El tema está más en los medios que adentro”, dice un histórico legislador de Buenos Aires. “Se hacen los boludos, se habla todo el tiempo”, responde alguien de trayectoria en la Legislatura bonaerense. Esa contradicción inunda casi todos los bloques parlamentarios respecto a un debate que una (otra) vez más copa la agenda política: las reelecciones indefinidas.
La reforma electoral que impulsa el gobierno de Javier Milei tendrá, tarde o temprano, su correlato en el parlamento bonaerense, pero con el agregado central de la discusión sobre el tope a las reelecciones consecutivas. Todos se niegan a hablar del tema en público. Es una discusión incómoda la que intendentes y la tropa legislativa deben dar si pretenden seguir atornillados a sus cargos públicos. Hay quienes buscan una salida por arriba de ese laberinto.
La ley 14.836 prohíbe más de una reelección consecutiva de intendentes, bancas legislativas, de los concejos deliberantes y consejerías escolares. Excepto los bloques que tienen la firme postura de no modificar la norma impulsada en 2016 por la entonces gobernadora María Eugenia Vidal y el Frente Renovador de Sergio Massa, el resto de los espacios tiene fisuras internas respecto de la postura a tomar.
El último antecedente del caso, que podría repetirse este año, es la discusión que se dio en 2021, cuando se modificó el texto original con el argumento de que era incorrecto legislar de manera retroactiva, por lo que se permitió a funcionarios presentarse a un mandato más.
La postura histórica del Frente Renovador
El autor de la iniciativa original fue Ruben Eslaiman, el massista hora cero que lleva varios mandatos como diputado. El Frente Renovador tiene diez bancas en Diputados y una en el Senado. Avisa que si el debate llega al recinto, votará en contra. “No veo que se resuelva desde la política. Si se hace, seguramente será con una salida jurídica, un fallo sobre inconstitucionalidad”, dijo a Letra P un dirigente del espacio.
En 2021, cuando se cambió el texto original y se habilitó el último baile para jefes comunales y legisladores, casi todos los espacios votaron divididos, algo que podría repetirse.
El entonces bloque Juntos se dividió entre vidalistas que rechazaron la iniciativa y quienes reportaban a intendentes del PRO o la UCR. Tampoco acompañaron los libertarios y la izquierda, aunque no pudieron detener la ola reeleccionista.
La Libertad Avanza y prolibertarios
Ahora, además del FR -que aquella vez se despegó del clamor intendentista del peronismo-, otros bloques que reprueban la discusión son los libertarios y afines. La Libertad Avanza, sin intendentes y con legisladores que el año próximo apenas estarán cumpliendo un mandato, hará valer su discurso anticasta, al igual que los desprendimientos del espacio violeta original.
Ese mismo camino seguirán sus nuevos socios de PRO Libertad, el bloque que se abrió del PRO macrista y se encolumna detrás de Patricia Bullrich, comulgando con las ideas de la libertad y siguiendo los lineamientos de la Casa Rosada, por lo que nada hace pensar que sus representantes busquen negociar su voto positivo en una ley que calza perfecto en los libros de la vieja política que dice combatir el Presidente.
Sin embargo, de no modificarse nuevamente la ley, en esta tropa no podrían ir por otra vuelta el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, y su esposa, la senadora Daniela Reich, dos amarillos desteñidos al violeta libertario.
Divididos
En el resto de los bloques de la Legislatura, la cosa también está dividida. En el universo peronista, como se dijo, el massismo se mantendrá en la negativa, pero son los poderosos intendentes del conurbano quienes con más fuerza buscan la forma de terminar con el incordio de una ley que les pone un tope. Si no cambian la norma, están afuera Andrés Watson (Varela), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Fernando Espinoza (La Matanza) y Mariel Fernández (Moreno), entre otros.
En la tarea de cambiar la situación tienen el apoyo del gobernador Axel Kicillof. En La Plata creen que no debe haber límite en las reelecciones consecutivas. El ministro de Gobierno, Carlos Bianco, lo dice abiertamente. En la misma línea están los jefes y jefas territoriales de La Cámpora, pese a que una renovación obligada de figuras podría beneficiar a la agrupación de Máximo Kirchner en la conquista de nuevos territorios. Si la ley no es cambiada, Mayra Mendoza (Quilmes) y Juan Ustarroz (Mercedes) no podrán competir por el cargo.
El PRO macrista conducido por Cristian Ritondo no está tan convencido de rechazar de plano el debate. Controla 16 municipios, de los cuales varios de peso deberán cambiar de apellido: Guillermo Montenegro (General Pueyrredón), Pablo Petrecca (Junín), Javier Martínez (Pergamino) y Sebastián Abella (Campana). A ellos se suma un par de legisladores importantes como Matías Ranzini y Adrián Urreli.
En el radicalismo niegan que el tema se esté abordando de manera orgánica en la Legislatura o en Foro de Intendentes. En ambos campamentos consideran que no es un momento oportuno para dar esa discusión: “Es un tiro en los pies”, le dice a Letra P un alcalde sin chances de postularse. “Es un escenario fatal para discutir algo así”, completa un senador.
El radicalismo controla 27 distritos, de los cuales poco menos de la mitad deberán renovar la chapa del escritorio comunal.
Los casos más emblemáticos son los de Miguel Lunghi (Tandil) y Miguel Gargaglione (San Cayetano), que dejarán sus sillones en 2027 tras gobernar 24 y 20 años consecutivos, respectivamente. Tampoco podrán revalidar el presidente del Foro de Intendentes radicales, Maximiliano Suescún (Rauch), Martín Randazzo (Lamadrid) y Esteban Reino (Balcarce), entre otros. No tendrían chances de ir por otro mandato los senadores Alejandro Celillo y Agustín Máspoli y el diputado Emiliano Balbín, entre otros.
CON INFORMACION DE LETRA P.