¿Chau dolarización?

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Según cuentan allegados al corazón del gobierno libertario, la idea y promesa de campaña de dolarizar la economía se enterró con el resultado electoral. Serán los historiadores quienes se ocupen de la veracidad de esto en un futuro, no muy lejano, pero lo cierto es que sepultado el Pacto de Mayo, la dolarización parece que, por ahora, también tuvo el mismo destino y emergió la idea, de boca del presidente Milei, que se iría a un régimen de competencia de monedas.

Pero una competencia de monedas podría ser sencillamente eliminar el cepo y dejar flotar el tipo de cambio como hace buena parte de los países de la región. Sin embargo, cuando Milei habla sugiere otra cosa. ¿A qué se refiere? ¿Qué se necesita para que tenga éxito? ¿Qué puede salir mal? Veamos.


El Presidente repite que el régimen al cual irá el país consiste en eliminar la emisión de pesos por todo concepto, convirtiendo “la impresión en un delito de lesa humanidad vía una ley”. A partir de ahí, habría competencia de monedas porque el dólar se volvería moneda de curso legal y la única re-monetización posible con crecimiento económico sería con los dólares atesorados por años y años en cajas de seguridad y colchones.

De modo que al final del día, con un stock de dólares cada vez más relevante en relación al stock de pesos, se rescatarían los
pesos residuales, eliminándose para siempre la moneda local.


Las alternativas
Pero qué se necesita para que tenga éxito esta iniciativa. Para implementar ese régimen el primer paso es eliminar todas las fuentes de emisión, lo cual tiene sus complejidades.

En segundo lugar, el plan requeriría que el Congreso apruebe la prohibición de imprimir y que la gente saque los dólares del colchón y de las cajas para que crezca la Base Monetaria amplia y la economía no vaya a una recesión deflacionaria. Vamos por partes.

Los analistas de la consultora 1816 armaron una hoja de ruta respecto de las complejidades del primer paso.

En primer lugar, ubican el tema de la monetización del déficit cuya eliminación requiere equilibrio fiscal de largo plazo, algo imposible sin mejorar la calidad del ajuste de estos meses, para lo cual se precisa trabajar con el Congreso.

El segundo tema son los Pasivos monetarios remunerados del Banco Central (BCRA), que para eliminarlos el mercado debe aceptar pasar a riesgo Tesoro, algo que ya se logró en gran medida. Luego está el tema de los “puts” del BCRA - son garantías de recompra de bonos- que suman unos $17 billones que pueden ejercerse en cualquier momento y estiman que la mitad corresponde a títulos 2026 y 2027.

El otro tema son las reservas netas que deberían volver a ser neutras (hoy son negativas) para que el BCRA no necesite emitir para comprar divisas. Por último, el rol del BCRA como prestamista de última instancia desaparecería si como dice Milei se va hacia un esquema de Banca Simons.

Que aparezcan los verdes
Entonces, una vez eliminada la emisión y con la aprobación del Congreso la gente debería desempolvar los billetes verdes encanutados por años para que crezca la cantidad de dinero y evitar una recesión deflacionaria. Las estimaciones dan cuenta que los argentinos tienen activos fuera del sistema por 400.000 millones de dólares (incluyendo 200.000 millones en
cajas y colchones) contra depósitos en pesos por 40.000 millones.

¿Qué pasaría con el tipo de cambio? Según explican desde la consultora, la oferta de pesos estaría fija, pero no es claro cuál sería el piso de su demanda, si el dólar tiene curso legal. El mercado sería el que defina la velocidad de desmonetización del peso y cuán pronto se avanzaría a la dolarización final.

Queda el tema de la deuda en pesos. Al respecto, luego de eliminar los Pasivos remunerados del BCRA, la deuda soberana en pesos neteada de las tenencias de la ANSeS y el BCRA rondaría los $100 billones contra una Base monetaria de $15 billones. Esa deuda en pesos, salvo que se canjee por deuda en dólares, solo podría renovarse o repagarse con superávit fiscal.

¿Pero qué puede salir mal?, es el gran interrogante. El régimen tal cual lo describe Milei no tiene precedentes en el mundo, lo cual hace incierta su implementación y los resultados. Un escollo evidente es la política ya que esta competencia de monedas puede hacerse sin que se acelere la inflación en pesos, en tanto y en cuanto el mercado compre la idea que la eliminación de la impresión de dinero es para siempre. Y eso no depende solo del Gobierno de turno.

Existe un antecedente reciente, en 2018-2019 el plan de déficit cero y emisión cero dejó de funcionar cuando, a partir de las PASO, el mercado incorporó que esa política no duraría en el tiempo. En 2025 hay elecciones de medio término y si Milei no tuviera buen desempeño el mercado podría perder la confianza.

Pero también hay riesgos netamente económicos, ya que si los argentinos son perezosos para sacar los dólares del colchón la desmonetización sería un límite concreto para la recuperación económica.

Los analistas de 1816 concluyen que el plan que describe Milei es audaz, a todo o nada. Si sale bien se elimina por completo la inflación y si sale mal no puede descartarse una fuerte aceleración de los precios en moneda local, si es que con el dólar como moneda de curso legal se derrumba la demanda de pesos y el mercado desconfía que la eliminación de la impresión
sea para siempre.

Por momentos el régimen del que habla Milei parece más una declaración de principios que algo con implicancias concretas de corto plazo. Por ese motivo es que el mercado está más atento a las políticas que van implementando Economía y el BCRA que a evaluar qué implicaría una Banca Simons para el sistema financiero, pero sin perder de vista cuáles son las ideas del
Presidente sobre el estadio final de la política económica.

CON INFORMACION DE MDZOL.COM

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