales. El jefe de su bancada, Cristian Ritondo, se lo reprochó a Karina Milei, en la visita que le hizo una delegación amarilla a la secretaria general de la Presidencia. El diputado también le advirtió que, para seguir siendo aliados, deben compartir agenda, con temas promovidos por su bloque como ficha única y el voto a residentes en el exterior.

Acompañada de Lule Menem, Karina supo que Macri inició, con mucho sigilo, una diferenciación de Milei que puede complicar los planes legislativos y electorales. Fue idea del expresidente que Luciano Laspina criticara en una entrevista la continuidad del cepo cambiario, un golpe bajo para la administración libertaria.

Los patagónicos del PRO cuestionan que Cammesa pague las deudas a las generadoras mediante un bono, con quita del 50%. Están dispuestos a resistir. Saben que el Gobierno, tarde o temprano, tendrá que escucharlos.

CON INFORMACION DE LETRA P.

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto