


Aranceles de Estados Unidos: un Javier Milei optimista arengó a la tropa ante la crisis
POLÍTICA


“Esto es una gran oportunidad. Y la vamos a aprovechar”. Con absoluto optimismo, el propio Javier Milei arenga a su gabinete sobre las consecuencias reales, y a su juicio positivas, que tendrá la crisis generada por la decisión de Donald Trump de aplicar aranceles unilaterales a los países con los que Estados Unidos mantiene un déficit comercial.

El presidente argentino, asegura que lejos de lamentar pérdidas de los valores de acciones de empresas locales que cotizan tanto en Buenos Aires como en Wall Street (las muy famosas ADRs), de la baja de los bonos y la suba del riesgo país por arriba de los 900 puntos básicos; el escenario creado después de la aplicación de las medidas le da al país una posición inmejorable de negociar con EE.UU. una situación más favorable que otros estados.
Y que, más temprano que tarde, ese mercado se abrirá para exportaciones argentinas con arancel cero, salvando el 10% aplicado a todo América Latina. Pero se afirma, además, que la posición norteamericana no alterará en nada el cronograma de tratamiento del acuerdo de Facilidades Extendidas ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), el que, según las fechas que se manejan, mantiene el tiempo límite de la última semana de abril.
Antes de ese momento, habrá novedades importantes. Incluso se especula con que el momento será la próxima Asamblea Anual del FMI que en dos semanas se concretará en Washington. En síntesis, lo que se resolvió ayer en Buenos Aires en un encuentro del gabinete económico con Milei a la cabeza, es que no habrá medidas especiales ante la crisis. Mucho menos proteccionistas o que den marcha atrás el proceso de apertura de los mercados locales para bienes importados como textiles, alimentos, bebidas, maquinaria, agroquímicos, etc.
Por lo demás, se espera la invitación especial de la Secretaría de Comercio de los Estados Unidos que conduce Howard Lutnick, para comenzar a discutir la lista de productos argentinos que puedan llegar a ingresar sin arancel al mercado norteamericano. El funcionario fue el que le aseguró al canciller Gerardo Werthein que habrá ventajas de amigo para el país, y que era cuestión de tiempo para que las negociaciones se inicien.
En eso está el Ministerio de Relaciones Exteriores. Por lo que se sabe, en el listado de oferta de apertura se encuentra el petróleo crudo y procesado, biocombustibles, litio, oro, metales duros, maní, aluminio, acero, carnes, vinos, limones, miel pura y procesada, maíz pisingallo, azúcares, aceites varios y papas fritas congeladas.
Para la agenda oficial, estos son los productos clave para poder liberar de los aranceles, de un listado total de unos 150 productos, se descarta que unos 50 comenzarán antes de fin de mayo a gozar de un arancel de exportación cero a los Estados Unidos. Eso es lo que se negocia desde hoy.
El esquema a través del cual se operarán las ventas será el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP); un régimen de favoritismos para los aliados políticos de ese país, con la apertura de mercados norteamericanos de bienes y servicios vedados para terceros países.
Argentina entraría en una lista de exportadores VIP a los Estados Unidos, un status particular dentro de la guerra desatada desde la semana pasada; con un SGP particular, un sistema de acceso preferencial no recíproco al mercado comunitario de productos originarios en países y territorios en desarrollo, a través de la exoneración total o parcial de los derechos arancelarios.
Gestión clave
Argentina estuvo en este selecto grupo entre el 2002 y el 2012; gracias a la gestión que había realizado Martín Redrado en su rol de secretario de Comercio Exterior de la Nación durante la presidencia de Eduardo Duhalde primero, y la gestión de Néstor Kirchner después. En este caso, con Rafael Bielsa de canciller.
El economista había conseguido que como ayuda de los Estados Unidos para que el país pudiera salir de la crisis (y no tener desvíos ideológicos con otros ayudantes como Hugo Chávez, cosa que ocurrió después), poder acceder a mercados preferenciales dentro del sistema SGP. El gobierno de George Bush aceptó la propuesta, que duró con buenos resultados para el país hasta que en 2012 Barack Obama la suspendió; como consecuencia de las actitudes poco amistosas con EE.UU. por parte del kirchnerismo.
El SGP se abrió en parte con Mauricio Macri en la gestión, pero sin mucho fanatismo por parte de la administración Trump. Sólo hubo algún buen negocio que se pudo realizar con la exportación de limones, pero a cambio de la apertura del mercado siderúrgico local. Finalmente, la llegada de Alberto Fernández inmediatamente suspendió el régimen y Argentina quedó penando fuera del sistema de preferencias.
Para obtener el beneficio es necesario que el producto conste en las listas de mercaderías con derecho a SGP, divulgadas y actualizadas periódicamente por los otorgantes; sea originario del país exportador beneficiario y sea transportado directamente del país exportador beneficiario al país otorgante importador.
Son considerados originarios los productos enteramente producidos en el país. Sin embargo, pueden ser utilizados materiales o partes importadas o de origen indeterminado en la composición del producto a ser exportado, desde que sean cumplidas las Reglas de Origen establecidas por los países otorgantes.
Igualmente, y más allá del SGP, la principal piñata que Argentina espera de Trump y su gobierno, es el apoyo directo y explícito dentro del Board del Fondo Monetario Internacional (FMI), donde quedará la responsabilidad final de los dos principales capítulos que aún quedan por definir del Facilidades Extendidas que, a esta hora, está a punto de darse a conocer desde el staff técnico del organismo.
Para Argentina, Trump debe ayudar a que las exigencias de cambos en las políticas cambiarias sean las menos duras para el país y las más flexibles para la apertura del cepo. Pero también, y más urgente, el gobierno de los Estados Unidos debería presionar lo más firme posible, para que el monto original a desembolsar sea lo más amplio dentro de las alternativas que se manejan.
Para el FMI, el tope son unos U$S9.000 millones. Argentina quiere que el gobierno de Trump presione para que ese número se acerque lo máximo posible a los U$S15.000 millones, casi un 75% del total que se negocia. Para los intereses locales, esta ayuda es numérica y estratégicamente más importante que las aperturas comerciales que se logren dentro del SGP.
En números, con el listado de 50 productos que se abrirán, las exportaciones mejorarían en unos U$S500 millones anuales. Con el programa de Facilidades Extendidas, a la Argentina se le abriría un grifo de U$S20.000 millones en los próximos tres años.
CON INFORMACION DE MDZOL.COM






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