¿Es Javier Milei el socio que Donald Trump soñó para Hispanoamérica?

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"Consideraré cualquier cosa, Milei es un gran líder". Con estas palabras, pronunciadas el lunes en una rueda de prensa en la Casa Blanca, Donald Trump no solo elogió al presidente argentino Javier Milei, sino que dejó entreabierta una puerta que muchos en Argentina miran con expectativa: la posibilidad de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países.

En efecto, Milei se está convirtiendo en el gran aliado del líder del movimiento MAGA (Make America Great Again) en Hispanoamérica, una región que, durante décadas, ha sido un terreno esquivo para los intereses de Washington, dominada en los últimos años por gobiernos de izquierda. Pero, ¿qué significa esta sintonía en un contexto global que está cambiando vertiginosamente?

"Consideraré cualquier cosa. Creo que es un gran, un gran, gran líder. Está haciendo un gran trabajo, un trabajo fantástico. Ha rescatado a ese país (Argentina) del olvido. Sí, estaremos viendo esas cosas", fue la cita completa de Trump, en respuesta a una pregunta de La Nación durante esa conferencia.

Estas palabras no son un compromiso firme, pero sí un guiño claro a las aspiraciones de Milei, quien días antes, el 22 de febrero, había compartido escenario con Trump en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) en Washington. Allí, el economista libertario no sólo reforzó su alineamiento con el republicano, sino que lanzó una propuesta concreta: "Argentina quiere ser el primer país del mundo en sumarse a este acuerdo de reciprocidad que pide la administración Trump en materia comercial". ¿Es este el puntapié inicial de una alianza que podría redibujar las relaciones comerciales y políticas en la región?

Una sintonía que trasciende lo comercial
La relación entre Milei y Trump se remonta a febrero de 2024, cuando el economista libertario, apenas dos meses después de asumir la presidencia, fue invitado a la CPAC en Washington. En aquel entonces, con Joe Biden aún en la Casa Blanca, Milei no dudó en expresar su apoyo explícito a Trump, deseándole un regreso al poder que finalmente se concretó tras las elecciones del 5 de noviembre pasado. Desde que el dirigente republicano asumió su segundo mandato hace 42 días, los contactos entre ambos gobiernos se han intensificado, consolidando una sintonía ideológica que va más allá de lo protocolar.

Ambos comparten una visión antiglobalista, un rechazo al progresismo y una agenda conservadora que los posiciona como líderes de una incipiente "Internacional de Derecha".

"Debemos formar una alianza de naciones libres porque, como ya he dicho en otra ocasión, el mal organizado sólo puede ser vencido por el bien organizado", sostuvo el mandatario argentino en la CPAC.

En medio de una guerra comercial que Trump ha desatado contra “medio mundo” —con aranceles del 25% a México y Canadá confirmados el 3 de marzo y un 25% adicional al acero y aluminio de todos los países a partir del 12 de marzo—, la posibilidad de un TLC con Argentina suena casi paradójica. Sin embargo, la afinidad personal y política entre ambos líderes podría ser el factor decisivo.

Milei, por su parte, no ha escondido su entusiasmo. Ya en diciembre pasado, como presidente pro tempore del Mercosur, había dicho en una entrevista con Bloomberg que este tipo de acuerdos "debió haber ocurrido hace 19 años", refiriéndose al fallido intento del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) impulsado por George W. Bush en 2005.

Durante su última gira por Estados Unidos, que incluyó la CPAC y una reunión con empresarios, el líder libertario de 53 años reiteró su compromiso con la apertura comercial y la liberalización económica.

Elon Musk: el puente entre Buenos Aires y Washington
En este entramado aparece una figura clave: Elon Musk. El magnate, dueño de Tesla, SpaceX y X, y asesor informal de Trump tras su designación como titular del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), mantiene un contacto permanente con Milei y su equipo. Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, es uno de los interlocutores habituales de Musk en el gobierno argentino.

Los elogios del empresario a Milei son frecuentes: tras las declaraciones de Trump el lunes, el empresario compartió la noticia en X con un escueto pero significativo "Sería genial" (It would be great). ¿Podría Musk, con su influencia en la Casa Blanca, ser el catalizador que transforme las palabras de Trump en hechos concretos?

La relación entre Musk y Milei es estrecha. El 20 de febrero, en el marco de la CPAC, Milei le obsequió al magnate una réplica de la motosierra que simboliza su gestión de ajuste, un gesto que Musk celebró en redes sociales.

Este vínculo podría ser determinante no solo para el TLC, sino también para atraer inversiones estadounidenses en sectores como tecnología, energía y minería, áreas en las que Argentina tiene un potencial enorme y una necesidad urgente de capital extranjero.

El escollo del Mercosur y las tensiones internas
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en noviembre de 2024 las exportaciones argentinas a Estados Unidos alcanzaron los 680 millones de dólares, un 60% más que en el mismo mes de 2023, consolidando a ese país como el segundo destino comercial del país, detrás de Brasil. ¿No sería un TLC el paso lógico para potenciar esta relación?

Sin embargo, avanzar en un TLC no será tarea fácil. El principal obstáculo es el Mercosur, el bloque regional integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, cuyos estatutos prohíben a sus miembros firmar acuerdos comerciales unilaterales.

Milei ha sido tajante al respecto. En su discurso en la CPAC, afirmó: "De hecho, si no estuviéramos restringidos por el Mercosur, Argentina estaría trabajando en un nuevo acuerdo de comercio con Estados Unidos".

Esta postura la reiteró el sábado, durante la apertura de sesiones ordinarias en el Congreso argentino, donde planteó que el país debería "flexibilizar o incluso abandonar" el Mercosur si eso permite concretar un acuerdo con Washington. ¿Está dispuesto Milei a dinamitar el bloque?

Dentro del propio mileísmo hay voces que empujan en esa dirección. Agustín Romo, jefe del bloque de diputados de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, escribió en X: "Hay que salir del Mercosur ya y hacer un tratado de libre comercio con los Estados Unidos aprovechando la excelente relación que tiene nuestro Presidente con el Presidente americano. El único beneficiado por el cercosur es Brasil. Esta oportunidad es histórica".

La frase de Romo refleja una corriente de opinión que ve en el Mercosur un lastre para las ambiciones globales de Argentina. Sin embargo, la salida no sería sencilla: según datos del INDEC, en 2024 Brasil absorbió el 15% de las exportaciones argentinas (unos 10.000 millones de dólares), mientras que Estados Unidos representó el 11%. Es decir, romper el Mercosur no solo significa romper trabas burocráticas y políticas, sino también un reacomodamiento de las fuerzas productivas y las relaciones con el actual socio comercial del país.

Más allá del comercio: una alianza multidimensional
La sintonía entre Milei y Trump trasciende lo comercial. Ambos comparten una agenda antiglobalista que se ha reflejado en decisiones como la salida de Argentina y Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), impulsada por sus críticas a la burocracia internacional y a lo que Milei llama "la mentira socialista".

También han encontrado puntos en común en temas como la seguridad, la defensa y la tecnología, áreas en las que la Casa Blanca busca socios confiables en América Latina. Un reporte del New York Post del lunes señaló que Trump considera "alejarse de los conflictos europeos y construir alianzas latinoamericanas", con Milei como figura central junto a líderes como Nayib Bukele de El Salvador. ¿No es este un indicio de que la apuesta de Milei por Trump podría rendir frutos más allá de lo económico?

En el ámbito financiero, el respaldo de Trump también es crucial. Argentina negocia un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar su deuda de 44.000 millones de dólares, y la Casa Blanca, como principal accionista del organismo, tiene un peso decisivo. El 20 de febrero, Milei se reunió con Kristalina Georgieva, directora del FMI, en Washington, y fuentes del gobierno argentino aseguraron que el apoyo de Trump podría acelerar un desembolso adicional para levantar el cepo cambiario y consolidar las reservas del Banco Central, que al cierre de febrero rondaban los 28.000 millones de dólares.

Unidos en la batalla cultural
La alianza entre Milei y Trump también se juega en el terreno cultural. Ambos líderes se presentan como abanderados de una cruzada "anti-woke". Milei, en su discurso en la CPAC, arremetió contra "el partido del Estado" y llamó a "quitarles un poder que no les pertenece", mientras Trump, en la misma conferencia, celebró a Milei como "un tipo MAGA para hacer Argentina grande otra vez". Esta coincidencia ideológica los está convirtiendo en socios en una batalla global que trasciende las fronteras de sus países. ¿Podría esta afinidad ser el cemento que sostenga una relación estratégica a largo plazo?

Mientras Trump impone aranceles del 25% a México y Canadá —vigentes desde el 4 de marzo— y anuncia nuevas tarifas a productos agrícolas, Argentina celebra las palabras alentadoras del republicano. En un subcontinente históricamente teñido de rojo por gobiernos de izquierda, Milei emerge como una luz de libertad que ilumina cada vez más fuerte, alineándose con un Trump que parece haber encontrado en él al aliado que siempre quiso en Hispanoamérica.

El camino hacia un TLC está lleno de obstáculos, pero la voluntad política de ambos líderes podría allanarlo. El futuro dirá si esta sintonía se traduce en hechos concretos.

CON INFORMACION DE MDZOL.COM

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