Delgado: "Argentina necesita discutir a fondo cómo financiar al Estado y, sobre todo, en qué gastar"

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En momentos en que la agenda política y económica está dominada por la negociación de un nuevo programa de asistencia financiera con el Fondo Monetario Internacional, algunos analistas no pierden de vista la economía real y los problemas que hoy enfrenta el sector productivo.

"No hay mejor programa de reactivación que tener una macro ordenada", señala el economista Ricardo Delgado, presidente de Analytica, pero más allá de ese logro, que por cierto en su visión hay que seguir sosteniendo, destaca que muchas empresas, incluidas las multinacionales con presencia en el país, "empiezan a ver que Argentina estará cara en dólares". 

Se impone así el desafío de "empezar a trabajar no solo en cuestiones estructurales como la infraestructura, sino también dar señales de reducción de costos y de impuestos". Y en ese punto, agrega que es urgente discutir cómo financiar el Estado.

Este es el diálogo exclusivo que mantuvo con MDZ, en el que no le escapó a algunas "papas calientes" como la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y por qué la inflación no logra perforar el piso de 2% mensual.  

Uno de los temas de la semana es la inflación. ¿Puede bajar más o hemos llegado a un piso difícil de perforar?
Marzo va a ser seguramente el tercer mes en el que el Gobierno no logre perforar este 2% mensual de inflación, que entre otros tantos elementos puso sobre la cancha cuando decidió bajar, por ejemplo, el crawling peg del 2% al 1% mensual. Nuestros números muestran que la tasa de inflación de marzo va a estar en torno al 2,5%, parecido al promedio del mercado y una décima más de lo que fue en febrero. Marzo es un mes difícil, que ha complicado históricamente a los índices de precios porque arranca la actividad plenamente, por la educación y los gastos vinculados a servicios privados.
En este caso particular, diría que han sido más bien los alimentos, en particular los estacionales, verduras, sobre todo -hasta hace unas semanas era la carne- que han impactado fuertemente en el índice y que, de alguna manera, le ponen un límite a esta velocidad realmente importante que ha tenido la caída de la inflación en la Argentina.

¿Cuánto le dio a ustedes en alimentos?
Estamos en 3,4%, que es un número importante. Además, lo interesante es que el año pasado, a diferencia de 2023, los alimentos habían estado bastante por debajo del promedio general de la inflación. Le habían ganado, por supuesto, las tarifas, todos los servicios privados, otros bienes y hoy está traccionando alimentos.

Acuerdo con el FMI
¿Podemos pensar que se consolida la tendencia del 2 y pico mensual o veremos que baje de ahí?
El gran desafío ahora es abril, que viene con condimentos extras importantes, con el evento macroeconómico más relevante del año, a mi juicio, que va a ser seguramente el acuerdo con el Fondo. Veremos qué tipo de acuerdo se logra, no solamente en términos de monto -el ministro Caputo ya dijo que serán US$20.000 millones-, refinanciación de vencimientos de capital y monto fresco. Habrá alguna limitación, obviamente, que el Fondo va a imponerle a esos fondos frescos que inyecte en las reservas del Central, sino básicamente en materia de qué tipo de regla cambiaria va a imponer o se va a negociar en el acuerdo.

En términos llanos sería si mantenemos el crawling peg o vamos a un sistema de flotación, que es lo que se está discutiendo ahora.
Exactamente, la discusión de fondo es ésa.

¿Cuál es tu opinión al respecto?
Un acuerdo con el Fondo, en general, viene con arreglos cambiarios nuevos. Al Fondo no le gustan los tipos de cambio múltiples, tener un dólar oficial, dólares financieros, MEP, CCL, un blend o ese tipo de arreglos. Básicamente, el FMI quiere unificación cambiaria, tipo de cambio único y flotante. Esa es la regla básica del organismo y en los últimos acuerdos que ha tenido Egipto, Pakistán y demás, las salidas han sido por ese lado.
Es cierto que la Argentina, también vale la pena decirlo, no llega al Fondo en una situación de crisis como la de 2018, cuando estábamos en una crisis de balanza de pagos y necesitábamos al Fondo justamente para garantizar algún grado de manejo de la crisis. En este caso no, obviamente no hay dólares suficientes. Sabemos que hay cepo, y eso permite que no sea un impacto muy grande el hecho de que no haya dólares suficientes para operar. Pero desde el punto de vista de la estrategia macroeconómica, va a ser difícil que no haya un cambio en la política cambiaria.

Pero también es cierto que los compromisos de acá para adelante, fundamentalmente en julio cuando haya que pagar bonos de la reestructuración anterior, generan presión. 
Claramente, y ahí diría que entra la discusión que ya la tuvieron Guzmán y Alberto Fernández cuando renegociaron en 2022 y antes renegociaron con los bonistas privados, la discusión es "bueno, yo te doy fondos frescos ¿los vas a usar para pagarle a los bonistas, que son los que tienen que cobrar en julio, tres meses después?".
Entre acreedores, obviamente hay disputas. El Fondo en ese momento no quería que la Argentina cerrara antes un acuerdo con los bonistas privados, justamente porque se le iba la plata por ahí. 

El FMI siempre quiere que acumules reservas.
El Fondo es un acreedor que quiere que vos muestres cómo vas a juntar dólares en el Banco Central, ni más, ni menos. Podes hacerlo de una manera, no diría virtuosa, pero más a la usanza de la política macroeconómica, que es corrigiendo algo tu precio o induciendo una recesión, que es bajando las importaciones para tener más saldo exportador.

Eso pareció acelerarse en el último tiempo, las importaciones crecen más que las exportaciones.
Sí, el dato de enero y vamos a conocer en breve el de febrero, muestran que ya hay una paridad entre exportaciones e importaciones. Ese es un dato no menor en la Argentina. De hecho, tomando los pagos concretos no el devengado, hoy las importaciones le están ganando, por lejos, a los ingresos por exportaciones. Ahí hay un problema de caja y el Fondo eso lo mira.

Economía real
¿Cómo está hoy la actividad económica?
El hecho de que las importaciones estén creciendo muy rápido está indicando que la actividad se está empezando a mover, con heterogeneidades, con segmentos más dinámicos, los vinculados al gas y petróleo, a la minería y otros menos, vinculados al mercado interno. Pero todos los sectores, en mayor o menor medida, plantean el hecho de que ya el piso se tocó y que hay recuperación. Se ve en el hecho de que no hayamos tenido una recesión tan profunda el año pasado. En promedio, el PBI cayó 1,7, cayó menos incluso que el año 2023, cuando vemos el Plan Platita en la cancha. Es cierto que tuviste la devaluación de Milei en diciembre, pero en términos comparativos, esta fue una recesión de las más profundas sacando la pandemia entre las últimas ocho recesiones, pero también es la de mayor velocidad de recuperación. 

¿Cuál es el motor de esa recuperación?
Yo tengo alguna explicación puntual y es básicamente porque ha aumentado muy fuerte el crédito en pesos. Desde mayo del año pasado que el crédito en términos reales crece muy fuerte tanto, a las familias como a las empresas, y eso, si bien el salario no acompañó, le permitió sostener niveles de gasto.

Claro, la baja de la inflación también indujo una baja en las tasas y la gente empezó a decir por ahí qué conviene...
No hay mejor programa de reactivación que tener una macro ordenada y previsible. La gente dice "le creo que esto va a seguir". más allá de que esto dure eternamente o no, y es una discusión de los economistas, en el corto plazo la gente dijo "che, el dólar está planchado, yo tengo más pesos convertidos a dólares en el bolsillo y eso te da mayor espacio y espalda para poder consumir.

Atraso cambiario
Con lenguaje técnico entraste a un tema clave, que es el atraso cambiario. ¿Hay atraso? El Gobierno dice que no.
En una economía con cepo es difícil saber cuál es el valor real del dólar. Por desgracia, este gobierno no está escapando de esta tendencia secular de los gobiernos argentinos desde el primer gobierno de Cristina Kirchner hasta hoy, de enamorarse del dólar barato. Si vos hoy ponés el dólar oficial que deja Cristina en su segundo gobierno, estamos hablando de un dólar de casi $900 $. Hoy el dólar oficial está en casi $1100. Macri también cuando saca el cepo, libera el mercado y toma deuda en los mercados externos, deja un dólar del orden de los $1.000. Esta cosa de darle a la clase media la sensación de tener más dólares en el bolsillo, tiene su complicación marco. Claramente nos quedamos sin dólares. Cristina en el segundo gobierno perdió 35.000 millones de dólares de reservas. Macri pudo sostener esa política porque se tomó deuda.

Y ahora no se pueden recuperar, más allá de todo lo que ha comprado el Banco Central, las reservas brutas no crecen.
Se está recuperando mucho la actividad económica a una velocidad interesante y esto hace que las importaciones haya que pagarlas.

¿Puede cambiar eso con los dólares de la cosecha gruesa?
No, los números van a ser muy parecidos a los del año pasado de 30 a 35.000 millones de dólares de ingresos, que son para mantener la actividad económica y está muy bien. Creo que al campo se le puede pedir muy poco en términos de incrementos sustanciales de lo que ya viene aportando. El campo es el único generador de divisas neto de la economía argentina. Y este año vamos a tener un buen saldo comercial por el lado de gas y petróleo, básicamente petróleo. 

¿Se pude sostener en el tiempo el superávit fiscal primario y financiero?
En Argentina es absolutamente inédito y la velocidad con la que se hizo también es inédito. Yo diría en algunas áreas puede sostenerse, en otras difícil. Pongo el tema de la obra pública. Las rutas sin demanda suficiente para ser repagadas con inversiones que deriven de un repago privado, el peaje. O las obras que puedan pagar algunos sectores, como por ejemplo un gasoducto, un oleoducto que el propio sector gasífero o petrolero pueda pagar, etc, pero es difícil sostener que no haya que repavimentar una ruta, hacer un fresado porque vamos a tener más accidentes viales, más accidentes ferroviarios y eso más tarde o más temprano es dinero.
Entonces, en el corto plazo, diría que este año también podés sostener esa dinámica, pero me parece que la Argentina necesita discutir a fondo cómo financiar el Estado y, sobre todo, en qué gastar, sobre todo en aquellos sectores en donde necesariamente la inversión tiene que ser inversión pública. Tenemos que empezar a discutir este tema con mayor profundidad, desgraciadamente no se está haciendo. 

En la época de Macri la lluvia de inversiones nunca llegó. ¿Pasadas las elecciones puede ser buen momento?
Decía que el evento macroeconómico más importante es el acuerdo con el Fondo, porque eso permite de alguna manera despejar el horizonte financiero, por lo menos una parte importante de la deuda. Y eso, obviamente para los inversores es clave porque al final del día los inversores también dicen "voy a tener dólares para poder pagar importaciones", por ejemplo, o "¿lo va a usar el Banco Central o el Tesoro para otro tipo de gasto". Ese es un punto importante.
El otro punto que se está empezando a ver es en algunos sectores la discusión cambiaria, sobre todo en aquellas empresas que tienen filiales en Argentina y en los países de la región empiezan a ver que el salario en dólares ya no es tan competitivo como era antes, y si bien todavía hay espacio en algunas actividades, empieza a discutirse el costo laboral argentino medido en dólares.
Por eso el gran desafío que tiene el Gobierno ahora es empezar a trabajar no solamente estos temas vinculados a cuestiones más estructurales como la infraestructura, sino empezar a dar señales de reducción de costos y de impuestos. Hay que decir con todas las letras que la devaluación nunca te resuelve ningún problema de competitividad, los argentinos lo sabemos bien.
Sostener esta política sin dólares, con cepo y teniendo al sector privado diciendo que está siendo cara Argentina, me parece que hay que empezar a discutir estas cuestiones de reducción de costos, de reducción de impuestos, una discusión que implica obviamente un nuevo federalismo, discusión con provincias. La pregunta es si el Gobierno lo podrá hacer. ¿Creerá en esto? ¿Estará en condiciones políticas de hacerlo? El escenario post elecciones va a ser clave para esto.

CON INFORMACION DE MDZOL.COM

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