El barrilete del peronismo bonaerense en la tempestad

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El peronismo bonaerense se balancea entre la bronca y la desazón. El impacto de la denuncia de Fabiola Yañez contra el expresidente Alberto Fernández por violencia de género caló hondo y exhibió una vez más a las distintas tribus trabajando en compartimentos estancos.

En el territorio despotrican contra la falta de reacción, iniciativa y conducción de las primeras líneas partidarias y nadie sabe a ciencia cierta hasta qué punto afectará las chances electorales del próximo año.
 
El año 2025 es un mojón clave en el camino hacia el partido grande de 2027. El oficialismo necesita hacer una buena elección de medio término en Buenos Aires para transitar los últimos dos años de mandato con una Legislatura más o menos manejable. De eso dependerá, en gran medida, su suerte y un salto eventual a la pelea por la presidencia.


A los intendentes les pasa algo similar: necesitan buenos resultados para no perder el control de los concejos deliberantes; en muchos casos, también para posicionar figuras que peleen por la sucesión en virtud de que muchos no podrán competir por el tope a las reelecciones consecutivas.
El escándalo de Alberto Fernández “nos pega a todos, desprestigia al peronismo en su conjunto. Si antes de la denuncia y después de un pésimo gobierno teníamos un camino difícil por recorrer, ahora es inmensamente peor”, afirma a Letra P alguien con oficina en el conurbano. Otros dirigentes consultados coinciden con ese análisis. El peronismo en su conjunto está pagando el costo.

¿La situación es irremontable? Nadie en el peronismo tiene certezas. Los más optimistas apuntan que la crisis económica y social desatada por las políticas del gobierno le quitará a Javier Milei parte del apoyo del electorado que aún mantiene. Otros apuestan a una “purificación” obligada del peronismo que derive en una renovación.

Presos del pesimismo, hay quienes no ven un camino claro de ordenamiento interno y temen por los escándalos que se puedan seguir suscitando mientras avanza la investigación que tiene al expresidente en el centro de la escena. Los más derrotistas analizan que acaso el peronismo deba resignar las elecciones de 2025 y 2027 en pos de un proyecto nuevo y a largo plazo.

Peronismo sin reacción
La crisis desatada por las denuncias hacia Fernández exhibió, una vez más, a un peronismo perdido, sin reacción. Al menos así lo ven diferentes figuras consultadas por este medio. “No hay reacción. De manera sobria el PJ se tendría que haber manifestado y corrido a Alberto del cargo rápidamente”. Es la visión de un funcionario del Gabinete bonaerense, quien además cuestionó “la falta de iniciativa de los cuadros intermedios que tienen algún nivel de responsabilidad o pretensión de ocupar lugares expectantes”.

En Buenos Aires no hubo una reacción coordinada entre las diversas tribus que conforman Unión por la Patria (UP). El gobernador fue breve y cauteloso a la hora de hablar del tema: “Todos estamos muy shockeados, esperando que la Justicia actúe y lo resuelva. La denuncia es gravísima”, dijo minutos antes de viajar a La Rioja para acompañar al gobernador Ricardo Quintela en la jura de la nueva constitución.

La Cámpora, con la intendenta Mayra Mendoza a la cabeza, salió a fustigar con dureza a Fernández y marcar la violencia que, consideró, él ejerció también sobre Cristina Fernández de Kirchner. La misma línea que se manifestó a través de un comunicado de la línea femenina de la agrupación conducida por Máximo Kirchner y del mensaje que después publicó CFK.

La mayoría de los intendentes eligieron el silencio. Buscan quedar lo más lejos posible del escándalo para que no los afecte en su imagen frente a su electorado. Hay una preocupación especial entre jefes comunales y otros dirigentes que formaron parte del gobierno de Fernández: el celular del expresidente es una caja de pandora. La lista incluye a Gabriel Katopodis, Juan Zabaleta, Gustavo Arrieta, Jorge Ferraresi, Victoria Tolosa Paz, Santiago Cafiero, Vilma Ibarra, Cecilia Nicolini, entre otros.

El Frente Renovador debió suspender, una vez más, la reaparición de su líder, Sergio Massa. El acto estaba organizado para el sábado en Sierra de la Ventana. El posicionamiento de ese espacio llegó también a través de un comunicado de la línea femenina del massismo. No hubo, como a nivel nacional, posicionamiento a través del PJ bonaerense.

Salvar las banderas y reorganizar al peronismo
Con sus matices, las diferentes tribus buscan por estos días “salvar las banderas” del peronismo atacadas sin piedad por la tropa libertaria. “Tenemos que salvar las banderas como la del feminismo y la justicia social y despegarlas de las personas que, como Alberto, las ensuciaron”, dice otra fuente con asiento en el conurbano. Presume que “no será fácil”.

En simultáneo, la dirigencia consultada por este medio marca que es imperioso buscar la forma de reordenar el peronismo, aunque consideran que la bomba que estalló la última semana hace aún más difícil esa tarea. No todos coinciden en cuál es la forma que se le debe dar a esa reorganización.

“Si Cristina no toma decisiones que den un giro de al menos 45 grados, no salimos más. De lo contrario, habrá que reorganizarse de otra manera. Tal vez haya que recorrer un proceso más lento para resurgir, aunque tengamos que resignar el 2025 o incluso el 2027”, dice con resignación un dirigente de larga trayectoria.

CON INFORMACION DE LETRA P.

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