Llaryora y una misteriosa reunión con parte de los "supremos"

En un marco de máximo hermetismo se concretó ayer por la tarde una reunión entre el gobernador Martín Llaryora, el presidente reelecto de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, y el ministro del Alto Tribunal, Juan Carlos Maqueda. También estuvo presente el ministro de Justicia de la Provincia, Julián López.

En paralelo, en las mismas instalaciones pero a unos pisos de distancia, Carlos Rosenkrantz mantenía un encuentro con vocales del Tribunal Superior de Justicia, encabezado por Luis Angulo.

El encuentro con Llaryora duró más de media hora y terminó alrededor de las 18,30. Se realizó a pocas cuadras del Aula Magna de la Facultad de Derecho de la UNC hacia donde los supremos se dirigieron luego del cónclave, en la última actividad pública programada en Córdoba para conmemorar los 30 años de la Reforma Constitucional de 1994.

El gobernador Llaryora se retiró de la reunión con Rosatti y Maqueda sin hacer ninguna mención al contenido del encuentro. Dijo a este medio que no podía asistir a la conferencia de Derecho y luego sólo trascendió que se trató de una “reunión protocolar” para entregar a ambos jueces placas de homenaje por haber integrado la Convención Constituyente en 1994. 

De hecho, durante el acto en la sala universitaria, el ministro López sólo hizo entrega de una placa a Rosenkratz, el único juez de la Corte que no participó del encuentro con el mandatario provincial.

La reunión se produjo luego de que trascendiera que la Corte Suprema de Justicia prevé realizar audiencias, antes de fin de año, por reclamos de las provincias a la Nación por las deudas previsionales. 

Córdoba está en esa lista y es uno de los temas económicos que más preocupa a la gestión provincial. Tiene expedientes judiciales contra Anses por la falta de pago a la Caja de Jubilaciones por casi 450 mil millones de pesos.

Si bien el acto en la Facultad de Derecho estuvo dedicado a homenajear a los tres convencionales constituyentes, Rosatti, Maqueda y Antonio María Hernández, en su discurso el presidente de la Corte tuvo conceptos que pueden leerse en clave política.

“La máxima de aquel momento ´ponernos de acuerdo en todo lo que podamos´, ¿por qué fue tan difícil después?”, se preguntó Rosatti al destacar que la tarea de tejer consensos fue el legado fundamental de la Reforma del 94.

Se refirió a los incendios que azotan a la provincia al destacar la concepción que impuso la nueva Constitución sobre la naturaleza: “El hombre no es el dueño, sino el administrador”, subrayó y agregó: la protección de la biodiversidad incluye al hombre, “el respeto por otras formas de vida, preferencias sexuales, la ideología”.

Rosatti ponderó el avance en materia de derechos al consumidor y el federalismo, otro tópico que destacó en su discurso mencionando que se supone que Argentina tiene un “sistema de cooperación de buena fe federal”.

Por la mañana, Rosatti y Maqueda estuvieron en los tribunales federales. El rector de la UNC, John Boretto, y el presidente de la Cámara Federal, Abel Sánchez Torres, firmaron un acuerdo de cesión de terrenos donde se ubicará un nuevo playón de estacionamiento para el personal judicial.

Luego se reunieron con los miembros de la Cámara y los jueces federales de la jurisdicción.

Por la tarde, Rosenkrantz y Maqueda encabezaron un acto en el Colegio de Abogados, cuyo presidente, Eduardo Bittar, uno de los mentores de la presencia cortesana en Córdoba. Estuvo presente el intendente, Daniel Passerini.

La misma tónica de discursos continuó luego en el Aula Magna de la Facultad de Derecho.

La presencia en Córdoba de tres miembros del máximo tribunal del país es un dato político trascendente, hacia adentro y hacia afuera.

La ausencia del cuarto integrante, Ricardo Lorenzetti, es muestra palpable del abismo que mantiene con la actual mayoría de la Corte, que podría mutar con la incorporación de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, si prosperan sus pliegos en el Senado.

El encuentro con Llaryora tampoco pasará desapercibida para la gestión de Javier Milei.(Perfil)