El Gobierno de Javier Milei vive su mejor momento financiero, desde que los libertarios llegaron al poder el 10 de diciembre de 2023. Muchos factores potencian el buen clima, pero hay uno que particularmente fomenta el optimismo: el blanqueo de capitales, llamado a regularizar la tenencia de divisas no declaradas, que está mostrando un nivel de depósitos en dólares aún más importante que el proceso que ejecutó el gobierno de Mauricio Macri en 2016.
Según los datos preliminares, y a sólo un día que termine la primera etapa (si no hay prórrogas), probablemente se hayan depositado en las cuentas CERA, habilitadas para el blanqueo, unos US$14.000 millones de piso, en dinero en efectivo. La proyección para abril del 2025, fin del cronograma establecido, indica que incluso la cifra podría superar los US$30.000 millones. Mucho más de lo que esperaba el propio Gobierno, y también los mercados.
El clima positivo es innegable y ayuda a que el riesgo país se ubique por debajo de los 1.000 puntos, luego de haber perforado este martes los 900 puntos básicos. Los privados coinciden en general con el buen clima. Sin embargo, advierten también sobre la necesidad de operar con prudencia, y profundizar medidas para continuar la búsqueda de los equilibrios macroeconómicos de largo plazo, los que aún no están establecidos.
Es la visión de la Fundación Capital, que en su último informe indica sobre la necesidad del Ejecutivo y el Ministerio de Economía, de concentrarse en la búsqueda de dólares genuinos que le permitan al país afrontar la catarata de vencimientos de deudas que se acumulan entre noviembre de este año y diciembre 2025.
Las principales conclusiones del último informe presentado por la entidad creada por Martín Redrado y que dirige Carlos Pérez, son las siguientes.
La positiva dinámica del blanqueo y su potencial efecto en reservas resulta una buena noticia que contrasta con dos dilemas aún pendientes. El blanqueo ha sido un disparador de otras fuentes de divisas, ahora más probables, y la potencialidad de los argendólares en un escenario de confianza y estabilización es enorme.
Sin embargo, a pesar de que aumentó la probabilidad del escenario “convergencia” al que aspiran las autoridades, se mantiene la realidad de una economía encepada y sin reservas netas, y con una inflación por encima del crawling peg (inflación gradual y controlada) sin crecimiento generalizado. Frente a vencimientos de capital e intereses en los próximos quince meses por unos US$24.000 millones (contemplando Tesoro, BCRA y provincias) y reservas netas negativas en unos US$ 6.000 millones, las autoridades deben continuar con el foco en maximizar las diversas fuentes de dólares, teniendo extremo cuidado en mantener las normas macroprudenciales bancarias.
Sin dudas, el blanqueo resultó exitoso, ya que triplicó lo que se esperaba del mismo. Permitió un incremento de los depósitos en dólares del sector privado en más de US$12.700 millones desde agosto. Esto implicó un alza del 69% desde esa fecha y del 121% desde noviembre (+ US$17.100 millones).
Vale señalar que para que se verifique un alza en las reservas netas debería generarse un aumento en los préstamos en dólares. En efecto, cuando se adquiere un crédito en moneda extranjera, se reciben pesos, ya que el banco lo liquida en el mercado oficial de cambios, lo que deriva en un incremento en las reservas netas. Debe señalarse que esta suba se da sólo en tanto dure el préstamo, ya que cuando se cancela el mismo, se vuelve a reducir el stock de las netas.
Desde principios de agosto, los préstamos en dólares al sector privado crecieron en US$1.400 millones, bien por debajo del incremento en los depósitos. Sin embargo, vale destacar que los préstamos en moneda extranjera volvieron a tomar ritmo. Entre los meses de enero y marzo, frente al diferencial de tasas de interés en pesos y dólares y un crawling peg esperado del 2%, el financiamiento en moneda extranjera había alcanzado subas del 12,8% promedio mensual, que menguaron a mitad de año en un contexto de incertidumbre y dólares financieros en alza. En sentido contrario, en el mes de octubre el CCL y el MEP se redujeron un 6,5% y 6%, respectivamente y los buenos resultados del blanqueo generaron expectativas positivas, lo que hizo repuntar nuevamente el crédito en dólares, el cual volvió a subir a un ritmo del 8,5% en el promedio de los últimos 30 días.
Es esperable un alza tanto de las reservas brutas, vía aumento de encajes, como de las netas, aunque en menor proporción. La baja aplicación de los depósitos del blanqueo hace prever un movimiento en ese sentido. En efecto, considerando que en los meses previos un 20% de los depósitos quedaba en efectivo en los bancos, los encajes podrían incrementarse, aumentando las reservas brutas en unos US$6.700 millones extra, y esto, a su vez, podría volcarse a préstamos. Así, la positiva dinámica del blanqueo y su potencial efecto en reservas resulta una buena noticia, en el marco de un necesario puente de divisas para transitar el esquema económico de convergencia que buscan las autoridades, otorgando liquidez y pudiendo generar reservas netas más adelante.
El blanqueo permitió cinco pasos positivos. Lo primero fue el incremento en los depósitos en moneda extranjera en los bancos comerciales del orden de los US$13.000 millones. Lo segundo fue que se retiraron apenas unos US$ 1.000 millones netos en la primera quincena del mes. Lo tercero es que esos depósitos, aplicados en su mayor parte en efectivo, cuando los bancos los depositen en el Banco Central en encajes, subirán las reservas internacionales "brutas" (aunque no las "netas", ya que los encajes son un pasivo de corto plazo del BCRA). Lo cuarto sería que los bancos comerciales transformen los encajes en préstamos al sector exportador, ya que en ese caso también aumentarían las reservas internacionales "netas", que son las relevantes en términos de solvencia. Lo quinto son los efectos positivos para el mercado financiero en general, derivando en bajas de los tipos de cambio financieros y riesgo país.
La suba en los depósitos ayuda a motorizar la actividad, a la vez que permite disminuir la alta incertidumbre que había respecto de la cobertura de los dólares que necesitará la Argentina durante el próximo año. Por el otro, el blanqueo ha sido un disparador de otras fuentes de divisas. Estas son ahora más probables, en línea con un riesgo país que perforó los 1.000 puntos, como ser las colocaciones de deuda del sector privado, el "repo", posibles canjes voluntarios de deuda pública o la posibilidad de conseguir financiamiento soberano en los mercados internacionales.
Si bien el stock de los argendólares es similar al de la administración Macri, no son los mismos dólares, ya que los US$13.000 millones retirados en ese entonces eran "blancos" (en tanto que los de ahora son dólares que no estaban declarados). Por lo tanto, en un escenario de confianza y estabilidad existiría la posibilidad de recuperación de los dólares perdidos en el fin del mandato de Macri. Así, el potencial incremento de reservas y préstamos es incluso mayor. De este modo, urge poder transformar esos dólares en préstamos para el sector privado, ya sea para exportadores o a través del mercado de capitales.
Actualmente, debido a la regulación existente, sólo se le puede otorgar un préstamo bancario en moneda extranjera a aquellos que generan dólares, como los exportadores. Debe tenerse extremo cuidado con mantener las normas macroprudenciales. Hay que evitar "el pan para hoy y hambre para mañana" de una flexibilización en el otorgamiento de préstamos en dólares, muy tentadora para acelerar y maximizar el crédito, con su impacto en la suba de reservas netas. Basta con recordar los préstamos hipotecarios en moneda extranjera durante la Convertibilidad, su posterior pesificación y consecuencias que implicaron. En este punto, vale señalar que, si bien las ONs no poseen este limitante macroprudencial, tampoco tienen efecto sobre el sistema bancario, ya que se trata de contratos entre privados.
El blanqueo generó niveles de liquidez en moneda extranjera con efectos positivos para el sistema financiero, no sólo por su potencialidad en las reservas internacionales, sino también como promotor de una mayor probabilidad de obtener otras fuentes de divisas. La potencialidad en un escenario de estabilidad y confianza es enorme, lo que impulsó una mejora en la probabilidad del escenario al que aspiran las autoridades.
Sin embargo, esto no debe impulsar cambios que den por tierra las normas macroprudenciales, las cuales permitieron sortear fuertes salidas de depósitos sin zozobras para el sistema financiero. Frente a vencimientos de capital e intereses en los próximos quince meses por unos US$24.000 millones y reservas netas negativas en unos US$6.000 millones, las autoridades deben continuar en la búsqueda de dólares. En este sentido, las autoridades tienen el foco en maximizar los dólares del blanqueo, las colocaciones de deuda del sector privado, operaciones financieras como Repos y canjes voluntarios de deuda.
CON INFORMACION DE MDZOL.COM