Patricia Bullrich, la presidenta que no fue

Patricia Bullrich le dice a sus más íntimos que está en su mejor momento político. En total sintonía con el presidente Javier Milei y La Libertad Avanza (LLA), la excandidata presidencial apuesta todas sus fichas al crecimiento del espacio ultraliberal para que absorba al PRO o, cómo mínimo, lo corra electoralmente en 2025.

La ministra de Seguridad se visualiza como la principal referente del sector de centroderecha que quedó huérfano después de que la fórmula de Juntos por el Cambio (JxC), que ella encabezó el año pasado, quedó tercera. En su mirada de la sociedad argentina, considera clave desarticular, y hasta vaciar, los intentos de Mauricio Macri por regresar a la arena política. No hay lugar para grises, según ella.
 
La estrategia de Patricia Bullrich
"Entre nosotros y el kirchnerismo no puede existir nada", le dice Bullrich una y otra vez a su mesa chica para envalentonarla en la discusión contra el expresidente. Su apuesta en esa pelea es que el titular del PRO haga un jugada típica de "la casta" y busque expulsarla del partido que la funcionaria mileísta comandó hasta febrero pasado. "No nos vamos a ir de acá. Si tienen coraje, que nos echen", le dijo a Letra P un interlocutor habitual de la ministra de Seguridad. El objetivo es forzar al exmandatario a quedar como autoritario.

La líder de los halcones del macrismo sostiene que la fórmula para ganarle a Macri en la discusión interna es la misma que utilizó para derrotar al exjefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta en las PASO de JxC: mostrarse cercana a la sociedad, interpretar el clima de época y darle al votante macrista lo que pide.
El análisis que comparten en el PRO y en LLA
En las usinas amarillas leen con atención las encuestas que elabora Mora Jozami, según las cuales la mayoría del electorado de JxC y de Unión por la Patria (UP) percibe que el PRO está detrás de LLA. Por eso, Bullrich apuesta a formalizar la fusión que el exmandatario rechaza. En ese informe, el votante de Milei es el único que marca diferencias entre ambos espacios.
"Compartimos un mismo electorado. Eso nos obliga a tener un tipo de acuerdo. Nosotros queremos que sea más permanente y no una mera alianza electoral. El clima social está a nuestro favor y eso Mauricio lo tiene claro", sintetizó un armador de Bullrich. El contexto, según la mirada de la ministra de Seguridad, deja sin mucho margen al expresidente para plantear una diferenciación con Milei y LLA.

Bullrich tiene marcado diciembre como una fecha límite en su calendario. Durante el segundo semestre se abocará a sumar la mayor cantidad de dirigentes del PRO en el éxodo formal hacia las filas de LLA. La pelea con Macri por el control de ese electorado es total y podría desencadenar que la ministra compita por una banca en el Senado por la Ciudad, el bastión del macrismo y su lugar de nacimiento.

SI bien en la Casa Rosada repiten con insistencia su nombre al hablar de las candidaturas del año próximo, cerca de la ministra prefieren no confirmarlo. En la danza de nombres aparece junto al vocero presidencial, Manuel Adorni.

El team halcón bullrichista
El escuadrón bullrichista cuenta, por ahora, con el vicepresidente segundo del PRO, el diputado Damián Arabia, y su pares de la cámara baja Silvana Giudici y Laura Rodríguez Machado; el titular de Parques Nacional, Cristian Larsen; el embajador en Chile, Jorge Faurie; el representante ante el G-20, Federico Pinedo; el director ejecutivo de la ANMaC, Juan Pablo Allan; el subsecretario de Intervención Federal de la cartera de Seguridad, Federico Angelini; el legislador porteño Juan Pablo Arenaza, que controla tres escaños más; y el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela.

Para que su estrategia funcione, Bullrich necesita que la Casa Rosada mantenga su agenda antikirchnerista -la denuncia de Fabiola Yañez contra el expresidente Alberto Fernández y las esquirlas de esa bomba que pudieran alcanzar a Cristina Fernández de Kirchner, mentora de aquella candidatura, tributan en ese sentido-, que la economía muestre algunos indicios de recuperación y que se cumpla el protocolo antipiquetes. Básicamente, que la gestión de Milei pueda ostentar un número de éxitos ante la sociedad antes de las elecciones de medio término. Para complementar el plan de acción, la ministra de Seguridad bajó la orden de que ningún halcón de su nido se aparte del discurso "anticasta" que viene desde las usinas de Santiago Caputo.

Bullrich quiere que la fusión del PRO con LLA sea su objetivo final para posicionarse como una de las referentes de la centroderecha en la Argentina, pero, para eso, antes necesita ganarle la pulseada a Macri, algo en lo que viene trabajando desde 2023.

CON INFORMACION DE LETRA P.