La batalla de largo aliento contra Javier Milei

POLÍTICA Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
marcha-universitaria-0jpeg

La oposición quiere que el debate por la versión reducida de la ley ómnibus en el Senado se extienda todo lo posible y que el proyecto llegue malherido al recinto el 30 de mayo, pasada la fecha que Javier Milei se fijó para sellar un pacto con gobernadores, en un acto que se celebrará en Córdoba, con entrega de medallas incluida.

La decisión de dilatar el proceso de debate parlamentario se enmarca en una estrategia más general del peronismo y otros opositores, que entienden que Milei cuenta todavía con un apoyo social relevante, que irá en descenso a medida que avancen el deterioro de la economía y del nivel de vida de la clase media.
 
A mayor descontento social, más consenso para coordinar acciones de rechazo a las iniciativas del oficialismo en el Congreso, aprobar proyectos propios, profundizar diálogos y generar acuerdos que podrían derivar, eventualmente, en una oferta electoral común. Será un desafío mayúsculo calibrar velocidades sin fallar en el intento.


El Senado puso el primer ladrillo en febrero, cuando una mayoría opositora de 42 se impuso para rechazar el DNU 70/2023. A esta altura, se supone que la ley ómnibus XS no correrá la misma suerte, pero saldrá esquilmada de ese mismo recinto, mucho más tarde de lo que pretendía la Casa Rosada. Igual, todavía todo puede fallar para el oficialismo.
El peronismo trabaja para patear la fecha de votación para el 30. En línea con los bloques dialoguistas, le mandó a decir a la vicepresidenta Victoria Villarruel que el dictamen saldrá el 23, dos días antes del Pacto de Mayo.

Los errores del Gobierno
Esta semana, el Gobierno padeció sus propios errores y falló en su intento por sacar dictamen para llegar al recinto el 16 de mayo, como tenía previsto. El debate en comisiones arrancó torcido, con duros cuestionamientos tanto al proyecto de ley Bases como al del paquete fiscal por parte de senadores que figuraban en el poroteo inicial como posibles aliados.

A eso se sumó la deslucida intervención de los funcionarios enviados por el Poder Ejecutivo, que padecieron las preguntas minuciosas de la tropa legislativa, fastidiosa ante la obvia pretensión de la Casa Rosada de celebrar un trámite exprés. “No somos una escribanía de Diputados”, avisaron en la primera jornada algunos dialoguistas, como el entrerriano Edgardo Kueider. Fue una mala señal.

Desde entonces, todo fue barranca abajo: dificultad para responder preguntas, admisión de errores en la redacción del texto y críticas feroces por parte de los senadores a los puntos neurálgicos de los dos proyectos. El Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), corazón de la iniciativa, quedó destrozado y corre riesgo de rechazo. La reforma laboral, las modificaciones a la ley de procedimiento administrativo, las privatizaciones, la delegación de facultades y el fin de la moratoria previsional salieron maltrechas, tanto como el blanqueo de capitales, la reposición del Impuesto a las Ganancias y la baja de Bienes Personales. Fueron especialmente duros con diferentes capítulos el presidente de la UCR, Martín Lousteau, y su par del bloque, Pablo Blanco; la larretista Guadalupe Tagliaferri; el salteño Juan Carlos Romero; la cordobesa Alejandra Vigo; y el santacruceño José Carambia, entre otros.

El jueves, el senador oficialista Francisco Paoltroni expresó su frustración al final del debate. “Una desilusión bárbara me llevo. Pensé que íbamos a tener dictamen hoy”, dijo. Ya se había definido que el debate continuaría esta semana, con la presencia de expositores invitados por los distintos bloques.

Este viernes, el peronismo tenía preparado un listado de 20 invitados. En los demás bloques también armaban su lista. La nómina podría reducirse a diez por bancada. El debate comenzará este lunes a las 15. La oposición intentó coordinar algunos nombres que puedan contribuir en el objetivo de horadar lo máximo posible los proyectos. “No armen una lista demasiado kirchnerista por favor”, le pidió uno de los senadores identificados como “dudosos” para la votación a una integrante del bloque de Unión por la Patria (UP) con la que punteaba ideas.

En el peronismo definieron como no negociable la presencia de la cúpula de la CGT por la reforma laboral: “Nosotros los ayudamos a ellos y ellos, a nosotros”. La sociedad entre la central obrera y el bloque anda sobre ruedas. También incluyeron a Estela de Carlotto para hablar de la posible eliminación del Banco Nacional de Datos Genéticos. Eso generó algunos ruidos con los posibles aliados. También habrá constitucionalistas, administrativistas y representantes de pymes y la industria.

La idea es que las exposiciones, los nombres de peso y el correr de los días armen una masa crítica en contra de la ley tanto en el Senado como en la opinión pública, donde empiezan a permear temas que habían pasado más desapercibidos en Diputados, como el RIGI.

En el Senado, el peronismo trata de convencer a sus pares de otros bloques de que, si están en contra de tantos puntos del proyecto oficial, deberían votar en contra también en general. De lo contrario, se arriesgan a que el texto vuelva a Diputados con correcciones y el oficialismo insista allí con la media sanción. “Tienen 140 votos. Si no la volteamos nosotros, después no va a haber vuelta atrás”, alentó una senadora peronista a un interlocutor que todavía está en el grupo de los indecisos.

Antes del dictamen, el oficialismo tendrá que pasar otra prueba difícil en el Senado. Será el miércoles, cuando el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, exponga por primera vez en el Congreso, como manda la Constitución Nacional. El ministro coordinador almorzó este viernes en el Senado con Villarruel, que le hizo una visita guiada para explicarle cómo será su intervención. Los senadores le enviaron 2.300 preguntas. El funcionario nunca habló en público. Le espera un debut complicado.

La maldita economía de Javier Milei
Mientras, el Gobierno lidia con los números en rojo de la economía y la sensación oscura que quedó flotando el viernes en el aire con un previsible choque de trenes de la línea San Martín. No terminó en tragedia sólo de milagro. Esta semana, el INDEC dio a conocer malas noticias de la economía real. La industria y la construcción se derrumbaron en marzo, con caídas interanuales de 21,2% y 42,2%, respectivamente. Los datos del SIPA muestran que, entre diciembre y febrero, 63.000 personas perdieron su trabajo.

Ciertos legisladores amigables con el oficialismo ya empezaron a ver que el clima social se está espesando. Algunos diputados que acompañaron la ley ómnibus fueron blanco de escraches y agresiones de parte de sectores perjudicados por las políticas del Gobierno. “Esto se va a poner feo”, analizaron en los bloques dialoguistas.

Este lento deterioro puede empezar a provocar el acercamiento entre bloques opositores de diferentes tribus. “Ya le perdimos el miedo a juntar votos con el kirchnerismo”, dicen en el bloque de Miguel Pichetto, que consiguió armar una mayoría con el sector menos cristinista de UP para votar el capítulo del impuesto al tabaco.

Los contactos con Victoria Tolosa Paz y Germán Martínez son constantes, aunque en la bancada pichettista dicen que el rosarino tiene más restricciones a la hora de hacer acuerdos porque “reporta a los altos mandos” de UP, donde se inscriben Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa. El excandidato presidencial está mucho más presente de lo que parece. Por sus oficinas pasaron varios senadores de UP en los últimos días. El tigrense está involucrado directamente en la negociación con los opositores que todavía no definieron su voto y trata de lograr que se sumen al rechazo. “Trabajamos codo a codo con Sergio. Es muy valioso su aporte”, dicen en el cristinismo.

Como contó Letra P, Massa también trabajó para conseguir votos contra el DNU 70/2023 en el Senado. Los equipos técnicos del Frente Renovador hicieron las cuentas para evitar que las provincias caigan en la tentación de votar a favor del paquete fiscal con el objetivo de recuperar el Impuesto a las Ganancias. “Lo que le quieren dar a las provincias haciendo que 1,1 millones de trabajadores vuelvan a pagar Ganancias, se lo sacan con la modificación de Bienes Personales. Le regalan una rebaja de Bienes Personales a 120 mil argentinos que se llevaron la plata afuera y las provincias pierden lo que ganan”, concluyeron.

Puentes en la oposición
El gobernador Axel Kicillof también habla con diputados de bloques dialoguistas, como Nicolás Massot, a quien conoce de sus tiempos en la cámara baja. Con un sector del radicalismo también hay un ida y vuelta permanente. En el Senado, hay diálogo fluido entre Lousteau y Anabel Fernández Sagasti y Juliana Di Tullio. En Diputados, Pablo Juliano, mano derecha de Facundo Manes, está en contacto permanente con Cecilia Moreau, Martínez y Sabrina Selva. Es parte del radicalismo que ya decidió erigirse como oposición dura a Milei.

La coordinación se empezará a ver de forma más tangible en las próximas semanas, cuando la oposición avance con iniciativas comunes, como la discusión de la movilidad jubilatoria y el presupuesto universitario. En el Senado podría avanzar el proyecto de coparticipación del impuesto al cheque, que presentó en diciembre el entonces senador y hoy gobernador de Chubut, Ignacio Torres.

En el peronismo imaginan un proceso similar a lo que ocurrió durante el gobierno de Mauricio Macri. Fue la crisis la que volvió a juntar las partes dispersas del peronismo para armar el Frente de Todos y le permitió a Alberto Fernández ganar en primera vuelta. Si al gobierno de Milei le va mal, se irán “acercando las piezas” entre los que antes pensaban diferente para armar una nueva mayoría. Pero eso llevará tiempo y se contradice con las encuestas que varios dirigentes tienen sobre la mesa y que hablan de un apoyo al Presidente cercano al 50%.

Por eso, en el peronismo ya nadie habla de estallido ni salida anticipada. Cerca de Cristina piensan que Milei tiene que llegar al final del mandato “como sea”, pero que UP se tiene que encargar de “minimizar el daño” mientras se ocupa de armar una coalición muy amplia, con consensos centrales, que permita recuperar el gobierno en 2027 y tomar medidas de recuperación.

La interna del peronismo
Después de dos meses sin acuerdos, el Consejo Nacional del Partido Justicialista (PJ) se reunirá este martes a las 18 en la sede nacional de la calle Matheu y anunciará la integración de la “Comisión de Acción Política para el modelo argentino”, con la que piensa dar inicio a un proceso de ampliación y diálogo con sectores que están fuera de la estructura.

Se espera, además, que el partido fije posición sobre la marcha del Gobierno y emita un comunicado con referencia a la ley Bases, que pueda servir de respaldo a aquellos peronistas todavía dubitativos o que sientan la presión del Ejecutivo, como los catamarqueños. “En el Consejo están la CGT, la CTA, los gobernadores. Espero que primen la cordura y el sentido común y nos ocupemos de los temas importantes del país y no de las internas. No estamos con sobrante de expectativas de la gente”, apunta la senadora por Jujuy Carolina Moisés.

La referencia de Moisés tiene que ver con la versión de que el partido anunciará el llamado a elecciones internas para el 17 de noviembre, día de la militancia peronista. Será el proceso para elegir al nuevo presidente, después de la renuncia de Alberto Fernández. La definición de la nueva conducción será clave en el proceso de apertura del PJ hacia otras fuerzas políticas, en el proceso hacia 2027.

En el peronismo hay quienes ya creen que el año que viene habrá más de una lista de UP en las elecciones distritales y que el Gobierno se encargará de fomentar esa división con la eliminación o la suspensión de las PASO.

CON INFORMACION DE LETRA P.

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto